Su hijo “sí trajo la torta bajo el brazo"

LA PAZ, BCS.— El neopanista Marcos Covarrubias, a quien anoche favorecían los conteos oficiales que lo perfilaban como nuevo gobernador de Baja California Sur, hizo la chica al derrotar a sus ex compañeros perredistas y demostrar que su hijo sí trajo torta bajo el brazo.

Los sudcalifornianos escogieron gobernador, Congreso local y cinco alcaldes en una contienda donde al cierre de esta edición Covarrubias aventajaba al candidato priísta Ricardo Barroso y al del PRD-PT, Luis Armando Díaz que cayó al tercer lugar electoral.

Fueron unos comicios tranquilos con mínimas irregularidades. Además del panista, el candidato del PRD-PT se dijo también ganador. Ambos, conforme a sus tendencias.

En la casa de campaña perredista había caras largas. El presidente nacional, Jesús Ortega, y el senador de PT Alberto Anaya trataron de arropar al ex alcalde de Los Cabos.

El candidato del PRD dijo que no podía dar cifras, porque se lo prohibía la ley, pero dijo que la victoria era suya.

Antes, en actitud de júbilo, Covarrubias llegó a su nueva casa, la dirigencia estatal del PAN, donde fue vitoreado.

Ahí sí hubo fiesta. Le dieron trato de virtual gobernador, con lo que el dicho se cumplió: su hijo, que nació el 2 de febrero, sí trajo torta bajo el brazo.

El candidato del PAN-Partido de la Renovación Sudcaliforniana (PRS) a la gubernatura estuvo flanqueado por el presidente blanquiazul, Gustavo Madero, y la coordinadora de los diputados federales, Josefina Vázquez Mota, además de legisladores como Carlos Alberto Pérez Cuevas, el senador Rodolfo Dorador Pérez Gavilán y la ex candidata derrotada en Tlaxcala, Adriana Dávila.

“Ganamos cabrón”, soltaba Covarrubias, el neopanista emocionado.

La diputada Kenia López acudió al festejo con el panismo en pleno ataviado con camisas de diseñador.

Covarrubias fue ungido entre la crema y nata panista, el mismo candidato que justificó su salida del PRD y su llegada al PAN al señalar que la gente no quiere un candidato bajado del cielo.

“¡A huevo!”, se escuchó de entre el tumulto panista que acompañó al candidato de regreso a su camioneta tras decirse triunfador.

Entre quienes festejaban estaba la senadora albiazul Minerva Hernández, que lució un rostro feliz. Como si supiera lo que acontecía, pues hasta hace poco pertenecía al PRD.

En la otra trinchera, la de Ricardo Barroso, aspirante del PRI-PVEM, decidieron alargar la espera.

Sus huestes citaron más tarde en el hotel Araiza para dar una conferencia, pero al cierre de esta edición, antes de las 10 de la noche, el joven político no apareció.

“Es que va a traer actas”, dijo uno de sus allegados, mientras que el PREP le daba a Barroso el segundo lugar y dejaba al PRD en el tercer sitio luego de 12 años de gobiernos perredistas.

Así, el PRI, que en días pasados alzó la voz a través de sus legisladores federales para exigir limpieza en la elección, anoche guardó silencio, mientras su gente se quedaba sin festejar, pero con dos satisfacciones: pasar a segundo lugar y en vías de ganar La Paz.

Desde temprano los supuestos focos rojos eran ubicados en Los Cabos.

En esa alcaldía, el candidato perredista Díaz acudió a votar a una primaria rural. Las filas eran largas. Al perredista no le quedó más que esperar.

Entre calles polvorientas marcadas por una evidente pobreza, de cuando en cuando saludaba a señoras de la tercera edad, quienes le prodigaban abrazos.

Ortega Martínez también esperó. El rostro del líder nacional perredista era más bien serio.

Unas cuadras adelante hizo lo propio el gobernador Narciso Agúndez. Lo esperó la prensa por más de tres horas. Al final presumió su elección y se dijo el mandatario que menos se ha entrometido en los comicios.

A lo largo del día corrió información de algunas irregularidades menores. La guerra electoral no sólo se dio en las calles.

Como en otros ejercicios similares, Twitter fue utilizado por diversos actores políticos. Unos la usaron para denunciar, como Ortega, quien dijo que hubo llamadas el sábado por la noche para que votaran por el PRI y el PAN, y de paso para denostar la figura de Díaz.

El panista Madero denunció la detención de dos militantes en Los Cabos, quienes salieron libres y senadores del PRI usaron la red para apuntalar a su candidato.
Ricardo Gómez y Gladys Rodríguez, El Universal, 7 de febrero.

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