Facilita armas a narco el descontrol bilateral

WASHINGTON.- La falta de coordinación entre las autoridades de Estados Unidos y México ha facilitado el tráfico de armas que alimenta a los cárteles de la droga en nuestro País.

De acuerdo con una evaluación del Departamento de Justicia, el principal programa estadou-nidense para combatir este delito tiene graves fallas que socavan su efectividad.

Preparado por la oficina del inspector general de la dependencia y dado a conocer ayer por la cadena NBC, el borrador detalla graves errores del llamado Proyecto Gunrunner, un programa manejado por el Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés).

Lanzado en 2006 para evitar el tráfico de armas a México, el Proyecto tiene fallas que, según el diagnóstico, incluyen la falta de coordinación con México, los huecos legales para procesar traficantes y la poca comunicación entre las propias agencias estadounidenses.

"Encontramos que el ATF y sus contrapartes mexicanas y de Estados Unidos no intercambian adecuadamente inteligencia de forma sistemática para detener el tráfico de armas efectivamente", dice el reporte, levantado entre noviembre de 2009 y junio de este año, que consta de 118 páginas y está fechado en septiembre.

Según el documento, otra de las deficiencias es la ausencia de una contraparte única en México para el ATF, ya que debe lidiar con la PGR, la Defensa Nacional y Seguridad Pública.

"Funcionarios estadounidenses entrevistados en México afirmaron que falta coordinación entre varias agencias de aplicación de la ley mexicana. Señalaron que el ATF no tiene una contraparte con la que pueda interactuar para coordinarse en investigaciones", dice.

El análisis asegura que, una vez que las armas llegan a custodia de los militares mexicanos, es difícil tener información oportuna para rastrearlas tanto para el ATF como para el Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información de la PGR.

Consultadas por REFORMA, fuentes de la Administración General de Aduanas en México dijeron no tener datos concretos respecto al ingreso de armas al País.

Afirmaron que la mayoría entra por las llamadas brechas, por lo que es difícil tener una estadística real.

De acuerdo con el documento difundido ayer, el número de solicitudes de México para rastreo de armas pasó de mil 904, en 2006, a 21 mil 726 solicitudes en 2009.

Pero, según el informe, 70 por ciento de éstas corresponden a compradores individuales y no a casos de tráfico organizado.

"El hecho de que no estén atacando a los compradores líderes, a los cabezas de células, en las redes de tráfico es realmente decepcionante", dijo a REFORMA Colby Goodman, consultor del Wood-row Wilson Center.
José Díaz Briseño corresponsal, Reforma, 22 de septiembre.

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