El ex Secretario de Hacienda, José Ángel Gurría, se plantó en Los Pinos para recomendar cómo empujar una reforma fiscal integral.
"Mejor no hay que echarle la culpa a nadie: lo que hay que hacer es moverse y hacerlo bien", observó ante Felipe Calderón.
Se permitió reconocer que, durante la gestión de Ernesto Zedillo, él tampoco había podido concretar una reforma.
"Me acuerdo que yo propuse, por ahí, una reforma fiscal y, entonces, el PAN me la echó abajo; y luego el PAN (la) propuso y el PRI la echó abajo, y entonces ya no tiene uno a quién echarle le culpa", repuso.
En su calidad de secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Gurría presentó ayer un estudio sobre el proceso presupuestario que, recordó, le encargó a principios de sexenio el entonces subsecretario de Hacienda, Ernesto Cordero, que "por una feliz coincidencia" se estrenó ayer al frente de esa dependencia.
Desparpajado, Gurría se dio el lujo de ventilar una confidencia: en el Gobierno le pidieron que matizara un extracto del discurso que pronunciaría para no agitar mucho las aguas en una coyuntura marcadamente delicada por la galopante escalada de precios.
El también ex Canciller había saludado las intenciones que Cordero ha deslizado para impulsar una reforma fiscal integral. Y si consideró, a la hora de pronunciar el mensaje, que las declaraciones del Secretario de Hacienda habían sido "atinadas", fue porque acató el encargo.
"Yo había puesto por ahí (en el discurso) que nos parecía muy afortunado, pero luego me dijeron 'no, ponga mejor atinado, nada más, porque como hay este debate tan grande sobre los impuestos y todo lo demás, váyase más despacito", confió.
"Mejor no hay que echarle la culpa a nadie: lo que hay que hacer es moverse y hacerlo bien", observó ante Felipe Calderón.
Se permitió reconocer que, durante la gestión de Ernesto Zedillo, él tampoco había podido concretar una reforma.
"Me acuerdo que yo propuse, por ahí, una reforma fiscal y, entonces, el PAN me la echó abajo; y luego el PAN (la) propuso y el PRI la echó abajo, y entonces ya no tiene uno a quién echarle le culpa", repuso.
En su calidad de secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Gurría presentó ayer un estudio sobre el proceso presupuestario que, recordó, le encargó a principios de sexenio el entonces subsecretario de Hacienda, Ernesto Cordero, que "por una feliz coincidencia" se estrenó ayer al frente de esa dependencia.
Desparpajado, Gurría se dio el lujo de ventilar una confidencia: en el Gobierno le pidieron que matizara un extracto del discurso que pronunciaría para no agitar mucho las aguas en una coyuntura marcadamente delicada por la galopante escalada de precios.
El también ex Canciller había saludado las intenciones que Cordero ha deslizado para impulsar una reforma fiscal integral. Y si consideró, a la hora de pronunciar el mensaje, que las declaraciones del Secretario de Hacienda habían sido "atinadas", fue porque acató el encargo.
"Yo había puesto por ahí (en el discurso) que nos parecía muy afortunado, pero luego me dijeron 'no, ponga mejor atinado, nada más, porque como hay este debate tan grande sobre los impuestos y todo lo demás, váyase más despacito", confió.
Mayolo López, Reforma, 8 de enero.
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