Migrantes identifican a 10 de sus verdugos

TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis.— Cuatro indocumentados centroamericanos reconocieron como sus secuestradores a los 10 integrantes de una banda que fue detenida en Chiapas, y los ligaron a dos asesinatos, informó la Fiscalía de Atención a Migrantes del gobierno de esta entidad.

Los centroamericanos reconocieron en una estación migratoria a uno de los agresores, lo que derivó en la captura de la banda completa que estaba integrada por hondureños y salvadoreños.

El plagio ocurrió el 25 de noviembre de 2010 en el estado de Veracruz, lugar de paso habitual para los indocumentados centroamericanos que viajan hacia la frontera con Estados Unidos, a menudo en trenes de carga.

Según el relato de los agredidos, los delincuentes se subieron armados al vagón en el que viajaban, y al grito de “¡tírense al piso que están secuestrados!” raptaron a 13 migrantes.

Las víctimas declararon que los ataron de las manos y los obligaron a caminar una hora entre la maleza, amenazándolos y golpeándolos con palos. También les exigieron nombres y números de teléfonos de familiares para que pagaran su rescate.

Un hondureño comentó que “después de dos intentos telefónicos lograron comunicarse con uno de mis parientes, le exigieron depositar mil dólares a una cuenta de Western Union en una tienda Elektra, estábamos en Medias Aguas, Veracruz”.

El testigo detalló que tras cobrar su rescate lo llevaron con otros migrantes de nuevo a las vías del tren, donde la banda tenía nuevos secuestrados y fue testigo de uno de los dos asesinatos.

El migrante dijo a las autoridades que un sujeto apodado El Güero, presunto jefe de la banda, “les ordenó que hiciera una fila, pero uno de ellos no obedeció e intento escapar. Como lo alcanzaron, lo llevaron justamente a las vías del tren, y El Güero ordenó que lo machetearan. Como no se moría, se acercó, tomó una pistola y le dio un tiro en la frente y al parecer otro en un costado”.

Los delincuentes fueron entregados el viernes, junto con los cuatro testigos, a las autoridades veracruzanas, custodiados por soldados.

Enrique Méndez Rojas, fiscal especial de Atención a Delitos Cometidos contra Migrantes de Chiapas, señaló que la detención de la banda de asaltantes y secuestradores de migrantes fue producto del trabajo coordinado de instituciones federales y estatales.

En entrevista, el fiscal recordó que a finales de 2010, la oficina establecida en Arriaga, Chiapas, abrió una investigación previa por la denuncia de un migrante secuestrado en Veracruz.

“Se elaboraron retratos hablados y se distribuyeron a las policías y fue así como personal del Instituto Nacional del Migración nos informó que habían unas personas en la estación con los rasgos que aparecían en las imágenes y de inmediato acudimos con el migrantes que había levantado la denuncia y él los reconoció”, detalló el fiscal.

El indocumentado centroamericano aportó datos sobre la implicación de esa banda en la ejecución de otro migrante en Veracruz, razón por la que se continuó con las pesquisas y se integró un expediente para que las autoridades veracruzanas sigan las indagatorias y aclaren esos delitos.

La captura del grupo corrobora que la delincuencia organizada utiliza a los indocumentados para cometer delitos y muestra que criminales centroamericanos también atentan contra sus compatriotas, “lo que pasa es que son un botín del que todos quieren apropiarse”.

Agregó que el miércoles 19 de enero, las autoridades detuvieron en Huixtla a dos hondureños fuertemente armados, quienes también se dedicaban a asaltar a indocumentados. (Notimex)
EL Universal, 23 de enero.

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