Duarte iba al frente anoche, pero Yunes se le acercaba

En una elección marcada por la violencia, las denuncias de acarreo y compra de votos, el PRI mantenía anoche la ventaja para conservar el gobierno del estado de Veracruz, pero el PAN recortaba la distancia.

Ante líderes petroleros y José Murat, ex gobernador de Oaxaca, Javier Duarte, candidato a la gubernatura por la alianza PRI-PVEM, se declaró vencedor y presumió que en algunas casillas el triunfo fue de 3 a 1.

“Todas las tendencias nos dan como claros triunfadores”, afirmó Duarte con base en las encuestas de salida que lo colocaban con una ventaja de 14 puntos porcentuales sobre su principal adversario Miguel Ángel Yunes, de PAN-Panal.

Al cierre de la edición, el PREP del Instituto Electoral Veracruzano registraba un avance de 11 por ciento en el cómputo de casillas y daba una ventaja al PRI con 95 mil 999 votos a su favor.

Los datos preliminares mantenían a la alianza PAN-Panal en segundo lugar con 83 mil 400 votos y en tercer lugar a la coalición PRD-PT-Convergencia con 25 mil 388 votos.

Yunes Linares y el candidato de la coalición de izquierda Para Cambiar Veracruz, Dante Delgado, se negaron a admitir la derrota en la urnas. Los números del Instituto Electoral Veracruzano con 123 actas computadas colocaban a la alianza PRI-PVEM en primer lugar con 11 mil 913 votos.

Tras conocer las encuestas de salida, el PAN acusó al PRI de “tramposo” y se adjudicó el triunfo.

La Red Cívica Veracruzana, por su parte, habló de “descaro e intimidación en la compra del voto” y de que ambos partidos se trenzaron en una guerra sucia antes y después del proceso electoral, y calculó un abstencionismo del 40 por ciento. La dirigencia del PAN en el estado denunció que los comicios se caracterizaron por “la delincuencia electoral, con la complacencia, ayuda y protección de las policías del estado y municipales a estos delincuentes del PRI, lo cual la convierte en una elección de Estado”. Dos de las vertientes, añadió, fueron la entrega de despensas y enfrentamientos, como el caso de Gumersindo Hernández Córdova, quien fue emboscado en el camino entre Vaquería y Tehuantepec, en Tatatila, cuando se dirigía a votar a la casilla 3770-B, así como heridos de bala en tres casillas y robo de urnas en Santa Isabel, por parte de encapuchados.

En Coxquihui se robaron dos casillas, una básica y una extraordinaria, así como en Tierra Blanca. Los guardaespaldas del diputado federal del PRI, Gerardo Mejía de la Merced, balearon la casilla 3614 y huyeron, resguardado por patrullas de Seguridad Pública Estatal.

El candidato del PRI, sin embargo, no mencionó ninguno de esos hechos, y llegó al hotel Crown Plaza, donde lo esperaban un puñado de seguidores, quienes tocaban los cláxones de sus vehículos y le lanzaban vivas. Desde ese escenario, ofreció, “le tiendo la mano a mis adversarios”.

Xalapa • Humberto Ríos e Isabel Zamudio, Milenio, 5 de julio.

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