La iniciativa de reforma fiscal presentada por senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) pretende generar estímulos para incorporar más personas y empresas a la economía formal, en un país en el que la mitad de la actividad productiva no tributa al fisco, aseguró Herbert Bettinger, socio director en el área legal de la firma financiera Mancera SC, integrante de Ernst & Young.
“Es una propuesta que por primera vez en 40 años busca ampliar la base de contribuyentes y no gravar a los causantes cautivos, como ha ocurrido”, afirmó.
“La reformas fiscales anteriores no han buscado ampliar la base de contribuyentes, y ha sido siempre un aumento de los impuestos a los que ya vienen pagando”, dijo Bettinger a La Jornada.
“Esto ha desestimulado a las empresas y, por otro lado, ha fomentado el mercado informal, que hoy día es tan importante como el mercado formal.”
La propuesta presentada por el senador priísta Manlio Fabio Beltrones, presidente de la mesa directiva del Senado, explicó Bettinger, pretende generar estímulos para que el empresario invierta más. Por eso, añadió, la iniciativa plantea reducir la tasa del impuesto sobre la renta (ISR) de 30 a 25 por ciento, gradualmente hasta 2015.
Para las personas físicas que realizan alguna actividad empresarial, la propuesta del legislador genera incentivos para que se incorporen a la formalidad, añadió.
El planteamiento, explicó Bettinger, es que aquellos con ingresos hasta de 20 millones de pesos paguen el impuesto sobre 5 por ciento de lo cobrado, lo que sólo se aplicaría a las personas físicas y las empresas de capital nacional. Y para el sector primario (agricultura, silvicultura y pesca) se da un beneficio de que pague 3 por ciento de lo que gane, siempre y cuando no rebase 4 millones de pesos.
Por lo que corresponde a las personas físicas (quienes no realizan actividad empresarial o por cuenta propia), la iniciativa de reforma fiscal trata de proteger a las clases medias del país, sostuvo el especialista fiscal.
Lo anterior, porque hoy día una persona con 30 mil pesos de ingreso mensual paga un ISR de 30 por ciento, que es la tasa más alta posible.
En la propuesta hecha pública ayer, añadió, se hace una tarifa que sube a 35 por ciento, pero se protege a los ingresos menores de 50 mil pesos, que serían gravados con una tasa máxima de ISR de 28 por ciento.
La iniciativa de reforma también busca incorporar más personas a la economía formal, a partir de que formen parte de la base de contribuyentes.
El especialista explicó que, en términos del consumo, las personas que se desempeñan en el mercado informal pagan una tasa de IVA de 16 por ciento, la misma que deben cubrir quienes están inscritos en el Registro Nacional de Contribuyentes.
“Eso es una verdadera desventaja para los trabajadores del sector formal; por un lado, el sector informal va creciendo, se va robusteciendo, mientras el formal se va debilitando.”
Expuso que se ha buscado en años recientes de muchas maneras incorporar al sistema tributario a los trabajadores del sector informal, sin éxito.
“Esta propuesta lo que plantea es: si alguien quiere permanecer en la informalidad, que le cueste”, afirmó.
“Entonces, el informal estaría pagando su IVA a 16 por ciento y el trabajador del sector formal pagaría 13. ¿Cómo? Alguien llega a un establecimiento y compra una corbata. El sistema informático va a preguntar si la compra es para efectos fiscales o para efecto de consumo. Si es para efecto fiscal, la factura sale con 16 por ciento y no está sujeta a devolución de 3 por ciento. Si es para consumo personal, la factura sale con IVA de 16 por ciento, pero posteriormente el fisco regresa 3 por ciento a una cuenta bancaria del contribuyente. Con esto se pretende que el que se quiera quedar en el sector informal participe con el pago de por lo menos tres puntos en su consumo personal, que es mucho dinero.”
Según los promotores de la iniciativa, la reducción propuesta de los impuestos sobre la renta y al consumo, así como la ampliación del padrón de contribuyentes, tendría un efecto neto de aumentar la recaudación entre 1.5 y dos puntos del producto interno bruto, unos 260 mil millones de pesos.
“Es una propuesta que por primera vez en 40 años busca ampliar la base de contribuyentes y no gravar a los causantes cautivos, como ha ocurrido”, afirmó.
“La reformas fiscales anteriores no han buscado ampliar la base de contribuyentes, y ha sido siempre un aumento de los impuestos a los que ya vienen pagando”, dijo Bettinger a La Jornada.
“Esto ha desestimulado a las empresas y, por otro lado, ha fomentado el mercado informal, que hoy día es tan importante como el mercado formal.”
La propuesta presentada por el senador priísta Manlio Fabio Beltrones, presidente de la mesa directiva del Senado, explicó Bettinger, pretende generar estímulos para que el empresario invierta más. Por eso, añadió, la iniciativa plantea reducir la tasa del impuesto sobre la renta (ISR) de 30 a 25 por ciento, gradualmente hasta 2015.
Para las personas físicas que realizan alguna actividad empresarial, la propuesta del legislador genera incentivos para que se incorporen a la formalidad, añadió.
El planteamiento, explicó Bettinger, es que aquellos con ingresos hasta de 20 millones de pesos paguen el impuesto sobre 5 por ciento de lo cobrado, lo que sólo se aplicaría a las personas físicas y las empresas de capital nacional. Y para el sector primario (agricultura, silvicultura y pesca) se da un beneficio de que pague 3 por ciento de lo que gane, siempre y cuando no rebase 4 millones de pesos.
Por lo que corresponde a las personas físicas (quienes no realizan actividad empresarial o por cuenta propia), la iniciativa de reforma fiscal trata de proteger a las clases medias del país, sostuvo el especialista fiscal.
Lo anterior, porque hoy día una persona con 30 mil pesos de ingreso mensual paga un ISR de 30 por ciento, que es la tasa más alta posible.
En la propuesta hecha pública ayer, añadió, se hace una tarifa que sube a 35 por ciento, pero se protege a los ingresos menores de 50 mil pesos, que serían gravados con una tasa máxima de ISR de 28 por ciento.
La iniciativa de reforma también busca incorporar más personas a la economía formal, a partir de que formen parte de la base de contribuyentes.
El especialista explicó que, en términos del consumo, las personas que se desempeñan en el mercado informal pagan una tasa de IVA de 16 por ciento, la misma que deben cubrir quienes están inscritos en el Registro Nacional de Contribuyentes.
“Eso es una verdadera desventaja para los trabajadores del sector formal; por un lado, el sector informal va creciendo, se va robusteciendo, mientras el formal se va debilitando.”
Expuso que se ha buscado en años recientes de muchas maneras incorporar al sistema tributario a los trabajadores del sector informal, sin éxito.
“Esta propuesta lo que plantea es: si alguien quiere permanecer en la informalidad, que le cueste”, afirmó.
“Entonces, el informal estaría pagando su IVA a 16 por ciento y el trabajador del sector formal pagaría 13. ¿Cómo? Alguien llega a un establecimiento y compra una corbata. El sistema informático va a preguntar si la compra es para efectos fiscales o para efecto de consumo. Si es para efecto fiscal, la factura sale con 16 por ciento y no está sujeta a devolución de 3 por ciento. Si es para consumo personal, la factura sale con IVA de 16 por ciento, pero posteriormente el fisco regresa 3 por ciento a una cuenta bancaria del contribuyente. Con esto se pretende que el que se quiera quedar en el sector informal participe con el pago de por lo menos tres puntos en su consumo personal, que es mucho dinero.”
Según los promotores de la iniciativa, la reducción propuesta de los impuestos sobre la renta y al consumo, así como la ampliación del padrón de contribuyentes, tendría un efecto neto de aumentar la recaudación entre 1.5 y dos puntos del producto interno bruto, unos 260 mil millones de pesos.
Roberto González Amador, La Jornada, 11 de marzo.
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