Difícil, que la votación sea de 60%

TOLUCA, Méx.— Con tendencias históricas que revelan un electorado más bien “flojo” para ir a las urnas, desinteresado en las cuestiones públicas y motivado sólo por coyunturas, candidatos “guapos” o “la urgencia por cambiar algo”, las expectativas de participación ciudadana en la contienda del 3 de julio para renovar la gubernatura son al momento reservadas, pues se considera que difícilmente llegará a 60%.

Salvo en 2000, cuando la figura de Fox y su voto por el cambio arrastró a 65.47% de los mexiquenses a las casillas, entre 1996 y 2009 el promedio de participación electoral en el estado durante las últimas siete elecciones ha sido de 48.8% y, de acuerdo con el IFE, su tendencia es hacia el abstencionismo, coincidieron especialistas.


El consejero del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), Juan Carlos Villarreal Martínez, consideró que ante la evidencia histórica y otras variables que cada elección están en juego, sostener esos niveles de participación en la entidad “será un verdadero triunfo”, más aún cuando en general, 27% de los mexicanos está “insatisfecho” con su democracia, según el último reporte del Latinobarómetro.

Además, está el hecho de que alrededor de 30% de los más de 10 millones de empadronados no tienen arraigo al estado, por lo que generalmente votan más en elecciones concurrentes que en locales, explicó.




Por su parte, el consejero electoral y ex rector de la UAEM José Martínez Vilchis, consideró que existen posibilidades de rebasar el 60% de participación logrado en 2000, aunque los factores decisivos estarán en las condiciones de estabilidad social que se tengan al momento de la elección, niveles de confianza, “atractivo” de los candidatos y su oferta política.


Explicó que los estudios a nivel mundial demuestran que la gente vota más cuando hay una “coyuntura”, en crisis o cuando tiene alguna urgencia de “cambiar el gobierno”. Agregó que un estudio reciente del IFE ubica al Edomex en el grupo de entidades “participativas donde está aumentando el abstencionismo”, junto con Hidalgo, Tlaxcala, Quintana Roo, Puebla y Chiapas. A pesar de ello, aseguró que la expectativa de las autoridades electorales es romper el récord de 60% de participación.


Recordó que en 1996 la participación fue de 46.33%; en 1999, de 46.95%, y en 2000, la más alta, de 65.47%.
María Teresa Montaño corresponsal, El Universal, 17 de febrero.

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