BUENOS AIRES.— El operativo para la liberación de los dos concejales y tres militares rehenes de las FARC comenzó ayer, con la partida de la comitiva que encabeza la ex senadora Piedad Córdoba a Brasil, mientras el ministerio de Defensa recibió las coordenadas donde la guerrilla entregará a los secuestrados.
El operativo, que deberá concluir el próximo viernes si todo transcurre como está pautado por las partes, es visto por todos los actores como “un paso positivo” en busca de un prólogo al diálogo político, a pesar de que ayer el vicepresidente, Angelino Garzón, le pidió a las FARC “menos comunicados, menos palabras y más hechos de paz”, para poder construir el espacio de negociación del que se viene hablando desde la llegada del presidente Juan Manuel Santos en agosto.
“Esperamos que las FARC liberen a todos los secuestrados y a los niños que han reclutado forzosamente, ya que el gobierno está dispuesto a establecer diálogos de paz, perdón y reconciliación, como ya lo dijo el presidente”; acotó Garzón.
Córdoba, los delegados de la Cruz Roja y del gobierno partieron ayer a Brasil, desde donde hoy ingresarán a territorio colombiano, hasta el punto establecido para la entrega de los primeros dos rehenes.
Antes de la partida, la ex legisladora explicó que existe “un muy buen ambiente no sólo de parte del gobierno sino también de las FARC y del ELN (Ejército de Liberación Nacional). Creo que éste es el inicio de una gran campaña por la paz”.
La cabeza de Colombianos y Colombianas por la Paz advirtió que este puede ser el inicio para que la guerrilla “antes de mediados de año”, termine por liberar a los 19 policías y militares que mantienen aún en cautiverio.
Para los analistas, esta no es una liberación como las anteriores, ya que todo parece ir a desembocar en un diálogo entre el gobierno y la insurgencia. Alfredo Rangel, de la Fundación Seguridad y Democracia, cree que la de ahora “podría ser una verdadera apuesta de las FARC para mejorar las condiciones ante una posible mesa de diálogo”.
El clima de cierta distensión entre la guerrilla y el gobierno no es sólo destacado por los observadores y los familiares de los rehenes, sino también, como lo hizo el pasado viernes, el gobierno brasileño —que participa (con helicópteros y como garante) del operativo de liberación—, a través del canciller Antonio Patriota, quien elogió la actitud del gobierno de Santos “que en poco tiempo pudo cambiar la perspectiva para poder trabajar por una Sudamérica en paz”.
Ahora, todos esperan que concluya esta etapa para luego, tal como lo anticipó Córdoba ayer, “seguir generando buen ambiente” con el fin de que todos los secuestrados recuperen su libertad y darle una nueva oportunidad, la cuarta, en más de cuatro décadas, a una negociación donde la palabra paz sea el eje temático fundamental.
El operativo, que deberá concluir el próximo viernes si todo transcurre como está pautado por las partes, es visto por todos los actores como “un paso positivo” en busca de un prólogo al diálogo político, a pesar de que ayer el vicepresidente, Angelino Garzón, le pidió a las FARC “menos comunicados, menos palabras y más hechos de paz”, para poder construir el espacio de negociación del que se viene hablando desde la llegada del presidente Juan Manuel Santos en agosto.
“Esperamos que las FARC liberen a todos los secuestrados y a los niños que han reclutado forzosamente, ya que el gobierno está dispuesto a establecer diálogos de paz, perdón y reconciliación, como ya lo dijo el presidente”; acotó Garzón.
Córdoba, los delegados de la Cruz Roja y del gobierno partieron ayer a Brasil, desde donde hoy ingresarán a territorio colombiano, hasta el punto establecido para la entrega de los primeros dos rehenes.
Antes de la partida, la ex legisladora explicó que existe “un muy buen ambiente no sólo de parte del gobierno sino también de las FARC y del ELN (Ejército de Liberación Nacional). Creo que éste es el inicio de una gran campaña por la paz”.
La cabeza de Colombianos y Colombianas por la Paz advirtió que este puede ser el inicio para que la guerrilla “antes de mediados de año”, termine por liberar a los 19 policías y militares que mantienen aún en cautiverio.
Para los analistas, esta no es una liberación como las anteriores, ya que todo parece ir a desembocar en un diálogo entre el gobierno y la insurgencia. Alfredo Rangel, de la Fundación Seguridad y Democracia, cree que la de ahora “podría ser una verdadera apuesta de las FARC para mejorar las condiciones ante una posible mesa de diálogo”.
El clima de cierta distensión entre la guerrilla y el gobierno no es sólo destacado por los observadores y los familiares de los rehenes, sino también, como lo hizo el pasado viernes, el gobierno brasileño —que participa (con helicópteros y como garante) del operativo de liberación—, a través del canciller Antonio Patriota, quien elogió la actitud del gobierno de Santos “que en poco tiempo pudo cambiar la perspectiva para poder trabajar por una Sudamérica en paz”.
Ahora, todos esperan que concluya esta etapa para luego, tal como lo anticipó Córdoba ayer, “seguir generando buen ambiente” con el fin de que todos los secuestrados recuperen su libertad y darle una nueva oportunidad, la cuarta, en más de cuatro décadas, a una negociación donde la palabra paz sea el eje temático fundamental.
José Vales corresponsal, El Universal, 8 de febrero.
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