Hidalgo, un estado donde el PRI manda

El próximo 4 de julio habrá elecciones en Hidalgo, estado gobernado por el priista Miguel Osorio Chong. Se elegiría a un nuevo mandatario local. O a una nueva gobernadora. También a 84 presidentes municipales. Y se renovará el Congreso local, con la elección de 18 diputados de mayoría, y la designación de 12 legisladores de representación proporcional.

Para la gubernatura los principales contendientes son Francisco Olvera, de la alianza Unidos Contigo, formada por los partidos PRI- PVEM y Nueva Alianza, y Xóchitl Gálvez, una candidata ciudadana registrada por una coalición del PAN con la izquierda (PRD y Convergencia), denominada Hidalgo Nos Une. Francisco Xavier Berganza, candidato del PT, se retiró de la contienda y los petistas decidieron apoyar a Gálvez.

De acuerdo con la más reciente encuesta presentada en MILENIO Televisión por el Gabinete de Comunicación Estratégica (1º de junio), Olvera, el candidato de la alianza priista, lleva la delantera con 49% de intenciones de voto, contra 23% de Xóchitl Gálvez.

En los anteriores comicios para gobernador, en 2005, el PRI, aliado con el Verde, obtuvo 362 mil votos contra 206 mil del PRD, 81 mil del PAN, y 18 mil del PT. Ni con todos sus votos juntos (305 mil), la oposición le hubiera arrebatado la victoria al PRI.

Y es que Hidalgo es un estado tradicionalmente priista. Una entidad totalmente PRI. Ahora mismo en el Congreso local los tricolores tienen 53% de los espacios, seguidos por Nueva Alianza, que tiene 20% de presencia legislativa. Luego viene el PRD con 13.66%, el PAN con 10%, y el Verde con 3.33%.

El PRI, con Nueva Alianza y el Verde, sus aliados, suma un aplastante 76.33% de las posiciones.

En los anteriores comicios legislativos, hace tres años, el PRI arrolló: ganó en 15 de 18 distritos de mayoría, y Nueva Alianza en tres. El PRD se tuvo que conformar con cuatro diputados de representación proporcional, y el PAN con tres. Nueva Alianza tuvo tres más y el Verde uno.

Así, el PRI y sus aliados contaron en la actual legislatura local con 19 curules, y PRD y PAN con apenas siete.

En los municipios la historia no es muy distinta. En los comicios de 2008 el PRI por sí solo, y aliado con el Verde, ganó en 53 alcaldías, mientras que el PRD sólo consiguió 14, y el PAN 16. El Verde triunfó en solitario en seis municipios, y el PT y Convergencia en uno cada uno.

Un millón 710 mil 922 personas forman la lista nominal del Instituto Estatal Electoral, y son las que podrán votar el próximo 4 de julio. Hidalgo es un estado con abstención alta: en los más recientes comicios legislativos, los de 2008, seis de cada diez hidalguenses (62%) no votaron. Antes, en las elecciones de gobernador de 2005, cinco de cada diez hidalguenses (54%) se abstuvieron. El año pasado, en las elecciones federales, el abstencionismo fue de 56%.

Los candidatos tendrán suficiente dinero para convencer a los abstencionistas: desde el 12 de mayo y hasta que terminen las campañas dispondrán de 17 millones de pesos cada uno. Los aspirantes a alcaldes y diputados contarán con un promedio de un millón y medio de pesos cada uno, de acuerdo con los lineamientos de las autoridades electorales locales.

Proceso polémico

El proceso electoral ha estado lleno de polémica desde que iniciaron las precampañas. En la coalición alrededor de Xóchitl Gálvez, José Guadarrama, ex priista convertido en perredista, precandidato para abanderar la alianza opositora, protestó por los sondeos de opinión que favorecían a la ex colaboradora de Vicente Fox, y renunció a participar en la elección interna de la alianza. Incluso acusó al presidente Felipe Calderón de dar un “dedazo” a favor de Gálvez para que ésta fuera la candidata opositora. Y fue más allá: llevó el asunto hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que finalmente desechó su recurso de inconformidad contra los mecanismos de selección de la candidatura común.

Ya iniciado formalmente el proceso electoral entre el priista Olvera y la opositora Gálvez, la guerra sucia se desató. El PRI ha usado todos los medios disponibles para asociar a la candidata con el ex presidente Fox y con presuntos actos de corrupción de los hijos de su esposa, Martha Sahagún.

Por ejemplo, en Pachuca, la capital, aparecieron anuncios espectaculares que en los que se leía: “¡Aguas, ahí viene Fox, Marthita y sus hijitos! ¡No! ¡Eso sí es una grosería!”.

El anuncio aludía a las groserías que a veces usa Xóchitl durante sus mítines, lenguaje que el PRI ha criticado, y que ella ha minimizado, con alegatos en el sentido de que la miseria que hay en el estado, o la corrupción, esas sí son groserías.

Por su parte, la opositora ha echado mano hasta de una página en Facebook, donde transmite un video compuesto especialmente para ella por el famoso grupo Molotov. La letra de la canción es elocuente: “Hidalgo está mal gobernado, juntos podemos cambiar el pasado (…) estamos cansados de que nos quieran chingar. Xóchitl, Hidalgo, haremos el cambio. (…) Que sí, que no, que cómo chingaos no, ahí viene, ahí viene, Xóchitl”.

La alianza opositora también usa una guerra sucia ahí mismo: acusa al priista Olvera de tener presuntos nexos con narcos.

Las cosas llegaron hasta el punto de que el jueves 10 de junio el equipo de la coalición Hidalgo nos Une denunció la desaparición de uno de sus colaboradores, José Islas Reyes, y culpó a la alianza Unidos Contigo del PRI.

El PAN, en voz de su dirigente nacional, César Nava, fue más lejos: denunció la semana pasada que presuntos narcos, presuntos Zetas, amenazaron no sólo a Xóchitl Gálvez sino a tofos los candidatos opositores para que detengan sus campañas o que estará en riesgo su integridad.

En declaraciones hechas a MILENIO Hidalgo, el politólogo local Alfredo Alcalá Montaño, miembro de la Academia Hidalguense de Educación y Derechos Humanos, alertó que la campaña sucia en el proceso electoral alejará a la sociedad de las urnas.

México • Juan Pablo Becerra-Acosta M., Milenio, 21 de junio.

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