El secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, dijo que las alzas al precio de las gasolinas, el diésel, el gas y la electricidad estaban ya previstas en el proyecto de ingresos para 2010, presentado el 8 de septiembre de 2009 ante el Congreso.
Ahí se señalaba que para evitar impactos abruptos sobre los niveles de inflación, los ajustes a los precios y las tarifas que se apliquen serán periódicos y graduales, agregó.
Durante su compareceencia ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el funcionario sostuvo que el incremento en el precio de las gasolinas no fue una decisión fácil ni popular, pero sí responsable, ya que permitirá financiar las prioridades de gasto para el combate a la pobreza, la educación y la infraestructura previstas en el Presupuesto de Egresos.
Dijo que mantener congelado el precio de los combustibles habría costado 60 mil millones de pesos en subsidios tan solo en 2010, es decir, una cifra equivalente al presupuesto total del programa Oportunidades o a tres veces el gasto destinado a la UNAM.
Además, apuntó, “retrasar estas decisiones, sin duda difíciles, puede llevar a rezagos que requieran ajustes mayores en los precios y que les cueste más trabajo asimilar a las familias”.
Cordero puntualizó que el objetivo del incremento a las gasolinas “no es recaudatorio, sino que la decisión obedece a la voluntad de cumplir con el Presupuesto de Egresos de la Federación que estableció con responsabilidad el Congreso de la Unión”.
En la comparecencia conjunta con el director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, la fracción del PRI encabezada por Francisco Labastida, César Augusto Santiago y Jorge Carlos Ramírez se inconformó, al considerar que el secretario Cordero evadió responder a los cuestionamientos de la oposición, con la complacencia del legislador panista Mario Alberto Becerra, presidente de la Tercera Comisión de Trabajo de la Comisión Permanente.
Cordero aseguró que es responsabilidad del gobierno federal buscar soluciones que permitan hacer frente a los compromisos de gasto sin poner en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas, y que por ello el aumento permitirá a los mexicanos generar los ingresos necesarios para vivir mejor y los empleos que tanto se necesitan.
El titular de Hacienda indicó que los aumentos son moderados en comparación con los aplicados en la década pasada por las administraciones priistas.
Más aún, dijo, la inflación de los productos de la canasta básica al cierre de diciembre fue la más baja en los últimos siete años, según los indicadores del Banco de México.
Ahí se señalaba que para evitar impactos abruptos sobre los niveles de inflación, los ajustes a los precios y las tarifas que se apliquen serán periódicos y graduales, agregó.
Durante su compareceencia ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el funcionario sostuvo que el incremento en el precio de las gasolinas no fue una decisión fácil ni popular, pero sí responsable, ya que permitirá financiar las prioridades de gasto para el combate a la pobreza, la educación y la infraestructura previstas en el Presupuesto de Egresos.
Dijo que mantener congelado el precio de los combustibles habría costado 60 mil millones de pesos en subsidios tan solo en 2010, es decir, una cifra equivalente al presupuesto total del programa Oportunidades o a tres veces el gasto destinado a la UNAM.
Además, apuntó, “retrasar estas decisiones, sin duda difíciles, puede llevar a rezagos que requieran ajustes mayores en los precios y que les cueste más trabajo asimilar a las familias”.
Cordero puntualizó que el objetivo del incremento a las gasolinas “no es recaudatorio, sino que la decisión obedece a la voluntad de cumplir con el Presupuesto de Egresos de la Federación que estableció con responsabilidad el Congreso de la Unión”.
En la comparecencia conjunta con el director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, la fracción del PRI encabezada por Francisco Labastida, César Augusto Santiago y Jorge Carlos Ramírez se inconformó, al considerar que el secretario Cordero evadió responder a los cuestionamientos de la oposición, con la complacencia del legislador panista Mario Alberto Becerra, presidente de la Tercera Comisión de Trabajo de la Comisión Permanente.
Cordero aseguró que es responsabilidad del gobierno federal buscar soluciones que permitan hacer frente a los compromisos de gasto sin poner en riesgo la estabilidad de las finanzas públicas, y que por ello el aumento permitirá a los mexicanos generar los ingresos necesarios para vivir mejor y los empleos que tanto se necesitan.
El titular de Hacienda indicó que los aumentos son moderados en comparación con los aplicados en la década pasada por las administraciones priistas.
Más aún, dijo, la inflación de los productos de la canasta básica al cierre de diciembre fue la más baja en los últimos siete años, según los indicadores del Banco de México.
Daniel Venegas y Fernando Damián, Milenio, 8 de enero.
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