Azota al norte el desempleo

Las ciudades del norte del País presentan tasas de desempleo que superan la media nacional, de 5.3 por ciento, como resultado del debilitamiento de la maquila, la crisis y la inseguridad pública.

En Saltillo, Tijuana y Chihua-hua, el número de desempleados y subempleados se duplicó en los últimos cinco años, según datos del Inegi.

Solamente en Monterrey, las personas en estas condiciones aumentaron en 114 mil en el mismo lapso.

Los especialistas opinan que el empleo comenzó a caer en la frontera norte desde 2000, cuando muchas maquiladoras se mudaron a China. Luego, las medidas de seguridad adoptadas tras los atentados de 2001 en Estados Unidos empeoraron la situación, lo que vino a agudizarse con la crisis global desatada en 2008.

De esta forma, Saltillo, Chihuahua y Aguascalientes tienen, al primer trimestre del año, tasas de desempleo de 8.5, 7.9 y 7.5 por ciento, respectivamente, de acuerdo con cifras del Inegi, mientras que el promedio nacional se ubica en 5.3 por ciento.

Su desempleo contrasta con ciudades como Campeche y Mérida, donde se ubica en 2.98 y 3.63 por ciento, respectivamente.

En Saltillo, Coahuila, si se suman los subocupados, la tasa se eleva a 23.3 por ciento contra 14 de la media nacional.

Tampico es una débil excepción en el norte del País, pues, aunque los desempleados y subempleados superan las cifras de 2005 para situarse en 32 mil 901 personas, su crecimiento es de 35 por ciento en el mismo lapso, y su tasa de desempleo, de 5.95.

Para la investigadora independiente Norma Samaniego, las ciudades que han sufrido la caída del empleo coinciden con los lugares donde se ha agudizado el clima de inseguridad.

"En esos municipios se demandó mucha mano de obra con la maquila en la segunda mitad de los años 90. Jalaron mucha gente y, de repente, los botan.

"En Ciudad Juárez o Tijuana, el empleo empieza a caer desde el 2000 y, en estos municipios, donde se ha destruido empleo a ritmos elevados con la crisis, no es de extrañar que la gente busque otras salidas", manifestó Samaniego.

Félix Acosta, investigador del Colegio de la Frontera Norte, comentó que, a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la región se cerró aun más.

"Empieza a disminuir mucho el flujo de personas, y hay un efecto sobre la actividad económica. Los motores de las ciudades de la frontera, como Tijuana, Reynosa y Matamoros, eran la maquiladora y los servicios porque estas ciudades no tienen un sector industrial fuerte, diversificado", señaló el experto.
Verónica Gascón, Reforma, 9 de agosto.

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