Ni la derrota en Zacatecas, el único bastión del PRD en disputa, le borró la sonrisa del rostro y el semblante de visible satisfacción a Jesús Ortega, cuya cabeza no rodará tras los resultados electorales que tuvieron sus mayores triunfos en Oaxaca y Puebla, donde él concentró sus esfuerzos.
En menos de 20 minutos, César Nava y Jesús Ortega soltaron 17 calificativos para resaltar los logros de su experimento político en cinco estados, de los cuales, en cuatro se proclamaron ganadores.
“Victorias claras, definitivas e irreversibles”, definió el panista del triunfo en Puebla, y se olvidó de la derrota en Aguascalientes. En tanto, el perredista calificó de “rotundo éxito e incuestionable victoria” la ventaja, sin mencionar Zacatecas.
Tanta fue la euforia que anticiparon que, de cara a la disputa en el Edomex, habrá pláticas entre ambos partidos. Camacho Solís remató que hacia 2012 habrá competencia y la izquierda no estará marginada. El PRI no ganó carro completo, “ustedes vieron la cara de Beatriz Paredes”, aseguró.
Camacho fue el defensor de Nava y Ortega al frente de sus respectivos partidos; mientras ellos, intercambiaban miradas y amplias sonrisas. Ninguno pensó en Aguascalientes o Zacatecas. Por el contrario, enumeraban los triunfos también en Tlaxcala, Sinaloa y Durango; en ese orden, aunque sólo a partir de sus propias encuestas, las de IMO, de la Universidad de Guadalajara.
La derrota en Zacatecas no mereció la presencia de Ortega en la cuarta conferencia de la jornada de ayer, la segunda sin César Nava. Fue Camacho quien salió al paso. Pero no confirmó la derrota, sólo dijo que los esfuerzos se concentraron en los estados con alianza, dejando ver que fueron prioritarios.
Dejó la responsabilidad a los perredistas zacatecanos, principalmente a la gobernadora Amalia García, quien ante la ausencia de su dirigente nacional, tendrá que asumir sola los resultados adversos.
Ante el silencio de Jesús Ortega, Camacho Solís sólo atinó a decir que de confirmarse la derrota en el bastión perredista, será consecuencia de la división de la izquierda.
México • Liliana Padilla, Milenio, 5 de julio.
En menos de 20 minutos, César Nava y Jesús Ortega soltaron 17 calificativos para resaltar los logros de su experimento político en cinco estados, de los cuales, en cuatro se proclamaron ganadores.
“Victorias claras, definitivas e irreversibles”, definió el panista del triunfo en Puebla, y se olvidó de la derrota en Aguascalientes. En tanto, el perredista calificó de “rotundo éxito e incuestionable victoria” la ventaja, sin mencionar Zacatecas.
Tanta fue la euforia que anticiparon que, de cara a la disputa en el Edomex, habrá pláticas entre ambos partidos. Camacho Solís remató que hacia 2012 habrá competencia y la izquierda no estará marginada. El PRI no ganó carro completo, “ustedes vieron la cara de Beatriz Paredes”, aseguró.
Camacho fue el defensor de Nava y Ortega al frente de sus respectivos partidos; mientras ellos, intercambiaban miradas y amplias sonrisas. Ninguno pensó en Aguascalientes o Zacatecas. Por el contrario, enumeraban los triunfos también en Tlaxcala, Sinaloa y Durango; en ese orden, aunque sólo a partir de sus propias encuestas, las de IMO, de la Universidad de Guadalajara.
La derrota en Zacatecas no mereció la presencia de Ortega en la cuarta conferencia de la jornada de ayer, la segunda sin César Nava. Fue Camacho quien salió al paso. Pero no confirmó la derrota, sólo dijo que los esfuerzos se concentraron en los estados con alianza, dejando ver que fueron prioritarios.
Dejó la responsabilidad a los perredistas zacatecanos, principalmente a la gobernadora Amalia García, quien ante la ausencia de su dirigente nacional, tendrá que asumir sola los resultados adversos.
Ante el silencio de Jesús Ortega, Camacho Solís sólo atinó a decir que de confirmarse la derrota en el bastión perredista, será consecuencia de la división de la izquierda.
México • Liliana Padilla, Milenio, 5 de julio.
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