Las FARC, en desbandada, pero no se rinden; un GPS en las botas del Mono Jojoy fue la clave para localizar su escondite

La muerte del jefe militar de las FARC a manos del ejército colombiano y el llamado del presidente Juan Manuel Santos a la descabezada guerrilla para que entregue las armas no ha servido para que ésta se rinda finalmente, pese a estar casi tocada de muerte.

En su primer pronunciamiento tras la muerte de Mono Jojoy la comandancia de las FARC emitió un comunicado fechado ayer y divulgado por la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), afín a los rebeldes, en los que aclaran que “el único camino es la solución política y pacífica para el conflicto social y armado interno, y en ella somos y seremos factor determinante”.

“Las demás estrategias sólo contribuyen a prolongar la espiral de la guerra”, sostienen las FARC, al insistir en la invitación que hizo su jefe máximo, Alfonso Cano, al presidente Juan Manuel Santos para “sentarse a conversar”.

Pero en medio de la euforia por el éxito de la “Operación Sodoma”, como se bautizó al operativo conjunto de las Fuerzas Armadas y la Policía que acabó con el santuario del Mono Jojoy, el presidente envió un mensaje muy claro a Alfonso Cano y a todos sus hombres: “entréguense, desmovilícense”.

Los rebeldes respondieron ayer que “no es por la vía de la exterminación del contrario que Colombia encontrará la paz y la reconciliación”.

“Falsa aniquilación”. Pese a los “avatares de la confrontación, seguiremos enfrentando mientras tengamos, como hasta hoy, el respaldo popular de las gentes humildes. Ahí está el secreto que nos proyecta al futuro tanto en las selvas como en las ciudades de Colombia”.

También critican al “régimen” por “cantar una falsa y victoriosa aniquilación de la insurgencia”.

Además, adelantan que, “en su momento”, el Secretariado (cúpula) de las FARC “habrá de comunicar la realidad de los hechos” en torno a la muerte del Mono Jojoy y acusan a la fuerzas de seguridad de Estado de usar “bombas de racimo”, prohibidas por una ley internacional que entró en vigor en agosto pasado.

Bogotá, blindada. En prevención de una represalia de las FARC, en la capital colombiana, Bogotá, se reforzó la seguridad con 2,277 policías y se protegió especialmente la sede del Instituto de Medicina Legal, donde están los cadáveres del Mono Jojoy y de su novia, la guerrillera Shirley.

El ministro colombiano de Defensa, Rodrigo Rivera, anticipó que ya se había logrado la identificación plena del Mono Jojoy por huellas dactilares.

La Crónica, 25 de septiembre.


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