Combaten impunidad

Convocados a un foro de REFORMA, seis jóvenes defensores de los derechos humanos destacan que el espacio de las agrupaciones civiles es ahora más plural y ha diversificado sus formas de acción; advierten, sin embargo, que las violaciones a las garantías básicas continúan sin castigarse y urgen a revitalizar la CNDH.


Decididos a transformar la realidad mexicana, seis jóvenes eligieron la promoción y defensa de los derechos humanos como forma de vida.

Integrantes de algunas de las organizaciones civiles más reconocidas del país, reconocen la labor de quienes las fundaron en un contexto de poca o nula posibilidad de diálogo con el gobierno, en el que las movilizaciones sociales constituían casi el único camino para exigir justicia.

En un foro convocado por REFORMA, remarcan que la impunidad sigue siendo el reto principal en materia de defensa de los derechos humanos, pero consideran que los espacios y métodos de acción tienen que renovarse.

Para Alberto Herrera, de 25 años y director ejecutivo de Amnistía Internacional México, la experiencia de sus padres explica en buena parte su decisión de estudiar Derecho en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), en Guadalajara, e involucrarse en el campo de la defensa de los derechos humanos.

"Yo no puedo disociar mi interés en el tema de las historias contadas por mi padre y por mi madre acerca de los años 70 en México, de las desapariciones forzadas", comenta.

"Optar por este camino es optar por lo que uno considera que le permite integrarse como ser humano, no solamente en términos de una vida profesional, de una carrera y de una trayectoria laboral, sino en términos de cómo entiendo la realidad y cómo me permito incidir en ella".

Las luchas son básicamente las mismas, pero se libran desde otra posición, agrega Brenda Rodríguez, responsable de Enlace Institucional del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE).

"En el caso de los derechos humanos de las mujeres, las generaciones que nos precedieron lucharon desde las calles y dieron pie a la profesionalización de los estudios de género", anota.

Itzel Checa, de 30 años y colaboradora del Proyecto Vínculo y Monitoreo del Poder Legislativo del Centro de Análisis Fundar, considera que el movimiento de defensa de los derechos humanos es ahora más plural que antes.

"A las primeras generaciones de estas organizaciones el sector que las cobijaba venía principalmente de la Iglesia. Ahora es un espacio más plural", señala.

"Antes era más de movilización, de denuncia. Era imposible pensar en un diálogo entre el gobierno y la sociedad, era una actitud más contestataria".

Las organizaciones civiles, destaca, tiene ahora más presencia pública y más espacios de diálogo con el gobierno. Sin embargo, advierte, persiste la impunidad.

"Hay una sistemática violación a los derechos humanos y las autoridades responsables siguen en sus cargos", apunta.

Andrés Díaz, quien se especializó en derechos humanos a contracorriente de lo que se enseñaba en la licenciatura en Derecho en la Universidad de Monterrey -cuestiones fiscales y mercantiles-, defendió a sus 24 años, como parte del equipo del Centro Pro, a Jacinta Francisco Marcial, la mujer indígena acusada de secuestrar a seis agentes de la AFI en Querétaro y liberada hace unos días.

Señala que no se puede decir que en materia de derechos humanos México esté mejor que antes. Hay nuevos temas y nuevos mecanismos de solución, apunta, pero sigue habiendo violaciones a esos derechos.

"Las nuevas realidades producen nuevos problemas y nuevas formas de solucionarlos. Existe la experiencia que se pudo haber tenido en otras generaciones, en otros contextos, pero hoy se requieren otras formas de acción", indica.

Mario Solórzano, de 35 años y hasta agosto director del área jurídica de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), llevó el caso de Rosendo Radilla, guerrerense desaparecido durante la Guerra Sucia, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

"Empecé a ver como hay gente de primera y gente de segunda, dependiendo el contexto en que se les colocaba a partir de la violación de sus derechos", comenta.

Para él, las movilizaciones que se dieron desde los 50 hasta finales de los 80 permitieron avanzar hacia un sistema de obligaciones y derechos que permite cuestionar al Estado desde el propio Estado.

A diferencia de las generaciones previas, destaca Diana Martínez, de 29 años y subcoordinadora de Defensoría de Sin Fronteras, los activistas de derechos humanos están ahora mucho más involucrados en temáticas globales.

"Nosotros estamos día a día teniendo información sobre las problemáticas que se dan en otros lugares, que pueden ser muy lejanos pero enfrentan problemas muy parecidos a los que nos están pegando a nosotros", comenta.





Nueva generación

Activistas de organizaciones civiles de defensa de los derechos humanos.


Alberto Herrera
Amnistía Internacional
25 años


Itzel Checa
Fundar
30 años


Andrés Díaz
Centro Pro
24 años


Diana Martínez
Sin Fronteras
29 años


Brenda Rodríguez
GIRE
33 años


Mario Solórzano
Consultor independiente
32 años




Así lo dijeron


"Desde que estaba en la preparatoria me afilié a Amnistía Internacional. Comencé a trabajar de manera voluntaria y fue en la carrera donde me metí mucho más en el tema".

Alberto Herrera
Licenciado en Derecho



"Decidí aportar en la cuestión de derechos humanos por una convicción y pese a todas las imágenes sociales que se reproducen en una universidad como fue la mía".

Andrés Díaz
Licenciado en Derecho



"El asunto del prestigio o el dinero nunca atravesó mis decisiones. En la medida en que tú lo decides no es un sacrificio. Se puede vivir bien trabajando de esto".

Brenda Rodríguez
Licenciada en Relaciones Internacionales



"Empecé a trabajar en organizaciones como voluntaria. Se dio la oportunidad de ingresar a Sin Fronteras y me llamó el tema, que era como una espina".

Diana Martínez
Licenciada en Derecho



"Me involucré en procesos más de ciudadanía, de participación de las y los jóvenes. A este romanticismo tenia que alimentarlo con una visión más concreta".

Itzel Checa
Licenciada en Relaciones Internacionales



"Yo me involucro desde el adoctrinamiento que recibí estudiando en escuelas maristas en donde alcancé a hacer parte de mi esta filosofía del bien común".

Mario Solórzano
Licenciado en Derecho
Silvia Garduño, Reforma, 11 de octubre.

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