QUERÉTARO, Qro.— Hubo días en que los cubanos Yoel Francisco Escalante Machado, Roxana Alfonso Roche y José Miguel Falla Yera no probaron alimento, estuvieron sin tomar agua, sin asearse y sin comunicarse con sus familiares.
Hoy se encuentran en Estados Unidos al lado de sus parientes, después de que “escaparon” de las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) en Querétaro, el 26 de diciembre.
Un día después, el 27 de diciembre, también lograron “evadirse” del mismo lugar tres hondureños: Marlon David Lozano Vilches, Rey David Mares Alvarado y Wilfredo Vázquez.
De acuerdo con la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), estos últimos “escaparon” entre las 17:30 y las 18:00 horas del domingo.
Versión extraoficial refiere que la media docena de extranjeros salió de las instalaciones del INM, gracias al “pago” de 10 mil pesos que hizo cada uno a un servidor público de dicho instituto.
De acuerdo con familiares de los tres cubanos entrevistados vía telefónica, la decisión de “fugarse” de las instalaciones migratorias de Querétaro obedeció a que se les negó ayuda para poder tramitar asilo político en México.
Afirmaron que durante su estancia en el INM, Yoel Francisco, Roxana y José Miguel fueron víctimas de irregularidades cometidas por las autoridades de migración, para tratar de deportarlos.
Los isleños denunciaron ante la CEDH los abusos, por lo que la comisión difundió la situación en el INM, a cuyas instalaciones les fue negado el acceso a los visitadores de dicho organismo defensor.
Como consecuencia de esta denuncia, los cubanos sufrieron represalias por parte del delegado de migración, y se ordenó que los privaran de sus derechos a ser alimentados, a que se asearan y a que tuvieran comunicación con sus familiares.
“Esto debe servir para que los cubanos tengan más cuidado al salir de la isla; que sepan que no van a recorrer un camino fácil, que pueden encontrar hasta la muerte, no sólo en el mar sino también en tierra firme”, comentó vía telefónica, uno de sus familiares.
Denunciaron que “Héctor Alemán (presuntamente funcionario del INM), el 24 de noviembre fue a sacar por la fuerza a uno de ellos y fueron todos maltratados físicamente y de palabra”.
Lo anterior sucedió después de que, por instrucciones del delegado del INM, otros dos cubanos recibieron su documentación para tramitar su legalidad migratoria en el país, a cambio de que firmaran documentos que indicaban que las condiciones de trato en las instalaciones eran buenas.
Al negarse a firmar dicho aval se les negó cualquier posibilidad de legalizarse o de recibir asilo.
En el INM había unos colombianos presos por robo y que iban a ser deportados; sin embargo, afirmaron que “recibieron un ‘salvoconducto’ por decirle al presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos que ellos no habían visto ningún maltrato el día 24 de noviembre, cuando Héctor Alemán personalmente golpeó a un cubano que iba a ser deportado”.
Los cubanos fueron detenidos en el estado de Chiapas el 7 de julio, lugar donde los iban a poner en libertad mediante el pago de una multa, pero el 8 de julio fueron llevados a la ciudad de México, presuntamente para deportarlos.
Fue hasta el 25 de julio cuando se les informó que serían deportados, lo que no se concretó gracias a que lograron un amparo a su favor.
No obstante, estuvieron cuatro horas a la espera de ser liberados y fueron transportados a la delegación del INM en Querétaro, donde permanecieron detenidos hasta el pasado 25 de diciembre.
Durante el tiempo que permanecieron en las instalaciones del instituto en Querétaro, los familiares de los detenidos cumplieron con todos los trámites para que se les otorgara asilo político, sin que tuvieran una respuesta positiva.
Debido a tal situación, el 30 de noviembre el presidente de la CEDH, Adolfo Ortega, denunció violaciones a los derechos de los detenidos, como ser golpeados por policías.
En esa ocasión, afirman que los golpearon, esposaron e incomunicaron y durante cuatro días no recibieron llamadas telefónicas de sus familiares, ni ropa para cambiarse, ni cepillo de dientes.
También acusaron a una persona de nombre Jesús, como el sujeto que los maltrataba y los humillaba.
Hoy se encuentran en Estados Unidos al lado de sus parientes, después de que “escaparon” de las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) en Querétaro, el 26 de diciembre.
Un día después, el 27 de diciembre, también lograron “evadirse” del mismo lugar tres hondureños: Marlon David Lozano Vilches, Rey David Mares Alvarado y Wilfredo Vázquez.
De acuerdo con la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), estos últimos “escaparon” entre las 17:30 y las 18:00 horas del domingo.
Versión extraoficial refiere que la media docena de extranjeros salió de las instalaciones del INM, gracias al “pago” de 10 mil pesos que hizo cada uno a un servidor público de dicho instituto.
De acuerdo con familiares de los tres cubanos entrevistados vía telefónica, la decisión de “fugarse” de las instalaciones migratorias de Querétaro obedeció a que se les negó ayuda para poder tramitar asilo político en México.
Afirmaron que durante su estancia en el INM, Yoel Francisco, Roxana y José Miguel fueron víctimas de irregularidades cometidas por las autoridades de migración, para tratar de deportarlos.
Los isleños denunciaron ante la CEDH los abusos, por lo que la comisión difundió la situación en el INM, a cuyas instalaciones les fue negado el acceso a los visitadores de dicho organismo defensor.
Como consecuencia de esta denuncia, los cubanos sufrieron represalias por parte del delegado de migración, y se ordenó que los privaran de sus derechos a ser alimentados, a que se asearan y a que tuvieran comunicación con sus familiares.
“Esto debe servir para que los cubanos tengan más cuidado al salir de la isla; que sepan que no van a recorrer un camino fácil, que pueden encontrar hasta la muerte, no sólo en el mar sino también en tierra firme”, comentó vía telefónica, uno de sus familiares.
Denunciaron que “Héctor Alemán (presuntamente funcionario del INM), el 24 de noviembre fue a sacar por la fuerza a uno de ellos y fueron todos maltratados físicamente y de palabra”.
Lo anterior sucedió después de que, por instrucciones del delegado del INM, otros dos cubanos recibieron su documentación para tramitar su legalidad migratoria en el país, a cambio de que firmaran documentos que indicaban que las condiciones de trato en las instalaciones eran buenas.
Al negarse a firmar dicho aval se les negó cualquier posibilidad de legalizarse o de recibir asilo.
En el INM había unos colombianos presos por robo y que iban a ser deportados; sin embargo, afirmaron que “recibieron un ‘salvoconducto’ por decirle al presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos que ellos no habían visto ningún maltrato el día 24 de noviembre, cuando Héctor Alemán personalmente golpeó a un cubano que iba a ser deportado”.
Los cubanos fueron detenidos en el estado de Chiapas el 7 de julio, lugar donde los iban a poner en libertad mediante el pago de una multa, pero el 8 de julio fueron llevados a la ciudad de México, presuntamente para deportarlos.
Fue hasta el 25 de julio cuando se les informó que serían deportados, lo que no se concretó gracias a que lograron un amparo a su favor.
No obstante, estuvieron cuatro horas a la espera de ser liberados y fueron transportados a la delegación del INM en Querétaro, donde permanecieron detenidos hasta el pasado 25 de diciembre.
Durante el tiempo que permanecieron en las instalaciones del instituto en Querétaro, los familiares de los detenidos cumplieron con todos los trámites para que se les otorgara asilo político, sin que tuvieran una respuesta positiva.
Debido a tal situación, el 30 de noviembre el presidente de la CEDH, Adolfo Ortega, denunció violaciones a los derechos de los detenidos, como ser golpeados por policías.
En esa ocasión, afirman que los golpearon, esposaron e incomunicaron y durante cuatro días no recibieron llamadas telefónicas de sus familiares, ni ropa para cambiarse, ni cepillo de dientes.
También acusaron a una persona de nombre Jesús, como el sujeto que los maltrataba y los humillaba.
Juan José Arreola corresponsal, El Universal, 2 de enero.
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