TALISMÁN, Chiapas.- Tomados de la mano, un par de adolescentes pisa la frontera entre Guatemala y México.
Él lleva una bolsa de plástico negra; ella, una pequeña cartera del mismo color. Al llegar a la garita migratoria, intentan mostrar seguridad. Un agente les pide sus documentos. Sólo el joven los trae.
El uniformado los mira a los ojos y les dice que no pueden salir del país si ella no tiene un permiso de sus padres. Sin reclamar ni insistir, los adolescentes vuelven sobre sus pasos.
Debajo de la garita corre el río Suchiate. No es muy profundo: el agua apenas llega a las rodillas, y en la parte más profunda, arriba de la cintura.
Pagan 2 quetzales (4 pesos) para bajar por una vereda hacia el cauce y cruzan por el río para pisar suelo mexicano.
Inicia entonces la ruta de la extorsión y el peligro.
Prácticamente todas las personas con las que hablen les quitarán dinero.
REFORMA recorrió el viacrucis de los migrantes.
Viacrucis en Chiapas
Una de las principales rutas que los indocumentados siguen en el Estado en su camino hacia Estados Unidos.
Arriaga
Casi en los límites con Oaxaca, toman el tren de carga que va hasta Lechería, Estado de México. Son extorsionados y secuestrados por la delincuencia organizada.
Huehuetán
Personas en bicitaxis les cobran por ayudarlos a rodear la garita migratoria. Algunos tricicleros los amenazan con denunciarlos si no usan sus servicios.
Tapachula
Decenas de combis realizan el recorrido hasta aquí. Los choferes les cobran hasta 10 veces la tarifa normal y no tienen empacho en reconocer que extorsionan a los migrantes. Incluso llegan a entregarlos a agentes de Migración.
Ciudad Hidalgo y Talismán
Para cruzar la frontera por el río Suchiate, deben pagar del lado guatemalteco a fin de que les permitan bajar por una vereda hacia el cruce.
Él lleva una bolsa de plástico negra; ella, una pequeña cartera del mismo color. Al llegar a la garita migratoria, intentan mostrar seguridad. Un agente les pide sus documentos. Sólo el joven los trae.
El uniformado los mira a los ojos y les dice que no pueden salir del país si ella no tiene un permiso de sus padres. Sin reclamar ni insistir, los adolescentes vuelven sobre sus pasos.
Debajo de la garita corre el río Suchiate. No es muy profundo: el agua apenas llega a las rodillas, y en la parte más profunda, arriba de la cintura.
Pagan 2 quetzales (4 pesos) para bajar por una vereda hacia el cauce y cruzan por el río para pisar suelo mexicano.
Inicia entonces la ruta de la extorsión y el peligro.
Prácticamente todas las personas con las que hablen les quitarán dinero.
REFORMA recorrió el viacrucis de los migrantes.
Viacrucis en Chiapas
Una de las principales rutas que los indocumentados siguen en el Estado en su camino hacia Estados Unidos.
Arriaga
Casi en los límites con Oaxaca, toman el tren de carga que va hasta Lechería, Estado de México. Son extorsionados y secuestrados por la delincuencia organizada.
Huehuetán
Personas en bicitaxis les cobran por ayudarlos a rodear la garita migratoria. Algunos tricicleros los amenazan con denunciarlos si no usan sus servicios.
Tapachula
Decenas de combis realizan el recorrido hasta aquí. Los choferes les cobran hasta 10 veces la tarifa normal y no tienen empacho en reconocer que extorsionan a los migrantes. Incluso llegan a entregarlos a agentes de Migración.
Ciudad Hidalgo y Talismán
Para cruzar la frontera por el río Suchiate, deben pagar del lado guatemalteco a fin de que les permitan bajar por una vereda hacia el cruce.
Daniela Rea enviada, Reforma, 24 de enero.
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