PUEBLA.- Mario Marín Torres, quien construyó su carrera a partir de la imagen del indígena exitoso con base en el esfuerzo, allanó con escándalos la debacle de su partido político.
Autonombrado alumno del ex Gobernador Manuel Bartlett Díaz, Marín creció en el primer círculo de la política local justo en esa administración de Bartlett, donde pasó de operador en conflictos sociales a subsecretario de Gobernación, a titular de ese despacho y finalmente a Alcalde de Puebla.
Una vez en el Gobierno, en su primer año, un grupo de empresarios poblanos lo destapó como un "candidato natural" a la Presidencia de la República, ilusión que se vino abajo en 2006 con la aparición de la grabación de una charla telefónica entre él y el maquilador Kamel Nacif Borge, quien lo llamó "Gober precioso" y "Héroe de la película".
Entre febrero y abril de 2006, su permanencia como titular del Poder Ejecutivo estuvo en vilo ante las marchas ciudadanas de hasta 80 mil poblanos que demandaban su renuncia al cargo. Sin embargo, una marcha de respaldo con 35 mil personas, entre campesinos, obreros y burócratas, tranquilizó esa demanda.
La investigación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para determinar si existieron o no violaciones graves a los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho, en principio, vino a tambalear más la débil credibilidad.
Después de un año y medio, el máximo tribunal del País exoneró al Mandatario, lo que le permitió retomar el control político.
Tras ese caso, la Oposición denunció actos de corrupción en su Gobierno, como el sobrecosto en la construcción de hospitales y el atraso de tres años en la edificación del llamado Centro Expositor que alcanzará un gasto de mil 200 millones de pesos.
A esa lista se sumó la aparición de dobles contratos en el proceso de compra-venta de predios en La Célula, obra que según el propio Mario Marín tuvo un costo de 700 millones de pesos, pero que a la fecha es un elefante blanco porque no hay empresas instaladas y no funciona la aduana.
Más recientemente, actores políticos y sociales criticaron al Mandatario estatal por impulsar a su secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala, como el candidato del PRI a Gobernador, lo cual fue considerado como una imposición.
Autonombrado alumno del ex Gobernador Manuel Bartlett Díaz, Marín creció en el primer círculo de la política local justo en esa administración de Bartlett, donde pasó de operador en conflictos sociales a subsecretario de Gobernación, a titular de ese despacho y finalmente a Alcalde de Puebla.
Una vez en el Gobierno, en su primer año, un grupo de empresarios poblanos lo destapó como un "candidato natural" a la Presidencia de la República, ilusión que se vino abajo en 2006 con la aparición de la grabación de una charla telefónica entre él y el maquilador Kamel Nacif Borge, quien lo llamó "Gober precioso" y "Héroe de la película".
Entre febrero y abril de 2006, su permanencia como titular del Poder Ejecutivo estuvo en vilo ante las marchas ciudadanas de hasta 80 mil poblanos que demandaban su renuncia al cargo. Sin embargo, una marcha de respaldo con 35 mil personas, entre campesinos, obreros y burócratas, tranquilizó esa demanda.
La investigación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para determinar si existieron o no violaciones graves a los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho, en principio, vino a tambalear más la débil credibilidad.
Después de un año y medio, el máximo tribunal del País exoneró al Mandatario, lo que le permitió retomar el control político.
Tras ese caso, la Oposición denunció actos de corrupción en su Gobierno, como el sobrecosto en la construcción de hospitales y el atraso de tres años en la edificación del llamado Centro Expositor que alcanzará un gasto de mil 200 millones de pesos.
A esa lista se sumó la aparición de dobles contratos en el proceso de compra-venta de predios en La Célula, obra que según el propio Mario Marín tuvo un costo de 700 millones de pesos, pero que a la fecha es un elefante blanco porque no hay empresas instaladas y no funciona la aduana.
Más recientemente, actores políticos y sociales criticaron al Mandatario estatal por impulsar a su secretario de Desarrollo Social, Javier López Zavala, como el candidato del PRI a Gobernador, lo cual fue considerado como una imposición.
Francisco RIvas corresponsal, Reforma, 5 de julio.
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