Ineptitud panista nos restituirá el poder, pese a nuestros vicios: PRI

"En el PRI no hay políticos viejos, sólo más experimentados”, aseguró un dirigente que ha sido gobernador, senador y varias veces diputado, cuando se le preguntó sobre la propaganda de ese instituto político.

Esa renovación de cuadros que los priístas ofrecen como alternativa de cambio no se corresponde con el reciclaje en las dirigencias. Allí los rostros son prácticamente los mismos.

Uno de los más claros ejemplos es el sector obrero, que encabeza Joaquín Gamboa Pascoe. El más numeroso, el sector popular, es dirigido desde hace unos días por Emilio Gamboa Patrón, mientras en el sector campesino conserva un claro liderazgo Heladio Ramírez, aun cuando lo encabeza Cruz Aguilar.

Por eso, más que a cambios en las estructuras de sus viejos sectores, los avances electorales del tricolor se deben a la suma de errores de las administraciones panistas –que no han sabido enfrentar a la delincuencia ni han podido crear empleos y oportunidades para los jóvenes– y a las divisiones que caracterizan a los partidos de izquierda.

“El PRI arrastra todavía las prácticas que en buena medida fueron la razón de nuestra derrota: la prevalencia de sectores y organizaciones que se mantienen como forma de presión para el reparto de cuotas, tanto en las burocracias partidistas nacional y de los estados como en la asignación de espacios para cargos de elección popular con una sola diferencia: que éstos ya no se negocian totalmente con las dirigencias, sino que ahora quienes definen prácticamente todo son los gobernadores”, sostiene el secretario adjunto a la presidencia nacional del tricolor, Samuel Aguilar.

Diversos análisis y ensayos sobre la actualidad del PRI dan cuenta de que a pesar de mantener las mismas prácticas que los llevaron a perder en dos ocasiones consecutivas la Presidencia, los resultados posteriores a la elección federal de 2006 reposicionaron al tricolor en las preferencias electorales.

“Nosotros estamos convencidos de que hay al menos dos elementos que nos han permitido remontar los peores momentos del PRI, como el tercer lugar en el que quedamos en la elección presidencial de 2006. Uno es, sin duda, la sensación que tiene la población en general de que la violencia y la inseguridad nos pueden alcanzar en un restaurante, cuando caminamos por la calle y hasta en nuestra propia casa.

“La incapacidad del gobierno federal para enfrentar con éxito este fenómeno hace sentir a la gente que no está a salvo, que no puede tener un momento de tranquilidad, que puede ser alcanzada por la delincuencia si tiene la desgracia de estar en el lugar equivocado y en el momento equivocado. Eso no pasaba antes, y esa es la reflexión que hacen los electores”, agrega Aguilar.
Otro elemento que ha redirigido el voto hacia ese partido en las elecciones recientes y que no se espera que cambie radicalmente en los próximos comicios es la falta de pericia de los gobiernos panistas para generar condiciones de empleo y educación en el país, coinciden senadores y diputados del tricolor.

“La reflexión que hace la gente es la misma: eso antes no pasaba o pasaba menos. Hoy hay cada vez más jóvenes en la calle, sin perspectivas de estudio o de trabajo. Esa es una realidad que vemos todos los días, aunque el gobierno de Felipe Calderón se empeñe en decirnos que en su administración se ha creado un número histórico de fuentes de empleo. Ese discurso choca con la realidad. No son miles, son millones las personas que no encuentran trabajo o han perdido su empleo. Son millones los jóvenes que quedan marginados de las oportunidades de ingresar a las universidades”, refiere a su vez un estudio de la dirigencia priísta.

“Tenemos que reconocer que a pesar del éxito electoral del PRI en las pasadas elecciones y las perspectivas de triunfo para los procesos de julio próximo, el partido no ha cambiado sustancialmente. Mantiene muchos de sus vicios. No hay duda de que se hacen esfuerzos cotidianos por cambiarlos, pero las inercias son de tal magnitud que nos va a llevar tiempo modificarlos. Ayuda para este proceso de renovación, y mucho, el aliento que produce en la militancia cada elección que ganan nuestros candidatos, pero nos queda mucho por hacer”, admite Samuel Aguilar.

Esos errores en el ejercicio de gobierno, entre otros muchos tropiezos de las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón, han aglutinado además al priísmo a escalas estatal y nacional.

“Tenemos la mayor estructura electoral, sabemos movilizar a nuestra militancia y después de perder en dos ocasiones consecutivas las elecciones presidenciales, tenemos claro que divididos somos vulnerables, pero que unidos tenemos todas las posibilidades de ganar”, coinciden la presidenta nacional, Beatriz Paredes, los coordinadores en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, y en la Cámara de Diputados, Francisco Rojas, así como los gobernadores y líderes de sectores y organizaciones.

Lo anterior, a pesar de que muchos de los gobernantes del tricolor sean señalados por actos de corrupción o ineficiencia y que en los sectores y organizaciones las decisiones sean invariablemente verticales.
Ciro Pérez Silva, La jornada, 12 de junio.

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