WASHINGTON.— México se ha convertido en un país donde el ejercicio del periodismo se ha convertido en “uno de los más peligrosos”, aseguró ayer el vicepresidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Gonzalo Marroquín, al asegurar que la violencia de los carteles de la droga y el crimen organizado se han convertido en una de las más serias amenazas contra la libertad de expresión.
Al participar en un encuentro con medios, los integrantes de la mesa directiva de la SIP analizaron la realidad política y social del continente y el ambiente de libertades que hoy se respira en países como México, donde los medios de comunicación enfrentan serias dificultades para ejercer su labor. Particularmente desde que el asesinato de periodistas ha pasado a formar parte del macabro inventario de muertes y víctimas que ha traído consigo la guerra contra y entre los carteles de la droga.
“La violencia nos sigue preocupando mucho y el impacto que ha tenido en el ejercicio de la libertad de expresión”, dijo Marroquín al señalar que, aunque “hemos tenido una buena colaboración del gobierno”, seguimos teniendo problemas en la investigación de los asesinatos de periodistas. “Los procesos (de investigación) avanzan poco o nada y esto nos preocupa muchísimo”, dijo al insistir en la necesidad de atraer a nivel federal la investigación de los casos de periodistas asesinados por el crimen organizado.
Fórmula para silenciar
A su vez, el presidente de esta organización, Alejandro Aguirre, consideró que el asesinato de periodistas en países como México y Honduras, se ha convertido en una fórmula “para silenciar a los periodistas y a los medios” o para obligarlos a abandonar mediante amenazas su lugar de residencia junto con su familia.
“Desafortunadamente en México observamos una descomposición social muy preocupante en el centro y el norte del país, donde el periodismo libre e independiente y los periodistas corren hoy un gran peligro”, añadió Aguirre.
El presidente de la SIP señaló la gran preocupación de la entidad por la ola de violencia desatada en la zona fronteriza entre México y Estados Unidos en la que han sido asesinados nueve periodistas en 2010 a manos del crimen organizado, el que en gran parte ha sido el causante de otros siete crímenes en Honduras y uno en Colombia durante este año.
Aguirre destacó que en México se hace imperiosa una reforma constitucional que incluya la federalización de crímenes contra periodistas y el agravamiento de las penas.
Al participar en un encuentro con medios, los integrantes de la mesa directiva de la SIP analizaron la realidad política y social del continente y el ambiente de libertades que hoy se respira en países como México, donde los medios de comunicación enfrentan serias dificultades para ejercer su labor. Particularmente desde que el asesinato de periodistas ha pasado a formar parte del macabro inventario de muertes y víctimas que ha traído consigo la guerra contra y entre los carteles de la droga.
“La violencia nos sigue preocupando mucho y el impacto que ha tenido en el ejercicio de la libertad de expresión”, dijo Marroquín al señalar que, aunque “hemos tenido una buena colaboración del gobierno”, seguimos teniendo problemas en la investigación de los asesinatos de periodistas. “Los procesos (de investigación) avanzan poco o nada y esto nos preocupa muchísimo”, dijo al insistir en la necesidad de atraer a nivel federal la investigación de los casos de periodistas asesinados por el crimen organizado.
Fórmula para silenciar
A su vez, el presidente de esta organización, Alejandro Aguirre, consideró que el asesinato de periodistas en países como México y Honduras, se ha convertido en una fórmula “para silenciar a los periodistas y a los medios” o para obligarlos a abandonar mediante amenazas su lugar de residencia junto con su familia.
“Desafortunadamente en México observamos una descomposición social muy preocupante en el centro y el norte del país, donde el periodismo libre e independiente y los periodistas corren hoy un gran peligro”, añadió Aguirre.
El presidente de la SIP señaló la gran preocupación de la entidad por la ola de violencia desatada en la zona fronteriza entre México y Estados Unidos en la que han sido asesinados nueve periodistas en 2010 a manos del crimen organizado, el que en gran parte ha sido el causante de otros siete crímenes en Honduras y uno en Colombia durante este año.
Aguirre destacó que en México se hace imperiosa una reforma constitucional que incluya la federalización de crímenes contra periodistas y el agravamiento de las penas.
Jaime Hernández corresponsal, El Universal, 17 de julio.
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