Durango: disputa entre priístas

Durango, Dgo., 1º de julio. A unas horas de la jornada electoral, los candidatos José Rosas Aispuro, de la coalición Durango nos Une, y Jorge Herrera Caldera, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), están seguros de ganar, aunque el primero desconfía de las autoridades electorales, asegura que hay una guerra sucia en su contra y una campaña de Estado en favor de su rival.

Aispuro Torres dejó el PRI en febrero para aceptar la candidatura de la alianza formada por los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Convergencia, pues en el tricolor todo estaba dado para que el candidato fuera Jorge Herrera Caldera, diputado federal y amigo del gobernador Ismael Hernández Deras.

Aispuro tiene el apoyo de varios ex funcionarios priístas, quienes aseguran que no han renunciado a ese partido pero apoyan el proyecto de El Güero.

Oriundo de Tamazula, Aispuro Torres fue presidente de la Gran Comisión de la 59 Legislatura local, presidente municipal de Durango de 2001 a 2004 y diputado federal de 2006 a 2009. Ahora dice estar listo para el domingo, pero que existe una campaña de miedo.

“Les dicen a los campesinos que si gano les voy a quitar lo poco que han logrado, que desaparecerán algunos programas de apoyo y comercialización; a los trabajadores de gobierno los amenazan con que les quitaré el trabajo; a los empresarios les dicen que los eliminaré de la lista de proveedores del gobierno. Esa es una política de terror”, señala.

Asegura que el gobernador hizo campaña todos los días en favor de Herrera Caldera para mantenerlo en la pelea; aun así, no despegó. El Ejecutivo “entregó despensas y cemento, ofreció audiencias en los municipios y atendió a la gente en zonas rurales para pedir que apoyara a los candidatos del PRI”, afirma.

El Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, asevera, forma parte de esta “campaña de Estado”: el gobernador y el PRI controlan la presidencia y a los consejeros. “No creemos que me permitan ganar, pero la gente ha decidido. Mientras mayor sea la votación, más amplia será mi ventaja y menos oportunidad tendrán de arrebatarme el triunfo”, comentó el ex priísta.

Agregó que el PRI se infiltró en su equipo campaña para informar al gobierno de todos sus programas, proyectos y recorridos. “Tuvimos que dar de baja a varios”, asegura.

Herrera Caldera tiene apenas seis años en el PRI, al que ingresó de la mano de Hernández Deras cuando éste fue designado candidato a gobernador, en 2004.

A la familia de Herrera Caldera se le vincula con el Partido Acción Nacional. El propio candidato es amigo de varios dirigentes del blanquiazul, entre ellos el dirigente estatal, Juan Carlos Gutiérrez, y Bonifacio Herrera Rivera, diputado federal y primo del cardenal Norberto Rivera Carrera.

En septiembre de 2004 Jorge Herrera asumió la Secretaría de Finanzas del estado, cargo al que renunció en enero de 2007, cuando fue nombrado candidato a presidente municipal de Durango. En 2009 solicitó licencia porque fue nombrado aspirante a diputado federal, cargo que ganó y al cual pidió permiso en diciembre de 2010 para buscar la gubernatura.

Al igual que su competidor, Herrera Caldera confía en ganar: “La gente ha aceptado mis propuestas sobre las de otros porque yo sí he hecho campaña de contacto directo. Mi esposa y yo hemos acudido por separado a los municipios para conocer los problemas de la gente”, dice.

El priísta negó que existan guerra sucia y una campaña de Estado. “Estoy metido en mi campaña. No tengo tiempo para monitorear lo que hacen o dicen los demás y yo he sido propositivo”.

Pidió respeto y confianza para las autoridades electorales y rechazó los rumores de que se ha topado con dos retenes de gente armada y que en una ocasión lo persiguieron varios kilómetros: “No enfrentamos nada raro ni vimos nada fuera de lo normal. Fue una campaña con saldo blanco”. Sin embargo, al visitar los municipios serranos la orden era regresar a las cinco o seis de la tarde.

Las encuestas ordenadas por los priístas ubican a su candidato con hasta 19 puntos arriba, mientras las del candidato de la coalición le dan siete puntos de ventaja.

Gabino Martínez Guzmán, del Partido del Trabajo, declinó en favor de Aispuro Torres. Nora Loera, del Verde Ecologista de México, y Juan Ángel de la Rosa de León, del Partido Duranguense, no llegan ni a un punto porcentual en los sondeos de preferencia.
Saúl Maldonado, La Jornada, 2 de julio.

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