BOGOTÁ.- En la emblemática Quinta de San Pedro Alejandrino, donde murió el libertador Simón Bolívar, los Presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y Venezuela, Hugo Chávez, acordaron restablecer a la brevedad sus relaciones diplomáticas y relanzar las comerciales.
Tras una extensa reunión a las afueras de la caribeña ciudad de Santa Marta, los Mandatarios adoptaron ayer una declaración de principios que servirá de carta de navegación para relanzar la relación bilateral.
"Celebro que dos personas que hemos tenido tantas diferencias decidan doblar la página y pensar en el futuro de nuestros países y pueblos. Hemos dado un gran paso para restablecer la confianza, condición básica de cualquier relación", dijo Santos al término de la reunión.
La declaración de principios privilegia un diálogo directo y respetuoso para garantizar una relación duradera y estable en apego al derecho internacional sin injerir en asuntos internos y respetando la soberanía e integridad territorial de los dos estados.
También se acordó crear cinco comisiones de trabajo para temas críticos, como el pago por parte de Venezuela de deudas a exportadores colombianos (por 800 millones de dólares), relanzar la relación comercial, complementar las dos economías, la inversión social en la frontera, el desarrollo conjunto de infraestructura y la seguridad.
Y fue en este terreno que se alcanzó uno de los acuerdos más importantes: el compromiso de Venezuela de no permitir en su territorio la presencia de la guerrilla colombiana, como había denunciado Bogotá hasta ayer.
"El Gobierno venezolano ni apoya ni permite ni permitirá la presencia de guerrilla, narcotráfico o terrorismo. Ésa es una infamia", sentenció Chávez ante la complacencia de Santos.
En otro acuerdo clave, Chávez y Santos consideraron cosa del pasado el acuerdo militar por el cual Colombia da acceso a Estados Unidos a bases aéreas para la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla, que Caracas veía como una amenaza y comenzó a deteriorar la relación desde julio de 2009.
"Decidimos voltear la página y mirar hacia el futuro. Cualquier situación que se haya presentado en el pasado no la vamos a utilizar para destruir nuestra relación a futuro, sino para relanzarla de cero", dijo Santos.
Chávez, que ahora ve el asunto como un tema soberano de Colombia, aseguró al canal Telesur que quiere creer que las bases no servirán para atacarlo. "Necesitamos creer en nosotros", atajó.
Algunos expertos se mostraron sorprendidos por la trascendencia de los acuerdos y dieron a Chávez el beneficio de la duda.
"Estoy admirado", dijo el ex Canciller colombiano Augusto Ramírez. "A un Jefe de Estado hay que creerle", indicó el también ex Canciller Julio Londoño.
Otras voces piensan que se abre un periodo de prueba para ver qué tanto se cumplen los compromisos asumidos, dados los antecedentes conflictivos en la relación bilateral.
El gremio exportador colombiano, que había mostrado cautela de cara a la cumbre, saludó el nuevo ambiente político, que será clave para relanzar la relación comercial.
"Hay que esperar a que se restablezca la confianza entre los agentes económicos", señaló a REFORMA Javier Díaz, líder del sector.
Octavio Pineda corresponsal, Reforma, 11 de agosto.
Tras una extensa reunión a las afueras de la caribeña ciudad de Santa Marta, los Mandatarios adoptaron ayer una declaración de principios que servirá de carta de navegación para relanzar la relación bilateral.
"Celebro que dos personas que hemos tenido tantas diferencias decidan doblar la página y pensar en el futuro de nuestros países y pueblos. Hemos dado un gran paso para restablecer la confianza, condición básica de cualquier relación", dijo Santos al término de la reunión.
La declaración de principios privilegia un diálogo directo y respetuoso para garantizar una relación duradera y estable en apego al derecho internacional sin injerir en asuntos internos y respetando la soberanía e integridad territorial de los dos estados.
También se acordó crear cinco comisiones de trabajo para temas críticos, como el pago por parte de Venezuela de deudas a exportadores colombianos (por 800 millones de dólares), relanzar la relación comercial, complementar las dos economías, la inversión social en la frontera, el desarrollo conjunto de infraestructura y la seguridad.
Y fue en este terreno que se alcanzó uno de los acuerdos más importantes: el compromiso de Venezuela de no permitir en su territorio la presencia de la guerrilla colombiana, como había denunciado Bogotá hasta ayer.
"El Gobierno venezolano ni apoya ni permite ni permitirá la presencia de guerrilla, narcotráfico o terrorismo. Ésa es una infamia", sentenció Chávez ante la complacencia de Santos.
En otro acuerdo clave, Chávez y Santos consideraron cosa del pasado el acuerdo militar por el cual Colombia da acceso a Estados Unidos a bases aéreas para la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla, que Caracas veía como una amenaza y comenzó a deteriorar la relación desde julio de 2009.
"Decidimos voltear la página y mirar hacia el futuro. Cualquier situación que se haya presentado en el pasado no la vamos a utilizar para destruir nuestra relación a futuro, sino para relanzarla de cero", dijo Santos.
Chávez, que ahora ve el asunto como un tema soberano de Colombia, aseguró al canal Telesur que quiere creer que las bases no servirán para atacarlo. "Necesitamos creer en nosotros", atajó.
Algunos expertos se mostraron sorprendidos por la trascendencia de los acuerdos y dieron a Chávez el beneficio de la duda.
"Estoy admirado", dijo el ex Canciller colombiano Augusto Ramírez. "A un Jefe de Estado hay que creerle", indicó el también ex Canciller Julio Londoño.
Otras voces piensan que se abre un periodo de prueba para ver qué tanto se cumplen los compromisos asumidos, dados los antecedentes conflictivos en la relación bilateral.
El gremio exportador colombiano, que había mostrado cautela de cara a la cumbre, saludó el nuevo ambiente político, que será clave para relanzar la relación comercial.
"Hay que esperar a que se restablezca la confianza entre los agentes económicos", señaló a REFORMA Javier Díaz, líder del sector.
Octavio Pineda corresponsal, Reforma, 11 de agosto.
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