CIUDAD JUÁREZ.- La Canaco de esta ciudad fronteriza vislumbra para el año en curso un panorama negro, por lo menos como el que en el 2009 ocasionó el cierre de seis mil negocios.
"Los ciudadanos juarenses no sólo están cerrando sus negocios para irse a la vecina ciudad (de El Paso, Texas), se están cerrando para irse a otros estados, donde sí les brinden seguridad", reclamó Daniel Murguía Lardizábal, presidente de la Cámara de Comercio en este municipio.
Aunque reconoció desconocer el número exacto de negocios que han sido reubicados en EU, señaló que "lo único que sabemos es que El Paso, Texas, ha sido de las pocas ciudades que han tenido crecimiento económico en todo Estados Unidos".
A esa problemática se suma, añadió, que la gente carece de confianza para ir a interponer una denuncia. "Quienes lo han hecho, regresan y los asaltan o les dan un balazo, o les secuestran un hijo".
A pesar de que consideró positiva la presencia del Ejército, lamentó que las fuerzas del orden locales, estatales y federales, "trabaja cada quien por su lado, lo que sí no hemos visto es que se dé una cooperación de inteligencia, ahorita lo que necesita Juárez es que se abra una supersecretaría de Seguridad, donde esté vinculada la Federación directamente y se establezcan esquemas de inteligencia para acabar con el crimen organizado y sobre todo para darle la protección a la ciudadanía juarense que no la tiene".
Y acusó a los políticos. "No hay la voluntad política para acabar con este problema, no la hay. Están acabando con la ciudad".
'La gente no viene para acá'
Pedro Sánchez
Corresponsal
CIUDAD JUÁREZ.- "Juan" tiene miedo hasta de decir su nombre.
Es comerciante y todos los días, sobre todo desde hace dos años, ve cómo la inseguridad y las ejecuciones impactan a su negocio.
"Me ha afectado mucho, ya no viene la gente para acá, ya no baja la gente (de El Paso)", señaló.
Lo que le argumentan los clientes, dice, es que tienen miedo por la inseguridad.
"Que donde quiera hay mucha violencia ahorita. Ya ni la gente de El Paso viene, que es la que hace fuerte aquí a los negocios de la comida", contó el hombre, quien se dedica a vender ropa en el primer cuadro de la ciudad, donde cada vez hay más establecimientos cerrados.
Para protegerse de la delincuencia optó por poner cortinas de acero. "Pero aunque ponga rejas de todos modos la quitan si quieren robar. Ahora ya está muy descarado todo, muy a la descarada", dijo.
De igual forma, una mujer que trabaja en un bar considera que la presencia del Ejército ahuyenta a los turistas.
"Es una pena que Juárez era recordada como la ciudad que no dormía y ahora, a las 9 de la noche no hay gente en la calle", dijo.
Hasta los boleros se quejan. Hace seis meses, Jesús, quien lustra zapatos desde hace 21 años en la avenida Juárez, tuvo que vender su bolería. "Antes los de El Paso eran los que venían y dejaban buena propina, pero ahora no", lamentó el hombre, quien ahora sólo tiene un cajón de mano.
'Ser joven y pobre cuesta...'
Pedro Sánchez
Corresponsal
CIUDAD JUÁREZ.- A pesar de que en un principio fue vista positivamente, aunque con reservas, la presencia del Ejército ha perdido popularidad ante los abusos cometidos, señaló José Luis Flores Cervantes, integrante del Consejo Ciudadano por el Desarrollo Social de Ciudad Juárez, que agrupa a más de 40 Organizaciones No Gubernamentales.
"El ser joven y pobre les ha costado a nuestros jóvenes porque se han cometido vejaciones nomás por el hecho de ser sospechosos. Ha sido una pésima actuación de las fuerzas castrenses, ha sido nulo el combate a la delincuencia, el Ejército ha ocupado el papel de meramente espectador", consideró.
Flores Cervantes expuso que por desgracia, el Ejército ha cometido abusos y ha tenido poca efectividad al patrullar las calles, y mencionó que existen quejas de que los soldados han cometido robos a casas-habitación y golpeado a jóvenes.
La violencia, dijo, ha modificado la vida de los ciudadanos.
"Desde que sale uno de la casa lo hace con precauciones, ya la gente no sale de noche, hemos puesto más candados en las casas, compramos celulares al mayor número de los integrantes de la familia para localizarlos, no pasamos por ciertas avenidas, hemos modificado las rutas hacia el trabajo, dejamos de ir a restaurantes, a centros de diversión.
"Lo que más teme la gente es llegar a estar en el momento equivocado y morir accidentalmente, como ha ocurrido", dijo.
Pedro Sánchez corresponsal, Reforma, 14 de enero.
"Los ciudadanos juarenses no sólo están cerrando sus negocios para irse a la vecina ciudad (de El Paso, Texas), se están cerrando para irse a otros estados, donde sí les brinden seguridad", reclamó Daniel Murguía Lardizábal, presidente de la Cámara de Comercio en este municipio.
Aunque reconoció desconocer el número exacto de negocios que han sido reubicados en EU, señaló que "lo único que sabemos es que El Paso, Texas, ha sido de las pocas ciudades que han tenido crecimiento económico en todo Estados Unidos".
A esa problemática se suma, añadió, que la gente carece de confianza para ir a interponer una denuncia. "Quienes lo han hecho, regresan y los asaltan o les dan un balazo, o les secuestran un hijo".
A pesar de que consideró positiva la presencia del Ejército, lamentó que las fuerzas del orden locales, estatales y federales, "trabaja cada quien por su lado, lo que sí no hemos visto es que se dé una cooperación de inteligencia, ahorita lo que necesita Juárez es que se abra una supersecretaría de Seguridad, donde esté vinculada la Federación directamente y se establezcan esquemas de inteligencia para acabar con el crimen organizado y sobre todo para darle la protección a la ciudadanía juarense que no la tiene".
Y acusó a los políticos. "No hay la voluntad política para acabar con este problema, no la hay. Están acabando con la ciudad".
'La gente no viene para acá'
Pedro Sánchez
Corresponsal
CIUDAD JUÁREZ.- "Juan" tiene miedo hasta de decir su nombre.
Es comerciante y todos los días, sobre todo desde hace dos años, ve cómo la inseguridad y las ejecuciones impactan a su negocio.
"Me ha afectado mucho, ya no viene la gente para acá, ya no baja la gente (de El Paso)", señaló.
Lo que le argumentan los clientes, dice, es que tienen miedo por la inseguridad.
"Que donde quiera hay mucha violencia ahorita. Ya ni la gente de El Paso viene, que es la que hace fuerte aquí a los negocios de la comida", contó el hombre, quien se dedica a vender ropa en el primer cuadro de la ciudad, donde cada vez hay más establecimientos cerrados.
Para protegerse de la delincuencia optó por poner cortinas de acero. "Pero aunque ponga rejas de todos modos la quitan si quieren robar. Ahora ya está muy descarado todo, muy a la descarada", dijo.
De igual forma, una mujer que trabaja en un bar considera que la presencia del Ejército ahuyenta a los turistas.
"Es una pena que Juárez era recordada como la ciudad que no dormía y ahora, a las 9 de la noche no hay gente en la calle", dijo.
Hasta los boleros se quejan. Hace seis meses, Jesús, quien lustra zapatos desde hace 21 años en la avenida Juárez, tuvo que vender su bolería. "Antes los de El Paso eran los que venían y dejaban buena propina, pero ahora no", lamentó el hombre, quien ahora sólo tiene un cajón de mano.
'Ser joven y pobre cuesta...'
Pedro Sánchez
Corresponsal
CIUDAD JUÁREZ.- A pesar de que en un principio fue vista positivamente, aunque con reservas, la presencia del Ejército ha perdido popularidad ante los abusos cometidos, señaló José Luis Flores Cervantes, integrante del Consejo Ciudadano por el Desarrollo Social de Ciudad Juárez, que agrupa a más de 40 Organizaciones No Gubernamentales.
"El ser joven y pobre les ha costado a nuestros jóvenes porque se han cometido vejaciones nomás por el hecho de ser sospechosos. Ha sido una pésima actuación de las fuerzas castrenses, ha sido nulo el combate a la delincuencia, el Ejército ha ocupado el papel de meramente espectador", consideró.
Flores Cervantes expuso que por desgracia, el Ejército ha cometido abusos y ha tenido poca efectividad al patrullar las calles, y mencionó que existen quejas de que los soldados han cometido robos a casas-habitación y golpeado a jóvenes.
La violencia, dijo, ha modificado la vida de los ciudadanos.
"Desde que sale uno de la casa lo hace con precauciones, ya la gente no sale de noche, hemos puesto más candados en las casas, compramos celulares al mayor número de los integrantes de la familia para localizarlos, no pasamos por ciertas avenidas, hemos modificado las rutas hacia el trabajo, dejamos de ir a restaurantes, a centros de diversión.
"Lo que más teme la gente es llegar a estar en el momento equivocado y morir accidentalmente, como ha ocurrido", dijo.
Pedro Sánchez corresponsal, Reforma, 14 de enero.
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