Migrante pierde extremidad en operativo de INM, acusan

Recostado en la cama 26 del hospital general de esta ciudad, el guatemalteco José Bonifacio Alvarado García observaba sus dos piernas, las medía y preguntaba: “¿Verdad que no me cortaron mucho?, ¿podré volver a trabajar si consigo una prótesis?”.

De pronto, el llanto se imponía, apretaba los puños y se restregaba los ojos. Se veía impotente y lloraba. Dijo que su dolor más grande era enfrentar el sufrimiento de su madre y esposa, con quienes habló ayer, y el de sus hijos.

El indígena quiché de Guatemala, de 25 años de edad, perdió media pierna, tras ser arrollado por un tren de carga al que se quiso subir para burlar la redada de los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM).

La tragedia de José Bonifacio ocurrió poco después de las 8:30 horas del sábado, poco antes que el tren, procedente de Arriaga, Chiapas, ingresara al municipio de Chahuites, Oaxaca.

En un comunicado, el INM informó que de acuerdo con las declaraciones ministeriales del guatemalteco éste no cayó del tren durante el operativo.

“Cuando paró el tren para la realización del operativo, Alvarado logró huir rumbo a los montes junto con algunos otros indocumentados. Posteriormente caminó de tres a cuatro kilómetros, durante unos 20 o 25 minutos, e intentó volver a subir al tren en movimiento, pero sufrió una caída que propició que uno de sus pies se fuera hacia las ruedas. El INM no realiza operativos con el tren en movimiento”, aclaró.

Según el coordinador del albergue para migrantes Hermanos del Camino, Alejandro Solalinde Guerra, el INM con apoyo de la Policía Federal realizó un operativo para arrestar a los indocumentados. Alvarado García explicó que se espantó cuando vio a sus compañeros de viaje que saltaban del tren ante la presencia de los agentes migratorios y después cuando quiso subirse nuevamente al tren en marcha perdió fuerzas y su tobillo fue triturado por una de las ruedas de la bestia.

El guatemalteco, envuelto en el dolor por el sufrimiento que le causará a su esposa que tiene programado dar a luz al segundo hijo este 25 de enero, pidió que no se le preguntaran más detalles de cómo cayó sobre las vías del tren.

Ayer, el guatemalteco recibió la visita de Solalinde, quien le facilitó su teléfono para que pudiera comunicarse con su madre y esposa. Lloró con ellas mientras les daba la noticia de su tragedia que truncó su sueño de llegar a Estados Unidos. “Me cansé de trabajar por nada en mi país”, le dijo a Solalinde Guerra. Es albañil y salió de Guatemala con el propósito de ganar dinero para pagar una deuda de 15 mil quetzales. Ahora, lamentó, su vida cambió.

El muñón blanco debajo de la rodilla que acariciaba con cariño le daba sin embargo ánimos para preguntar: “¿Verdad que no me cortaron mucho?”, decía mientras reflexionaba si demandaría al Estado mexicano por la pérdida de su extremidad.

“Si él quiere demandar al Instituto Nacional de Migración, con mucho gusto vamos a acompañarlo”, explicó Solalinde, quien responsabilizó a la delegación oaxaqueña del INM por la tragedia que vive el guatemalteco.

El Estado, precisó Solalinde, está en la obligación de reparar el daño que sufrió José Bonifacio y debe hacerlo para sentar un precedente. “Nosotros vamos a estar vigilantes para que cuente con apoyo emocional y jurídico”.

El indígena quiché fue auxiliado por campesinos de la zona, lo llevaron al hospital de San Pedro Tapanatepec y más tarde ingresó al hospital de la Secretaría de Salud de Juchitán.

Alberto López corresponsal, El Universal, 25 de enero.