Aunque logren reducirse las emisiones contaminantes para el 2050, el aumento previsto en la temperatura disminuirá entre 30 y 46 por ciento los rendimientos de los cultivos, estimó Agustín López Munguía, investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM.
"Por cada grado centígrado que aumente la temperatura mundial, la productividad de los cultivos caerá entre el 10 y 20 por ciento", detalló.
Durante su participación en el Taller Nacional de Biotecnología y Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, aseguró que ante este escenario la biotecnología se presenta como una opción a estudiar.
"Con un medio ambiente deteriorado, una alta demanda de alimentos e insectos más resistentes a químicos, el reto hoy es mayor, por eso la biotecnología es una herramienta que puede responder a ese reto", planteó el académico.
López Munguía aseguró en su participación que con una demanda cada vez mayor de alimento de una población que no deja de crecer, las expectativas de crecimiento requieren producir más y mejores alimentos.
Para el futuro, el 85 por ciento del crecimiento en la producción de alimentos debe provenir de tierras ya cultivadas, pues ya no hay muchas posibilidades de expandir el terreno, sólo a costa de tierras forestales.
Si las expectativas de crecimiento se cumplen, dijo el investigador, habrá una población de 8 mil 300 millones en 2030 que demandará, por ejemplo, 771 millones de toneladas de arroz, es decir 153 millones más que los 618 millones producidos en 2005.
Adelantó que la crisis alimentaria se agrava con los conflictos ambientales que se padfecen en el mundo y cuyo reflejo evidente se muestra en el agua necesaria para producir alimentos.
"Una persona consume cinco litros diarios, pero se requieren 3 mil 500 litros de agua para producir los alimentos que consume", expuso.
Con el agotamiento de los acuíferos y la productividad en riesgo, se requieren cultivos que manejen el agua de manera más eficiente.
Debemos, dijo el especialista de la UNAM, adquirir conciencia, en particular las nuevas generaciones, de tener una armonía equilibrada entre las diferentes formas de vida del planeta y de la necesidad recíproca entre ellas para subsistir.
"Es claro que el avance extraordinario científico y tecnológico registrado en el último siglo ha causado un profundo daño a los ecosistemas y al medio ambiente.
"Surge así la necesidad de cambios profundos en nuestras actividades para armonizar el crecimiento económico con el cuidado del entorno y sobre todo generar valores y hábitos positivos, para respetar el medio ambiente", consideró el investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM..
Menos alimento
El catedrático Agustín López, analizó la magnitud del impacto alimentario debido al cambio climático.
10 o 20% puede caer la productividad de cultivos por cada grado centígrado que aumente la temperatura mundial.
30% será el promedio de afectación en los rendimientos de los cultivos para 2050 si aumenta la temperatura conforme a lo previsto.
85% del crecimiento en la producción de alimentos deberá, en el futuro, provenir de tierras ya cultivadas.
"Por cada grado centígrado que aumente la temperatura mundial, la productividad de los cultivos caerá entre el 10 y 20 por ciento", detalló.
Durante su participación en el Taller Nacional de Biotecnología y Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, aseguró que ante este escenario la biotecnología se presenta como una opción a estudiar.
"Con un medio ambiente deteriorado, una alta demanda de alimentos e insectos más resistentes a químicos, el reto hoy es mayor, por eso la biotecnología es una herramienta que puede responder a ese reto", planteó el académico.
López Munguía aseguró en su participación que con una demanda cada vez mayor de alimento de una población que no deja de crecer, las expectativas de crecimiento requieren producir más y mejores alimentos.
Para el futuro, el 85 por ciento del crecimiento en la producción de alimentos debe provenir de tierras ya cultivadas, pues ya no hay muchas posibilidades de expandir el terreno, sólo a costa de tierras forestales.
Si las expectativas de crecimiento se cumplen, dijo el investigador, habrá una población de 8 mil 300 millones en 2030 que demandará, por ejemplo, 771 millones de toneladas de arroz, es decir 153 millones más que los 618 millones producidos en 2005.
Adelantó que la crisis alimentaria se agrava con los conflictos ambientales que se padfecen en el mundo y cuyo reflejo evidente se muestra en el agua necesaria para producir alimentos.
"Una persona consume cinco litros diarios, pero se requieren 3 mil 500 litros de agua para producir los alimentos que consume", expuso.
Con el agotamiento de los acuíferos y la productividad en riesgo, se requieren cultivos que manejen el agua de manera más eficiente.
Debemos, dijo el especialista de la UNAM, adquirir conciencia, en particular las nuevas generaciones, de tener una armonía equilibrada entre las diferentes formas de vida del planeta y de la necesidad recíproca entre ellas para subsistir.
"Es claro que el avance extraordinario científico y tecnológico registrado en el último siglo ha causado un profundo daño a los ecosistemas y al medio ambiente.
"Surge así la necesidad de cambios profundos en nuestras actividades para armonizar el crecimiento económico con el cuidado del entorno y sobre todo generar valores y hábitos positivos, para respetar el medio ambiente", consideró el investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM..
Menos alimento
El catedrático Agustín López, analizó la magnitud del impacto alimentario debido al cambio climático.
10 o 20% puede caer la productividad de cultivos por cada grado centígrado que aumente la temperatura mundial.
30% será el promedio de afectación en los rendimientos de los cultivos para 2050 si aumenta la temperatura conforme a lo previsto.
85% del crecimiento en la producción de alimentos deberá, en el futuro, provenir de tierras ya cultivadas.
Adriana Alatorre, Reforma, 15 de agosto.
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