El subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (SG), Alejandro Poiré, minimizó las críticas a la iniciativa de reforma política presentada el martes pasado por el presidente Felipe Calderón.
En cambio, pidió a los actores políticos “altura de miras” para impulsar los cambios que requiere el país y poner la dimensión ciudadana en el centro del debate.
El subsecretario dedicó ayer la mitad de su discurso, durante la entrega de registros a asociaciones religiosas, para exponer el decálogo calderonista, entregado al Congreso para su discusión.
Luego, en entrevista, se le preguntó por qué no se incluyó en la iniciativa la revocación de mandato si lo que se busca, de acuerdo con el discurso presidencial, es fortalecer las decisiones ciudadanas.
El funcionario argumentó que la revocación (para el Ejecutivo) es un mecanismo propio de los regímenes parlamentarios, no del presidencial.
“(La revocación) es casi, diríamos, una extravagancia del estado de California. Desde luego, si estuviésemos hablando de un sistema parlamentario en el cual hay disolución del parlamento, de la legislatura por parte del parlamento, pues estaríamos hablando de otro sistema”, respondió.
Poiré, ex director de Prerrogativas y Partidos Políticos del IFE y ex asesor del presidente Calderón para asuntos políticos, consideró que no hay iniciativa que genere más fuerza que aquella que da a los legisladores la posibilidad –a quienes cuenten con el apoyo ciudadano– de elegirse consecutivamente.
Poiré, doctor en ciencia política por la Universidad de Harvard, destacó ante ministros de culto y otros representantes de asociaciones religiosas que, luego de más de tres décadas de la última enmienda política, es necesario “ensanchar” las capacidades de los ciudadanos.
Como uno de los estrategas de la iniciativa calderonista, enumeró lo que a su juicio son las bondades de la misma, en materia de candidaturas independientes, elección consecutiva de legisladores y alcaldes; reducción del tamaño de la Cámara de Diputados y la de Senadores, así como de la segunda vuelta en la elección presidencial.
Del último punto dijo que los ciudadanos tendrían así “perfecta claridad de cuáles son las alternativas que tienen más apoyo; que gane la que sea capaz de lograr más de la mitad de los votos y, en esa medida, tenga el mayor apoyo ciudadano”.
En cambio, pidió a los actores políticos “altura de miras” para impulsar los cambios que requiere el país y poner la dimensión ciudadana en el centro del debate.
El subsecretario dedicó ayer la mitad de su discurso, durante la entrega de registros a asociaciones religiosas, para exponer el decálogo calderonista, entregado al Congreso para su discusión.
Luego, en entrevista, se le preguntó por qué no se incluyó en la iniciativa la revocación de mandato si lo que se busca, de acuerdo con el discurso presidencial, es fortalecer las decisiones ciudadanas.
El funcionario argumentó que la revocación (para el Ejecutivo) es un mecanismo propio de los regímenes parlamentarios, no del presidencial.
“(La revocación) es casi, diríamos, una extravagancia del estado de California. Desde luego, si estuviésemos hablando de un sistema parlamentario en el cual hay disolución del parlamento, de la legislatura por parte del parlamento, pues estaríamos hablando de otro sistema”, respondió.
Poiré, ex director de Prerrogativas y Partidos Políticos del IFE y ex asesor del presidente Calderón para asuntos políticos, consideró que no hay iniciativa que genere más fuerza que aquella que da a los legisladores la posibilidad –a quienes cuenten con el apoyo ciudadano– de elegirse consecutivamente.
Poiré, doctor en ciencia política por la Universidad de Harvard, destacó ante ministros de culto y otros representantes de asociaciones religiosas que, luego de más de tres décadas de la última enmienda política, es necesario “ensanchar” las capacidades de los ciudadanos.
Como uno de los estrategas de la iniciativa calderonista, enumeró lo que a su juicio son las bondades de la misma, en materia de candidaturas independientes, elección consecutiva de legisladores y alcaldes; reducción del tamaño de la Cámara de Diputados y la de Senadores, así como de la segunda vuelta en la elección presidencial.
Del último punto dijo que los ciudadanos tendrían así “perfecta claridad de cuáles son las alternativas que tienen más apoyo; que gane la que sea capaz de lograr más de la mitad de los votos y, en esa medida, tenga el mayor apoyo ciudadano”.
Fabiola Martínez, La Jornada, 17 de diciembre.
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