“Error histórico”, la ley Helms-Burton, afirma Jimmy Carter en La Habana

La Habana, 30 de marzo. El ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter concluyó este miércoles una visita de tres días a Cuba, marcada por gestos de distensión y en la que pidió la libertad de presos cuya suerte concentra el máximo interés de esos gobiernos, respectivamente: el estadunidense Alan Gross y cinco agentes cubanos.

Carter, de 86 años, que ya había venido en 2002, habló con los dos hermanos Castro, a quienes agradeció en una rueda de prensa la información que le dieron sobre la reforma económica en curso en Cuba. También visitó a Gross y se reunió con opositores, con quienes habló de la situación de los derechos humanos en la isla.

Raúl Castro despidió al visitante en el aeropuerto José Martí, lo llamó “un hombre honesto” y consideró quela estancia del ex mandatario en la isla “fue buena”.

En su visita de hace casi una década, Carter pidió cambios en el sistema político cubano y respaldó una iniciativa de la disidencia, el Proyecto Varela. Esta vez puso el énfasis en posibles pasos de distensión entre Washington y La Habana, como la cuestión de los presos y su demanda de que Cuba salga de la lista estadunidense de países patrocinadores del terrorismo.

Sobre el último punto, explicó que los servicios de inteligencia de ambos países “han trabajado juntos” sobre el terrorismo de Al Qaeda. Igualmente confirmó sus conocidas opiniones en contra del bloqueo económico contra la isla, a favor de la libertad de viaje de los estadunidenses a este país y de un marco de mayores libertades en la isla: “Espero que para el futuro, todos los cubanos sean completamente libres y los estadunidenses libres para viajar a Cuba”.

Pero fue explícito ahora al calificar a la ley Helms-Burton de “error” histórico, porque condiciona su abolición al cambio de régimen en la isla, lo cual, opinó, “es contraproducente” y finalmente a quien castiga es al cubano de a pie.

Posible intercambio de presos
Gross, preso aquí desde diciembre de 2009, está sentenciado a 15 años de prisión por atentar contra “la independencia o la integridad territorial” de Cuba. Carter estimó que su compatriota ha perdido unos 40 kilos de peso y es inocente “de ser una amenaza seria para el pueblo y el gobierno cubanos”, por lo que esper su pronta liberación, por la vía de la apelación al Tribunal Supremo o por un “indulto humanitario” de Raúl Castro.

De los cinco agentes cubanos, detenidos desde 1998 y condenados por varios delitos, entre ellos el de conspiración para espionaje, Carter dijo que ya cumplieron más de una década en prisión y su juicio “ha sido puesto en duda”. También reveló que se reunió con algunos familiares de los detenidos.

Con esas declaraciones, Carter le dio estado público a un tema que circula en algunas cancillerías latinoamericanas como un gesto posible de distensión entre Washington y La Habana, dijo a La Jornada una fuente diplomática. No se trataría de un intercambio explícito, sino de decisiones unilaterales, pero recíprocas, que son materia de análisis en la región, añadió.

Igual que la vez anterior, Carter definió su viaje como privado, pero reveló que antes de venir habló con la secretaria de Estado Hillary Clinton, y que a su regreso presentará al presidente Barack Obama un reporte sobre la reforma cubana, el sexto congreso del Partido Comunista, que sesionará en abril, y “otros asuntos” confidenciales.

Un cuadro de ese tipo es distinto al de 2002, cuando Fidel Castro rechazó comedidamente, pero en público, las peticiones de Carter de cambio de régimen en Cuba y de apertura para discutir el Proyecto Varela (una demanda de referendo sobre el sistema cubano). Esta vez el estadunidense dijo que su visita al líder cubano fue “una reunión entre viejos amigos” y expuso que encontró a su anfitrión con “buen estado de salud”. Luego de su encuentro oficial con Raúl Castro, el martes, ambos cenaron en un restaurante del centro histórico de La Habana, hecho insólito dentro de la ortodoxia del protocolo cubano.

Hace nueve años Carter se reunió con un grupo de opositores. Igual ocurrió ahora, en un encuentro al que asistieron Osvaldo Payá (líder del Proyecto Varela) y Elizardo Sánchez, entre los veteranos, y la bloguera Yoani Sánchez, de la nueva generación.

Jimmy Carter es el presidente estadunidense que más lejos ha ido en el acercamiento a Cuba. En su mandato (1977-1981) los dos países delimitaron fronteras marinas en el Golfo de México, abrieron sus respectivas secciones de intereses (oficinas diplomáticas) y se ampliaron las facilidades de viaje entre los dos países.

GErardo Arreola, La Jornada, 31 de marzo.

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