Su tarea, explica el dirigente del comité democrático de la sección 3 del sindicato magisterial, Esteban Ojeda Ramírez, es comprar “a la gente amolada”, cooptar a los líderes de las colonias populares, distribuir dinero, folletos y apoyos.
Ellos actúan bajo tres tipos de operativos: el “sigilo”, como su nombre lo indica, es pasar desapercibidos, por lo que los comisionados “no llegan en bola” y se dedican a detectar a los líderes de las colonias susceptibles de ser corrompidos; el “troyano” busca infiltrar a la gente del sindicato en las campañas de los candidatos opositores y, por último el “relámpago” entra en funcionamiento el día de las elecciones, ya que es el momento de tener listo al equipo que detecta a funcionarios de casillas, les paga para que no cumplan sus funciones y los sustituye.
Con el reinicio de clases comenzaron a llegar a BCS más “viajeros” y, por otro lado, hay trabajadores en las escuelas que tienen un salario adicional de 800 pesos para incorporarse como activistas, apunta Ojeda Ramírez. En los planteles, “los viajeros” realizan una operación doble: a las 12 del día, hora de salida en jardín de niños, se colocan a las puertas de los centros escolares y reparten a los pequeños la propaganda. De ahí se trasladan a alguna primaria y a las 12.30, cuando salen los alumnos, hacen lo mismo apoyados por jóvenes contratados por Nueva Alianza.
“Ya los hemos sorprendido y la SEP local tiene conocimiento de ello. El secretario Omar Castro Cota nos ha respondido que ya giró instrucciones para que se eliminaran estas prácticas, pero se siguen dando”. Incluso hay información de que esta semana arribarán otros “500 viajeros.”
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