Aspira a renovarse disidencia cubana

LA HABANA.- La Oposición cubana estudia flexibilizar sus posiciones y aboga por la unidad entre las distintas tendencias políticas y un diálogo más amplio con la sociedad civil isleña, los grupos del exilio, e incluso con el Gobierno.

El escenario abierto con la mediación de la Iglesia católica con el Presidente Raúl Castro para excarcelar a los disidentes pacíficos, les exige diseñar nuevas estrategias, dijeron a REFORMA líderes disidentes y activistas de organizaciones humanitarias.

Para Osvaldo Payá, fundador del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), el contexto actual reclama unidad y continuidad de los grupos opositores.

El también Premio Sajarov (2002) de los derechos humanos y promotor de la iniciativa democratizadora conocida como Proyecto Varela, rechaza las actitudes revanchistas y exhorta a "una movilización ciudadana abierta y limpia", a través del Foro "Todos Cubanos", para demandar las necesarias reformas legales.

Opina que las trasformaciones que requiere la Isla deben hacerse con espíritu de reconciliación y un diálogo franco.

"Ese cambio pacífico hay que construirlo entre los cubanos, creando espacios dónde expresar la pluralidad de todas nuestras opiniones, porque la arrogancia del Gobierno, su maquinaria de propaganda y monopolio mediático han empobrecido nuestra capacidad de debatir", señaló.

Ideológicamente distante de Payá, el ex preso político Francisco Chaviano, secretario pro témpore de la plataforma Agenda para la Transición Integrada en la Unión Liberal, coincide con el líder democristiano.

"Tenemos que movernos con propuestas más flexibles y participativas dentro del acontecer político nacional. Si la sociedad civil independiente no logra reagruparse en un proyecto con solidez para ser una alternativa a considerar, será relegada definitivamente y todo sacrificio será en vano", indicó.

Según Chaviano, liberado en agosto de 2007 tras cumplir 13 años de una condena de 15, sólo la convergencia de las diferentes corrientes de opinión puede otorgar un futuro a la Oposición.

"No es momento para liberales, ni social demócratas, ni demócratas cristianos. Hoy es indispensable echar a un lado los rencores, los afanes de protagonismos, el compadreo. Si nos juntáramos, el mundo nos respetaría y el régimen no nos podría relegar", afirmó.

A su juicio, si el Gobierno decidiera conversar con la Oposición, no encontraría un legítimo interlocutor porque cada líder representa sólo a su organización.

"Necesitamos un instrumento que agrupe a todos sin exclusión, en calidad de iguales, pero con respeto del nivel alcanzado, y que sea funcional y operativo", externó.

Su propuesta es crear "un Parlamento de la Sociedad Civil Independiente", estructurado a partir de juntas autónomas a nivel municipal, provincial y nacional, y un mecanismo semejante entre los grupos del exilio que luego trabajaría en forma bicameral con la asamblea isleña.

"Lograrlo sería la victoria. Lo contrario (...) no sería otra cosa que arar el mar", consideró Chaviano.

Desde las organizaciones humanitarias locales, voces disidentes como la de Elizardo Sánchez, fundador de la Comisión Cubana de Derechos Humanos (CCDH), exhortan a los grupos políticos de la Oposición a pensar estrategias más flexibles para ganar credibilidad e influencia en la sociedad.

Sin embargo, en lo que se refiere a la propia actividad de la CCDH, Sánchez consideró que poco o nada cambiarán las cosas cuando concluya el actual proceso de las ex carcelaciones.
Yolanda Martìnez corresponsal, Reforma, 21 de agosto.

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