El gobierno de Felipe Calderón Hinojosa remitió a la Cámara de Diputados el paquete económico para 2011, el cual contempla que se reduzca el crecimiento del país de 4.5 por ciento este año a 3.8 del producto interno bruto (PIB).
A pesar de esa baja porcentual estimada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se considera que el crecimiento será “sólido y robusto” y resistirá los embates de una eventual crisis internacional.
Los Criterios Generales de Política Económica estiman la reducción del déficit presupuestario a 0.3 por ciento del PIB, menor al 0.7 considerado para el presente año, una inflación de 3 por ciento, mientras que la cotización del precio de la mezcla mexicana de petróleo se calcula en 63 dólares por barril, dos dólares menos que el promedio esperado para este año.
Aún se espera una declinación en la plataforma de producción de crudo, que si bien –aduce la administración federal– es moderada comparada con el periodo 2005-2010, se ubicará en 2 millones 550 mil barriles de crudo diario, cuando en este año fue en promedio de 2 millones 577 mil barriles.
El salario presdencial
En el cuerpo del paquete económico se establece que el salario del Presidente de la República y de los altos funcionarios de su gobierno se mantendrá sin aumentos. No obstante, en el monto destinado a las actividades de Calderón se registra un crecimiento de 138 millones 476 mil 127 pesos, así como un repunte en el gasto de la seguridad personal del jefe del Ejecutivo federal, para la compra –entre otros– de más vehículos.
El presupuesto del Estado Mayor Presidencial crecerá 212 millones 789 mil 479 pesos, y el de Transportes Aéreos Presidenciales 224 millones 446 mil 703 pesos. Esto es posible por el aumento de 138 millones y un recorte de 294 millones en el área administrativa de Los Pinos.
El monto total de los ingresos programados para el año próximo por el gobierno federal se ubica en 3 billones 378 mil 345 millones de pesos. Y los egresos se calculan exactamente en la misma cantidad, manteniendo el equilibrio entre ambos rubros. A pesar de que las estimaciones de la administración federal pretenden no caer en “triunfalismos ni suposiciones irresponsables”, la Secretaría de Hacienda señaló que, como resultado del marco macroeconómico y de las medidas fiscales aprobadas en 2009, los ingresos presupuestarios totales tendrán un crecimiento de 3.8 por ciento, similar al esperado de la economía.
Los ingresos petroleros aumentarán un 4.5 por ciento real con respecto a lo aprobado en 2010, y los tributarios no petroleros crecerán 6.4 por ciento real. “A pesar del moderado crecimiento del PIB, será posible dar cabida a presiones ineludibles, como el gasto de pensiones, mantener el impulso en el gasto en desarrollo social y económico e incrementar los recursos destinados a la seguridad pública”, señaló.
En materia de seguridad, los recursos para las secretarías de Gobernación, Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública tendrán crecimientos reales de 78.1, 10.3, 9.9 y 5.9 por ciento, respectivamente, en comparación con lo aprobado para el presente ejercicio.
Por lo que hace al desarrollo social, el Ejecutivo propuso una asignación de un billón 454 mil 600 millones de pesos, inferior en 0.1 por ciento al aprobado para 2010.
En el sector de energía, señala el documento, la liquidación de Luz y Fuerza del Centro “fortalecerá las finanzas públicas y permitirá un incremento en la eficiencia y en la provisión de electricidad en la zona centro del país”.
Según ese balance, los costos de operación de la compañía sistemáticamente rebasaban a sus ingresos, lo que obligó al gobierno federal a transferir recursos públicos a esa entidad; además, indica, su desempeño financiero resultaba inadecuado en comparación con el de la Comisión Federal de Electricidad.
“También existían problemas importantes en términos de la calidad del servicio. El suministro eléctrico en la zona central del país se caracterizaba por una cantidad y duración de interrupciones significativamente mayores que en la cobertura de CFE”, afirmó.
A pesar de que reiteradamente el discurso oficial reflejado en los criterios generales niega el triunfalismo, la administración calderonista advirtió en su propuesta que en el segundo semestre de este año continuará la recuperación de la economía, en comparación con la desaceleración esperada para la de Estados Unidos.
También advierten que la mejoría observada en las condiciones económicas durante 2010 se ha traducido en una “recuperación continua” del empleo formal. Al 31 de agosto, el número de trabajadores urbanos afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social fue de 14 millones 515 mil 358 personas, lo cual implicó un crecimiento anual, indicó, de 676 mil 428 plazas y un avance de 634 mil 77 personas respecto de diciembre de 2009.
Al justificar el decreto presidencial del 2 de septiembre para la transición del sistema analógico a uno digital de televisión, Hacienda argumentó: “La televisión digital favorecerá la optimización en el uso y aprovechamiento del espectro radioeléctrico, además de mejorar la calidad de las señales, incrementar el número de canales abiertos, la confiabilidad en la recepción, así como fortalecer el desarrollo de la convergencia tecnológica”.
A pesar de esa baja porcentual estimada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se considera que el crecimiento será “sólido y robusto” y resistirá los embates de una eventual crisis internacional.
Los Criterios Generales de Política Económica estiman la reducción del déficit presupuestario a 0.3 por ciento del PIB, menor al 0.7 considerado para el presente año, una inflación de 3 por ciento, mientras que la cotización del precio de la mezcla mexicana de petróleo se calcula en 63 dólares por barril, dos dólares menos que el promedio esperado para este año.
Aún se espera una declinación en la plataforma de producción de crudo, que si bien –aduce la administración federal– es moderada comparada con el periodo 2005-2010, se ubicará en 2 millones 550 mil barriles de crudo diario, cuando en este año fue en promedio de 2 millones 577 mil barriles.
El salario presdencial
En el cuerpo del paquete económico se establece que el salario del Presidente de la República y de los altos funcionarios de su gobierno se mantendrá sin aumentos. No obstante, en el monto destinado a las actividades de Calderón se registra un crecimiento de 138 millones 476 mil 127 pesos, así como un repunte en el gasto de la seguridad personal del jefe del Ejecutivo federal, para la compra –entre otros– de más vehículos.
El presupuesto del Estado Mayor Presidencial crecerá 212 millones 789 mil 479 pesos, y el de Transportes Aéreos Presidenciales 224 millones 446 mil 703 pesos. Esto es posible por el aumento de 138 millones y un recorte de 294 millones en el área administrativa de Los Pinos.
El monto total de los ingresos programados para el año próximo por el gobierno federal se ubica en 3 billones 378 mil 345 millones de pesos. Y los egresos se calculan exactamente en la misma cantidad, manteniendo el equilibrio entre ambos rubros. A pesar de que las estimaciones de la administración federal pretenden no caer en “triunfalismos ni suposiciones irresponsables”, la Secretaría de Hacienda señaló que, como resultado del marco macroeconómico y de las medidas fiscales aprobadas en 2009, los ingresos presupuestarios totales tendrán un crecimiento de 3.8 por ciento, similar al esperado de la economía.
Los ingresos petroleros aumentarán un 4.5 por ciento real con respecto a lo aprobado en 2010, y los tributarios no petroleros crecerán 6.4 por ciento real. “A pesar del moderado crecimiento del PIB, será posible dar cabida a presiones ineludibles, como el gasto de pensiones, mantener el impulso en el gasto en desarrollo social y económico e incrementar los recursos destinados a la seguridad pública”, señaló.
En materia de seguridad, los recursos para las secretarías de Gobernación, Defensa Nacional, Marina y Seguridad Pública tendrán crecimientos reales de 78.1, 10.3, 9.9 y 5.9 por ciento, respectivamente, en comparación con lo aprobado para el presente ejercicio.
Por lo que hace al desarrollo social, el Ejecutivo propuso una asignación de un billón 454 mil 600 millones de pesos, inferior en 0.1 por ciento al aprobado para 2010.
En el sector de energía, señala el documento, la liquidación de Luz y Fuerza del Centro “fortalecerá las finanzas públicas y permitirá un incremento en la eficiencia y en la provisión de electricidad en la zona centro del país”.
Según ese balance, los costos de operación de la compañía sistemáticamente rebasaban a sus ingresos, lo que obligó al gobierno federal a transferir recursos públicos a esa entidad; además, indica, su desempeño financiero resultaba inadecuado en comparación con el de la Comisión Federal de Electricidad.
“También existían problemas importantes en términos de la calidad del servicio. El suministro eléctrico en la zona central del país se caracterizaba por una cantidad y duración de interrupciones significativamente mayores que en la cobertura de CFE”, afirmó.
A pesar de que reiteradamente el discurso oficial reflejado en los criterios generales niega el triunfalismo, la administración calderonista advirtió en su propuesta que en el segundo semestre de este año continuará la recuperación de la economía, en comparación con la desaceleración esperada para la de Estados Unidos.
También advierten que la mejoría observada en las condiciones económicas durante 2010 se ha traducido en una “recuperación continua” del empleo formal. Al 31 de agosto, el número de trabajadores urbanos afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social fue de 14 millones 515 mil 358 personas, lo cual implicó un crecimiento anual, indicó, de 676 mil 428 plazas y un avance de 634 mil 77 personas respecto de diciembre de 2009.
Al justificar el decreto presidencial del 2 de septiembre para la transición del sistema analógico a uno digital de televisión, Hacienda argumentó: “La televisión digital favorecerá la optimización en el uso y aprovechamiento del espectro radioeléctrico, además de mejorar la calidad de las señales, incrementar el número de canales abiertos, la confiabilidad en la recepción, así como fortalecer el desarrollo de la convergencia tecnológica”.
Enrique Méndez y Roberto Garduño, La Jornada, 9 de septiembre.
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