BOGOTÁ.- El atentado de ayer con un poderoso coche bomba en el norte de la capital golpeó, ante todo, el ánimo de los colombianos.
"Seguimos siendo vulnerables", dijo a REFORMA Juan Carlos, un bogotano que curioseaba en la zona.
"Antes, uno estaba prevenido a toda hora; en cambio, este atentado lo toma a uno por sorpresa", comentó Fany, quien administra un restaurante cercano.
El ataque más fuerte del que los bogotanos guardaban memoria se remonta a febrero de 2003, cuando un poderoso coche bomba voló el edificio del prestigioso Club El Nogal y dejó una treintena de muertos.
"Son siete años desde el atentado al Nogal", recordó Fany.
Los propietarios de los locales comerciales más afectados se lamentaban por el incidente, ya que tendrán que comenzar de cero con el apoyo de un subsidio del Gobierno, que alcanzará para poco.
El incidente fue, además, un recordatorio de que "la culebra sigue viva", como el propio Presidente Juan Manuel Santos advertía desde sus tiempos de Ministro de Defensa en alusión a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sobre las que recaen las sospechas del acto reciente.
Con una amplia ofensiva militar, la Administración de ocho años de Álvaro Uribe, que concluyó el sábado pasado, se anotó importantes logros en seguridad que trajeron consigo la reactivación de la economía, el turismo y la inversión.
Pero estos logros se tradujeron, sobre todo, en un renovado optimismo que a veces rayaba en el triunfalismo ante la posibilidad de que el país empezara a dejar atrás la violencia.
"Seguimos siendo vulnerables", dijo a REFORMA Juan Carlos, un bogotano que curioseaba en la zona.
"Antes, uno estaba prevenido a toda hora; en cambio, este atentado lo toma a uno por sorpresa", comentó Fany, quien administra un restaurante cercano.
El ataque más fuerte del que los bogotanos guardaban memoria se remonta a febrero de 2003, cuando un poderoso coche bomba voló el edificio del prestigioso Club El Nogal y dejó una treintena de muertos.
"Son siete años desde el atentado al Nogal", recordó Fany.
Los propietarios de los locales comerciales más afectados se lamentaban por el incidente, ya que tendrán que comenzar de cero con el apoyo de un subsidio del Gobierno, que alcanzará para poco.
El incidente fue, además, un recordatorio de que "la culebra sigue viva", como el propio Presidente Juan Manuel Santos advertía desde sus tiempos de Ministro de Defensa en alusión a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sobre las que recaen las sospechas del acto reciente.
Con una amplia ofensiva militar, la Administración de ocho años de Álvaro Uribe, que concluyó el sábado pasado, se anotó importantes logros en seguridad que trajeron consigo la reactivación de la economía, el turismo y la inversión.
Pero estos logros se tradujeron, sobre todo, en un renovado optimismo que a veces rayaba en el triunfalismo ante la posibilidad de que el país empezara a dejar atrás la violencia.
Octavio Pineda corresponsal, Reforma, 13 de agosto.
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