Mantuvo el guión con la sangre caliente

Correcto, con sus buenos modales, Ernesto Javier Cordero Arroyo, saludó de pie a quienes fueron a la tribuna a cuestionarlo, a criticarlo. Parecía no alterarse. Y de plano sonrió cuando una legisladora le dijo: “Usted parece bien educado y conocedor de los números”.

Pero luego el secretario de Desarrollo Social se puso serio, ante la pregunta de ella, Teresa Reyes, diputada por el PT: “¿Pero sabía usted que los pobres son de carne y hueso, y que hay pobres de todas las edades, mujeres y hombres y que no son solamente cifras, porcentajes y estadísticas?”.

Más adelante, Laura Itzel Castillo, la hija de Heberto, la que es leal a Andrés Manuel López Obrador, de plano le soltó la sentencia: “Usted no es el adecuado para una función que requiere sensibilidad”.

Y le dejó como regalo un plato, que, dijo, contenía la canasta básica para los más pobres del país: estaba vacío.

Sin embargo, al momento de responder a legisladores, el joven actuario no perdió la compostura, mantuvo la parsimonia, leyó las tarjetas que le pasaron sus asesores, mencionó cifras, números y estadísticas.

Pero aún le faltaba por escuchar. Cruz López, del PRI, le dijo que no son cinco, como mencionó el presidente Calderón, las plagas que han azotado a México, faltan dos, la burocracia y la incapacidad. Y cuando mencionó esto último el dirigente de la CNC volteó a verlo. Cordero le sostuvo la mirada de frente.

Una comparecencia larga, por varios pasajes tediosa. El egresado del ITAM y maestro en Economía por la Universidad de Pennsylvania fue a lo suyo, a defender la política social del gobierno de la República. Cordero Arroyo no se salió de su guión, excepto en una ocasión, cuando por fin pareció que se le calentaba la sangre, y retó a legisladores que lo acusaron de ser un operador electoral a que se lo comprueben y lo denuncien penalmente.

Pero antes y después, se mantuvo invariable, inconmovible, y esa sonrisa que a veces parecía mueca y en otras gesto de burla, y en algunas, expresión de simpatía.

Una comparecencia que empezó tarde, antes un encendido debate entre Javier Corral, del PAN, y Gerardo Fernández Noroña del PT.

El primero dijo que no permitirán los panistas que se les ofenda, se calumnie. El segundo respondió que lo ofensivo es la incapacidad y la doble moral del gobierno espurio. Participó César Augusto Santiago en respuesta a Corral, dijo que la alianza que pretenden el PAN y la izquierda para Oaxaca es contra natura, oportunista.

Y más tarde, ese joven actuario, aplicado, bueno para las cifras, inmutable...
Fidel Samaniego, El Universal, 23 de septiembre.

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