Ardelio Vargas Fosado, presidente de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados, dijo ayer que es “muy aventurado” afirmar —como hizo la Comisión Nacional de los Derechos Humanos— que el Ejército alteró la escena del crimen en el retén militar donde murieron dos niños, en abril pasado, en Tamaulipas.
Alterar la escena de un crimen, dijo, no es sencillo, pues las pruebas periciales determinan la forma en que ocurrieron los hechos y consisten en análisis de balística, las trayectorias de los proyectiles, la posición de los casquillos, de las víctimas, de los vehículos.
El legislador priista se refirió así a la recomendación emitida por la CNDH con relación al fallecimiento de los niños Martín y Brayan Almanza Salazar, por fuego discrecional y directo —afirma el documento— de militares, no en fuego cruzado entre delincuentes y soldados.
“Por respeto a la CNDH y a la Sedena —agregó el diputado Vargas Fosado—, pediría un juicio justo y no parcial, que se tomaran en cuenta todos los elementos que existen, los expedientes de la averiguación previa de las procuradurías del estado y la General de la República, y se llegue a aclarar cómo sucedieron los hechos”.
Con respecto a la queja de la CNDH relativa a que encontró muchos obstáculos en sus indagaciones sobre el caso, y que incluso le fue negada copia de la averiguación, el legislador comentó:
“Lo más conveniente hubiese sido revisar todos los elementos que se tienen a la mano para emitir un juicio, los expedientes de la averiguación previa de las procuradurías del estado la General de la República, y se llegue a aclarar cómo sucedieron los hechos”.
Insistió en que “se puede alterar una declaración, pero nunca las cuestiones técnicas, como la trayectoria de los impactos, éstos mismos, la posición de los vehículos y lo que implica un estudio técnico y la dinámica en que se realizaron los hechos”.
Hizo notar que fueron las procuradurías General de la República y de Tamaulipas las que hicieron las averiguaciones y peritajes, y en este sentido opinó que se debe tener una investigación completa, sin que se vulnere “con juicios ligeros a una institución tan sólida e importante, como el Ejército”.
Alterar la escena de un crimen, dijo, no es sencillo, pues las pruebas periciales determinan la forma en que ocurrieron los hechos y consisten en análisis de balística, las trayectorias de los proyectiles, la posición de los casquillos, de las víctimas, de los vehículos.
El legislador priista se refirió así a la recomendación emitida por la CNDH con relación al fallecimiento de los niños Martín y Brayan Almanza Salazar, por fuego discrecional y directo —afirma el documento— de militares, no en fuego cruzado entre delincuentes y soldados.
“Por respeto a la CNDH y a la Sedena —agregó el diputado Vargas Fosado—, pediría un juicio justo y no parcial, que se tomaran en cuenta todos los elementos que existen, los expedientes de la averiguación previa de las procuradurías del estado y la General de la República, y se llegue a aclarar cómo sucedieron los hechos”.
Con respecto a la queja de la CNDH relativa a que encontró muchos obstáculos en sus indagaciones sobre el caso, y que incluso le fue negada copia de la averiguación, el legislador comentó:
“Lo más conveniente hubiese sido revisar todos los elementos que se tienen a la mano para emitir un juicio, los expedientes de la averiguación previa de las procuradurías del estado la General de la República, y se llegue a aclarar cómo sucedieron los hechos”.
Insistió en que “se puede alterar una declaración, pero nunca las cuestiones técnicas, como la trayectoria de los impactos, éstos mismos, la posición de los vehículos y lo que implica un estudio técnico y la dinámica en que se realizaron los hechos”.
Hizo notar que fueron las procuradurías General de la República y de Tamaulipas las que hicieron las averiguaciones y peritajes, y en este sentido opinó que se debe tener una investigación completa, sin que se vulnere “con juicios ligeros a una institución tan sólida e importante, como el Ejército”.
La Crónica, 18 de junio.
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