Reforma política no será viable, anticipan expertos

En la Presidencia se tiene la claridad de que la propuesta de reforma política, presentada el 15 de diciembre, no tiene viabilidad y “simplemente será recordada como un golpe publicitario”, pues el gobierno envió su iniciativa en el “peor momento”, sin consensarla previamente con los partidos políticos y, además, focalizada en otorgar más facultades al Ejecutivo, coinciden expertos entrevistados por EL UNIVERSAL.



La iniciativa del presidente Felipe Calderón Hinojosa tiene “un pecado de origen”, alertó el investigador Lorenzo Córdova, integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.







“Fue enviada de buenas a primeras cuando debió haberse instalado una mesa de negociación de alto nivel para lograr un documento que contara con un mínimo de consenso, al menos en lo primordial, entre fuerzas políticas”.



Según las minutas de las negociaciones alcanzadas en 2007 y 2008, en el más reciente intento para pactar una reforma política en el Senado, las principales apuestas de Calderón Hinojosa para “darle más poder al ciudadano” —normar la llamada iniciativa ciudadana, candidaturas independientes y reelección— fueron desechadas.



Bajo esta premisa, Lorenzo Córdova pronosticó que la iniciativa calderonista no tiene futuro político.



“No le veo viabilidad, porque no pasó por ese filtro. Lo que el Senado apruebe será muy diferente a la iniciativa presentada por Calderón”.







Argumentó que la bibliografía del derecho constitucional deja claro que en un sistema democrático la “última palabra” la tiene el Congreso.







Mencionó que “la clave en la que reside el equilibrio democrático entre el Legislativo y Ejecutivo está en un delicadísimo juego de pesos y contrapesos, de controles y de poderes recíprocos”.







—¿Y qué se hace con los excesos de los legisladores?



—Propones un replanteamiento del funcionamiento del Legislativo; una reforma a la ley orgánica del Congreso. Por ejemplo, las facultades del Congreso para ratificar a miembros del gabinete o sanciones para aquellos que no cumplan con lo que ofrecen.











Desde hace 154 años se ha intentado modificar la Constitución, pero en el México contemporáneo, las reformas más recordadas son la de José López Portillo en 1977 y la de Ernesto Zedillo en 1997, la primera por instrumentar la fórmula de las curules plurinominales para que los partidos pequeños tuvieran representatividad y la segunda por fortalecer el derecho electoral.



Año estratégico

Felipe Calderón eligió 2010 para anuncia su reforma. Año en el cual se elegirán a 12 gobernadores y, con ello, la estructura electoral rumbo a 2012. Y la época en la que, según las más recientes encuestas, la principal preocupación de los ciudadanos es conseguir o mantener su empleo.







El 7 de enero, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, admitió ante el cuerpo diplomático del país acreditado en el extranjero que las elecciones podrían complicar la agenda política y dificultar los acuerdos.







Para Lorenzo Meyer la reforma de Calderón llega en el “peor momento”, porque la “magia por la construcción de un nuevo régimen ya desapareció”. Esa tarea, consideró, le correspondía al ex presidente Vicente Fox.



El investigador de El Colegio de México, quien abiertamente apoyó a Andrés Manuel López Obrador en 2006, dijo que las iniciativas de Calderón “no le dicen nada” a la gente que manifiesta un rechazo a la clase política.







El investigador José Antonio Crespo opinó que la propuesta de Felipe Calderón “es una clara respuesta al movimiento del voto nulo”, que en las elecciones de 2009 alcanzó su máximo histórico al sumar más de 1.3 millones de sufragios con lo que se colocó simbólicamente como la quinta fuerza.











El ex consejero electoral e investigador del Instituto Tecnológico de Monterrey, Jesús Cantú, precisó cuáles son las razones por las que la segunda vuelta, reducción del número de legisladores y candidaturas independientes trabarán el debate, programado a partir de febrero en la Cámara de Senadores.







Para Cantú la fórmula planteada por Calderón para instrumentar la segunda vuelta en el país traería como consecuencia el bipartidismo.







“La segunda vuelta trae una gran trampa. A mí me parece que el costo de que la segunda vuelta se realice justo con la elección legislativa sería altísimo. Ahí sí para los partidos políticos que no sean los dos que participan en esta segunda vuelta, porque aquellos dos que lleguen a la recta final son los que van a acaparar el número de votos para sus legisladores; hay un efecto en cascada”.







Criticó la incongruencia de que para registrar a un candidato independiente se requiera el respaldo de 1% de firmas de ciudadanos inscritos en el padrón electoral, más que lo solicitado para la constitución de un partido (.26%).







Jesús Cantú pronosticó que la reducción del número de legisladores es una de las acciones que no tendrá apoyo, pues las curules representan la principal bolsa de cuotas que abastece a los partidos políticos. Y agregó que con esta nueva fórmula los partidos pequeños quedarían fuera del Congreso.







Para el ex consejero electoral enviar una iniciativa, sin una instalación previa de mesas de concertación, es un claro reflejo que la intención de Calderón es convencer a la opinión pública de que cumplió su palabra y que el Congreso bloquea sus propuestas.







“Lo que estamos viendo y no es algo que esté vinculado a esta iniciativa. Estamos viendo a un presidente que está tratando de gobernar con base en golpes publicitarios y no de políticas públicas o propuestas eficientes”.







Cantú dijo que la principal debilidad de la iniciativa de Calderón se ubica en brindar más atribuciones al Ejecutivo.

Elena Michel, El Universal, 11 de enero.

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