LA HABANA (DPA y AP).— Las autoridades cubanas excarcelaron ayer a dos presos políticos que se negaban a salir de la cárcel. El opositor Héctor Maseda, cuya libertad era reclamada por Amnistía Internacional, que lo reconoció como preso de conciencia, fue liberado en la mañana del sábado y ya se encuentra en su casa en un barrio de La Habana.
Maseda, de 68 años y uno de los 75 disidentes detenidos y condenados a altas penas de prisión en la llamada “Primavera Negra” de marzo de 2003, es el esposo de la líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán. La liberación fue primero confirmada Laura Labrada Pollán, la hijastra del activista.
“Nos dimos un gran abrazo, me dio tremenda alegría y lo vi bastante bien de salud y contento”, expresó durante una conversación telefónica. Más tarde, el propio Maseda, que es presidente del Partido Ilegal de Cuba, dijo que ahora que es libre, “tengo que seguir haciendo lo mismo en la oposición. Tengo que saber cuáles son las nuevas estrategias (...)”.
Según Labrada, Maseda quedó libre bajo “licencia extrapenal”, una figura legal comparable a la libertad condicional en otros países. El viernes, cuando se dio la orden de liberarlo, él se negó, diciendo que no quería quedar libre bajo esos términos, sino incondicionalmente.
Maseda exigía además que primero liberaran a otros tres presos enfermos.
“Nos pilló de sorpresa a todos. De repente lo trajeron. Del gobierno le dijeron que no se podía quedar”, dijo Labrada, señalando que su madre se enteró de la noticia en Pinar del Río, a unos 150 kilómetros al oeste de La Habana, adonde viajó para visitar a Eduardo Díaz Fleitas, otro preso del “grupo de los 75” que fue liberado el viernes.
Ayer por la tarde fue liberado Angel Moya. Con él suman ya son 45 los disidentes que han salido de prisión. Moya, quien fue condenado a 20 años, sorprendió a su esposa Berta Soler, otra activista de las Damas de Blanco, con una llamada teléfonica anunciándole su excarcelación. Ya estaba en su casa del reparto Alamar, en las afueras de La Habana. “Me acaba de llamar mi hija y me ha dado la sorpresa de que Moya está en la casa”, dijo Soler. Su liberación fue anunciada la semana pasada, pero Moya también había rechazado salir hasta que los disidentes más enfermos dejaran la prisión.
El gobierno del presidente Raúl Castro y la Iglesia católica cubana acordaron a principios de julio excarcelar a los 52 opositores del grupo de los 75 que seguían presos. Todavía faltan ocho por liberar.
Maseda, de 68 años y uno de los 75 disidentes detenidos y condenados a altas penas de prisión en la llamada “Primavera Negra” de marzo de 2003, es el esposo de la líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán. La liberación fue primero confirmada Laura Labrada Pollán, la hijastra del activista.
“Nos dimos un gran abrazo, me dio tremenda alegría y lo vi bastante bien de salud y contento”, expresó durante una conversación telefónica. Más tarde, el propio Maseda, que es presidente del Partido Ilegal de Cuba, dijo que ahora que es libre, “tengo que seguir haciendo lo mismo en la oposición. Tengo que saber cuáles son las nuevas estrategias (...)”.
Según Labrada, Maseda quedó libre bajo “licencia extrapenal”, una figura legal comparable a la libertad condicional en otros países. El viernes, cuando se dio la orden de liberarlo, él se negó, diciendo que no quería quedar libre bajo esos términos, sino incondicionalmente.
Maseda exigía además que primero liberaran a otros tres presos enfermos.
“Nos pilló de sorpresa a todos. De repente lo trajeron. Del gobierno le dijeron que no se podía quedar”, dijo Labrada, señalando que su madre se enteró de la noticia en Pinar del Río, a unos 150 kilómetros al oeste de La Habana, adonde viajó para visitar a Eduardo Díaz Fleitas, otro preso del “grupo de los 75” que fue liberado el viernes.
Ayer por la tarde fue liberado Angel Moya. Con él suman ya son 45 los disidentes que han salido de prisión. Moya, quien fue condenado a 20 años, sorprendió a su esposa Berta Soler, otra activista de las Damas de Blanco, con una llamada teléfonica anunciándole su excarcelación. Ya estaba en su casa del reparto Alamar, en las afueras de La Habana. “Me acaba de llamar mi hija y me ha dado la sorpresa de que Moya está en la casa”, dijo Soler. Su liberación fue anunciada la semana pasada, pero Moya también había rechazado salir hasta que los disidentes más enfermos dejaran la prisión.
El gobierno del presidente Raúl Castro y la Iglesia católica cubana acordaron a principios de julio excarcelar a los 52 opositores del grupo de los 75 que seguían presos. Todavía faltan ocho por liberar.
El Universal, 13 de febrero.
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