Los cárteles de las drogas mexicanos cuelgan pancartas, pegan notas de advertencia a los cadáveres y transmiten videos en internet para intimidar a la policía, a las fuerzas militares, a los medios, a sus rivales y a cualquiera que se interponga en su camino.
Sin embargo, esta semana, un cártel adoptó una nueva táctica: secuestrar periodistas para que sus videos sean transmitidos en televisión. Un grupo de hombres armados secuestró el lunes a tres camarógrafos de televisión en la ciudad de Gómez Palacio, Durango, cuando terminaban de cubrir una protesta en una cárcel a media tarde. Un reportero de un periódico local fue secuestrado esa tarde.
A las 18:00 horas, Jaime Canales, camarógrafo de una estación de televisión local, había llamado a la redacción del canal, reportó el periódico Milenio. Canales dijo que sus captores querían que el canal transmitiera tres videos, que ya se encontraban en un blog de internet, como condición para su liberación.
La estación cumplió la petición y transmitió los videos sin editar la mañana del miércoles. Los videos, que duran aproximadamente 15 minutos en total, mostraban a personas que aparentemente estaban presas acusando a oficiales de policía locales de colaborar con Los Zetas, uno de los cárteles de las drogas más violentos de México.
Los cuatro hombres aun seguían cautivos anoche. Los otros tres fueron identificados como Alejandro Hernández y Héctor Gordoa, camarógrafos de Televisa, y Óscar Solís, reportero de un periódico local, El Vespertino.
"Sus demandas han cambiado" y el grupo quiere más publicidad, dijo Carlos Marín, editor de Milenio. Dijo que Canales había seguido comunicándose con sus editores.
Gómez Palacio y la vecina ciudad de Torreón han estado inmersas en una confusión toda la semana después de que la directora de una prisión estatal y otros tres oficiales fueron acusados de autorizar la salida de un escuadrón de sicarios desde el interior de la cárcel.
Oficiales federales dijeron el domingo que a los internos se les autorizaba salir durante la noche y que llevaron a cabo cuando menos tres masacres este año para cárteles de las drogas en Torreón, usando vehículos y armas de la cárcel. Al día siguiente, familiares de los reos realizaron una protesta afuera de la cárcel, que estaban cubriendo los tres periodistas, exigiendo el regreso de la directora de la prisión y el retiro de la Policía Federal, que había tomado el control de la cárcel.
México se ha convertido en uno de los lugares más peligrosos en el mundo para ser reportero, de acuerdo con grupos internacionales de periodistas. Más de 30 periodistas han sido asesinados o han desaparecido desde que el Presidente Felipe Calderón ocupó su cargo en diciembre del 2006, de acuerdo al Comité para la Protección de los Periodistas.
A pesar del nombramiento de un fiscal federal especial para los crímenes contra los periodistas, casi todos los casos siguen sin resolverse.
Elizabeth Malkin, NYT, Reforma, 29 de julio.
Sin embargo, esta semana, un cártel adoptó una nueva táctica: secuestrar periodistas para que sus videos sean transmitidos en televisión. Un grupo de hombres armados secuestró el lunes a tres camarógrafos de televisión en la ciudad de Gómez Palacio, Durango, cuando terminaban de cubrir una protesta en una cárcel a media tarde. Un reportero de un periódico local fue secuestrado esa tarde.
A las 18:00 horas, Jaime Canales, camarógrafo de una estación de televisión local, había llamado a la redacción del canal, reportó el periódico Milenio. Canales dijo que sus captores querían que el canal transmitiera tres videos, que ya se encontraban en un blog de internet, como condición para su liberación.
La estación cumplió la petición y transmitió los videos sin editar la mañana del miércoles. Los videos, que duran aproximadamente 15 minutos en total, mostraban a personas que aparentemente estaban presas acusando a oficiales de policía locales de colaborar con Los Zetas, uno de los cárteles de las drogas más violentos de México.
Los cuatro hombres aun seguían cautivos anoche. Los otros tres fueron identificados como Alejandro Hernández y Héctor Gordoa, camarógrafos de Televisa, y Óscar Solís, reportero de un periódico local, El Vespertino.
"Sus demandas han cambiado" y el grupo quiere más publicidad, dijo Carlos Marín, editor de Milenio. Dijo que Canales había seguido comunicándose con sus editores.
Gómez Palacio y la vecina ciudad de Torreón han estado inmersas en una confusión toda la semana después de que la directora de una prisión estatal y otros tres oficiales fueron acusados de autorizar la salida de un escuadrón de sicarios desde el interior de la cárcel.
Oficiales federales dijeron el domingo que a los internos se les autorizaba salir durante la noche y que llevaron a cabo cuando menos tres masacres este año para cárteles de las drogas en Torreón, usando vehículos y armas de la cárcel. Al día siguiente, familiares de los reos realizaron una protesta afuera de la cárcel, que estaban cubriendo los tres periodistas, exigiendo el regreso de la directora de la prisión y el retiro de la Policía Federal, que había tomado el control de la cárcel.
México se ha convertido en uno de los lugares más peligrosos en el mundo para ser reportero, de acuerdo con grupos internacionales de periodistas. Más de 30 periodistas han sido asesinados o han desaparecido desde que el Presidente Felipe Calderón ocupó su cargo en diciembre del 2006, de acuerdo al Comité para la Protección de los Periodistas.
A pesar del nombramiento de un fiscal federal especial para los crímenes contra los periodistas, casi todos los casos siguen sin resolverse.
Elizabeth Malkin, NYT, Reforma, 29 de julio.
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