El Instituto Electoral de Tlaxcala (IET) sancionó al gobernador de esa entidad, Héctor Ortiz, y al presidente Felipe Calderón por el incumplimiento en el retiro de la propaganda gubernamental de 65 anuncios espectaculares y bardas, por lo que cada uno deberá pagar 953,225 pesos, cantidad que deberá ser costeada de su propia bolsa en un periodo no mayor a 15 días.
Al respecto, el mandatario estatal aseguró que acatará la sanción impuesta por el IET, aunque no descartó la posibilidad de impugnar la sanción, misma que comprende una multa de 7,500 días de salario mínimo por no retirar la propaganda y 10,000 días por violar la ley, que equivale a la cifra mencionada para ambos mandatarios.
De hecho, la jornada electoral en Tlaxcala se caracterizó por acusaciones mutuas de los equipos del PAN y PRI sobre una presunta intervención de funcionarios federales y estatales para coaccionar el voto, el reparto de dinero y despensas mediante patrullas y llamadas por la mañana a la población para que no fueran a votar bajo el amago de que habría violencia, según acusaron. (Alejandro Páez en Tlaxcala)
Aunque se esperaba una elección polarizada y tensa al final, la jornada electoral se mantuvo con tranquilidad y con un PRD que lidiaba con la confusión de sus militantes que votaban por su candidata Minerva Hernández, quien hace una semana declinó por la abanderada del PAN, Adriana Dávila.
Los perredistas se la pasaron explicando a sus militantes que tenían que votar por Dávila, pero al final esa confusión afectó “la alianza de facto” entre PAN y PRD en esa entidad, pues la panista no logró retener la gubernatura, según marcaron las tendencias electorales y encuestas de salida.
ANOMALIAS El PRI a través de su delegado en Tlaxcala, Carlos Rojas, acusó varias veces durante el día irregularidades de parte del delegado de la Sagarpa, Rolando Romero López por “irrumpir con violencia, con aviesas intenciones” en un domicilio particular. Igualmente acusó al hermano del gobernador Rodolfo Ortiz de entregar recursos en el municipio de Contra de Juárez Cuamantzi.
Por la mañana, acompañado del líder del sector popular del PRI, Emilio Gamboa, el candidato del PRI a la gubernatura Mariano González Zarur demandó a los gobiernos federal y estatal de dejarse chantajear, presionar e intimidar en esta entidad a los votantes y aseguró que era necesario “borrar la leyenda negra de Tlaxcala”.
La coordinadora de los diputados del PAN, Josefina Vázquez Mota, emplazó al tricolor a presentar cualquier queja ante las instancias correspondientes y anunció que el resultado de las elecciones de ayer en territorio nacional “marcará en gran medida el destino de nuestro país”.
En su oportunidad, la abanderada del PAN a la gubernatura, Adriana Dávila, rechazó ser la candidata del presidente Felipe Calderón y sostuvo que eso “era percepción de algunos”, pero no tenía porqué afectarle o beneficiarle.
Al respecto, el mandatario estatal aseguró que acatará la sanción impuesta por el IET, aunque no descartó la posibilidad de impugnar la sanción, misma que comprende una multa de 7,500 días de salario mínimo por no retirar la propaganda y 10,000 días por violar la ley, que equivale a la cifra mencionada para ambos mandatarios.
De hecho, la jornada electoral en Tlaxcala se caracterizó por acusaciones mutuas de los equipos del PAN y PRI sobre una presunta intervención de funcionarios federales y estatales para coaccionar el voto, el reparto de dinero y despensas mediante patrullas y llamadas por la mañana a la población para que no fueran a votar bajo el amago de que habría violencia, según acusaron. (Alejandro Páez en Tlaxcala)
Aunque se esperaba una elección polarizada y tensa al final, la jornada electoral se mantuvo con tranquilidad y con un PRD que lidiaba con la confusión de sus militantes que votaban por su candidata Minerva Hernández, quien hace una semana declinó por la abanderada del PAN, Adriana Dávila.
Los perredistas se la pasaron explicando a sus militantes que tenían que votar por Dávila, pero al final esa confusión afectó “la alianza de facto” entre PAN y PRD en esa entidad, pues la panista no logró retener la gubernatura, según marcaron las tendencias electorales y encuestas de salida.
ANOMALIAS El PRI a través de su delegado en Tlaxcala, Carlos Rojas, acusó varias veces durante el día irregularidades de parte del delegado de la Sagarpa, Rolando Romero López por “irrumpir con violencia, con aviesas intenciones” en un domicilio particular. Igualmente acusó al hermano del gobernador Rodolfo Ortiz de entregar recursos en el municipio de Contra de Juárez Cuamantzi.
Por la mañana, acompañado del líder del sector popular del PRI, Emilio Gamboa, el candidato del PRI a la gubernatura Mariano González Zarur demandó a los gobiernos federal y estatal de dejarse chantajear, presionar e intimidar en esta entidad a los votantes y aseguró que era necesario “borrar la leyenda negra de Tlaxcala”.
La coordinadora de los diputados del PAN, Josefina Vázquez Mota, emplazó al tricolor a presentar cualquier queja ante las instancias correspondientes y anunció que el resultado de las elecciones de ayer en territorio nacional “marcará en gran medida el destino de nuestro país”.
En su oportunidad, la abanderada del PAN a la gubernatura, Adriana Dávila, rechazó ser la candidata del presidente Felipe Calderón y sostuvo que eso “era percepción de algunos”, pero no tenía porqué afectarle o beneficiarle.
La Crónica, 5 de julio.
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