CHAHUITES, Oax.- William Estuardo había escuchado de todo: que en México secuestran, que hay una migra "mala" y otra "buena" llamada Los Beta, que hay mujeres regalando comida en las vías del tren, que "La Bestia" lleva sangre centroamericana.
Pero nunca había escuchado lo que le ocurrió: que los 'presidentes' (gobernadores) de Chiapas y Oaxaca llegaran a saludarlos personalmente y los subieran en carros oficiales y camiones particulares, escoltados con policías para cruzar los estados rumbo al norte del País, sin riesgo de ser deportados por las zonas de mayor filtro migratorio.
Juan Sabines y Gabino Cué, cada uno en su entidad, se apersonaron en la Caravana Paso a Paso por la Paz, donde viajaban entre 60 y 70 migrantes, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación. Ahí se tomaron la foto y dispusieron sus escoltas para acompañarlos en un tramo del camino.
"Había oído de todo, pero de esto que pasara nunca. Sólo esperamos que esto sea bien para los que vienen detrás nuestro, no sólo para nosotros", dijo Carlos, un guatemalteco que también viajaba en la caravana.
Primero fue el chiapaneco. Sabines voló hasta Arriaga, saludó a la caravana y anunció que los escoltarían en carros oficiales hasta los límites con Oaxaca.
Su visita fue una sorpresa incluso para los organizadores, entre ellos el padre Alejandro Solalinde y Heyman Vázquez, y la activista Elvira Arellano.
La caravana fue dejada a 10 kilómetros aproximadamente de Chahuites, sobre la carretera.
Ayer, Gabino Cué apareció poco antes de las 8 de la mañana en el casino municipal de Chahuites, Oaxaca.
De avanzada envió dos médicos, según su reporte, atendieron a 70 y los males más comunes fue diarrea aguda, dermatitis, infecciones en la garganta, estrés, anemia y dolores musculares.
"Dénos paso libre", le dijo un migrante salvadoreño al Gobernador, quien lo miró sonriente y le dio una palmada en la espalda. "Que nos dejen seguir hasta el norte, que nos acompañen para llegar con bien", insistió ilusionado, ya sin respuesta.
Cué manifestó que protección civil y seguridad pública del estado apoyarán y escoltarán el traslado hasta Ixtepec, hasta donde llega la Caravana. Luego anunció la creación de una Fiscalía Especializada para migrantes.
De Ixtepec al primer poblado de Veracruz son 5 horas en tren, las cuales seguirán los centroamericanos ya sin seguridad.
Al final, Cué desayunó con los migrantes. Aunque compartió mesa, no compartió plato. Desayunó pescado frito con ensalada de lechuga y jitomate, los migrantes comieron huevo, birria y galletas María.
Daniela Rea, Reforma, 9 de enero.
Pero nunca había escuchado lo que le ocurrió: que los 'presidentes' (gobernadores) de Chiapas y Oaxaca llegaran a saludarlos personalmente y los subieran en carros oficiales y camiones particulares, escoltados con policías para cruzar los estados rumbo al norte del País, sin riesgo de ser deportados por las zonas de mayor filtro migratorio.
Juan Sabines y Gabino Cué, cada uno en su entidad, se apersonaron en la Caravana Paso a Paso por la Paz, donde viajaban entre 60 y 70 migrantes, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación. Ahí se tomaron la foto y dispusieron sus escoltas para acompañarlos en un tramo del camino.
"Había oído de todo, pero de esto que pasara nunca. Sólo esperamos que esto sea bien para los que vienen detrás nuestro, no sólo para nosotros", dijo Carlos, un guatemalteco que también viajaba en la caravana.
Primero fue el chiapaneco. Sabines voló hasta Arriaga, saludó a la caravana y anunció que los escoltarían en carros oficiales hasta los límites con Oaxaca.
Su visita fue una sorpresa incluso para los organizadores, entre ellos el padre Alejandro Solalinde y Heyman Vázquez, y la activista Elvira Arellano.
La caravana fue dejada a 10 kilómetros aproximadamente de Chahuites, sobre la carretera.
Ayer, Gabino Cué apareció poco antes de las 8 de la mañana en el casino municipal de Chahuites, Oaxaca.
De avanzada envió dos médicos, según su reporte, atendieron a 70 y los males más comunes fue diarrea aguda, dermatitis, infecciones en la garganta, estrés, anemia y dolores musculares.
"Dénos paso libre", le dijo un migrante salvadoreño al Gobernador, quien lo miró sonriente y le dio una palmada en la espalda. "Que nos dejen seguir hasta el norte, que nos acompañen para llegar con bien", insistió ilusionado, ya sin respuesta.
Cué manifestó que protección civil y seguridad pública del estado apoyarán y escoltarán el traslado hasta Ixtepec, hasta donde llega la Caravana. Luego anunció la creación de una Fiscalía Especializada para migrantes.
De Ixtepec al primer poblado de Veracruz son 5 horas en tren, las cuales seguirán los centroamericanos ya sin seguridad.
Al final, Cué desayunó con los migrantes. Aunque compartió mesa, no compartió plato. Desayunó pescado frito con ensalada de lechuga y jitomate, los migrantes comieron huevo, birria y galletas María.
Daniela Rea, Reforma, 9 de enero.
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