"No puede ser posible que a mí esos hombres me hayan cambiado la vida y ellos estén como si nada", dice Cynthia Salazar, madre de los niños Martín y Brayan Almanza, quienes de acuerdo con una investigación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), fueron asesinados por elementos del Ejército Mexicano.
Para Cynthia, la recomendación de la CNDH reafirma lo que ella y los otros 10 sobrevivientes de la agresión señalaron desde el principio: que no hubo fuego cruzado con sicarios, que en el camino sólo estaban ellos en su camioneta y los militares, que les dispararon y que luego alteraron la escena del crimen.
De ser verdad el informe de los militares, admite, ella y su esposo estarían muertos por los supuestos disparos que se hicieron de frente.
A Cynthia le da gusto que la CNDH haya emitido la recomendación, pero no es suficiente. Lo más importante es que los responsables sean castigados, porque los soldados le cambiaron la vida a ella y a sus familias, y mientras tanto, los soldados no han sido castigados.
De acuerdo con la investigación de la CNDH, la Unidad de Contraloría General del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana no ha iniciado ningún procedimiento administrativo, bajo el argumento de que elementos militares no cometieron violaciones a derechos humanos, ya que actuaron repeliendo una "agresión real, inminente y violenta, actuando en legítima defensa".
"Lo que tiene que hacer el Gobierno es castigar a los responsables sin pensarlo, ¿qué más pruebas quieren?. Primero castigar a los soldados, dejarles caer todo el peso de la ley.
"Esperemos que sí reaccionen y se haga lo que se pide, si no se hace nada vamos a presionar todo lo que se pueda, porque yo ya dije que no voy a descansar hasta que ellos estén pagando por lo que me hicieron. Lo que nos hicieron tiene que ser pagado con la justicia más grande, porque mis hijos eran dos niños de 5 y 9 años y no tenían que haber muerto de este modo".
Cynthia señala que sus hijos no son los únicos que han sido asesinados por elementos de las Fuerzas Armadas en el contexto de la lucha contra el crimen organizado. Por eso se suma al llamado de retirar al Ejército de las calles.
"Ya es justo que todo esto se termine porque no soy la primera, no es el primer caso, por culpa de esos militares han fallecido muchos, ya han matado a muchos inocentes, como mis dos niños.
"Ellos simplemente iban a un momento de diversión, hacia la playa. Espero que el Gobierno ya abra los ojos, a mí me gustaría mucho que los retirara, ya que los quite, me sentiría yo más segura sin ellos".
Para Cynthia, la recomendación de la CNDH reafirma lo que ella y los otros 10 sobrevivientes de la agresión señalaron desde el principio: que no hubo fuego cruzado con sicarios, que en el camino sólo estaban ellos en su camioneta y los militares, que les dispararon y que luego alteraron la escena del crimen.
De ser verdad el informe de los militares, admite, ella y su esposo estarían muertos por los supuestos disparos que se hicieron de frente.
A Cynthia le da gusto que la CNDH haya emitido la recomendación, pero no es suficiente. Lo más importante es que los responsables sean castigados, porque los soldados le cambiaron la vida a ella y a sus familias, y mientras tanto, los soldados no han sido castigados.
De acuerdo con la investigación de la CNDH, la Unidad de Contraloría General del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana no ha iniciado ningún procedimiento administrativo, bajo el argumento de que elementos militares no cometieron violaciones a derechos humanos, ya que actuaron repeliendo una "agresión real, inminente y violenta, actuando en legítima defensa".
"Lo que tiene que hacer el Gobierno es castigar a los responsables sin pensarlo, ¿qué más pruebas quieren?. Primero castigar a los soldados, dejarles caer todo el peso de la ley.
"Esperemos que sí reaccionen y se haga lo que se pide, si no se hace nada vamos a presionar todo lo que se pueda, porque yo ya dije que no voy a descansar hasta que ellos estén pagando por lo que me hicieron. Lo que nos hicieron tiene que ser pagado con la justicia más grande, porque mis hijos eran dos niños de 5 y 9 años y no tenían que haber muerto de este modo".
Cynthia señala que sus hijos no son los únicos que han sido asesinados por elementos de las Fuerzas Armadas en el contexto de la lucha contra el crimen organizado. Por eso se suma al llamado de retirar al Ejército de las calles.
"Ya es justo que todo esto se termine porque no soy la primera, no es el primer caso, por culpa de esos militares han fallecido muchos, ya han matado a muchos inocentes, como mis dos niños.
"Ellos simplemente iban a un momento de diversión, hacia la playa. Espero que el Gobierno ya abra los ojos, a mí me gustaría mucho que los retirara, ya que los quite, me sentiría yo más segura sin ellos".
Silvia Garduño, Reforma, 17 de junio.
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