Diputados “congelan” reformas política, laboral y de seguridad

Los diputados federales cerraron el periodo de sesiones sin las reformas laboral, de seguridad y política, y con un hueco de tres consejeros en el Instituto Federal Electoral (IFE), pero la culpa no es propia y para dejarlo muy en claro, se enfrascaron en una guerra de mantas para responsabilizar a los compañeros del otro partido, de los pobres, de los muertos, de los desempleados.

Hasta el final, los diputados siguieron la línea de confrontación que fue subiendo de tono.

Ya concretado el freno a la Ley de Seguridad Nacional, a la ratificación de la reforma política y la elección de los tres consejeros del IFE —pendiente desde noviembre pasado—, diputados del PRI y PAN hicieron “guerritas” de mantas y entre más grandes mejor.

Los del PAN llevaban 18 días desplegando en la tribuna del salón de plenos una manta en la cuestionaban al PRI por su rechazo a aprobar la reforma laboral. Esta semana mandaron a hacer otra en la que reprocharon que los priístas no tuvieran “PRIsa” para impulsar el empleo de jóvenes y de los pobres.

En el PRI no se quedaron con los brazos cruzados y también desdoblaron dos mantas en las que reclamaron los 60 millones de pobres, los tres millones de desempleados y los 40 mil asesinatos impunes que han resultado del combate a la delincuencia organizada y el narcotráfico en México.

“Y aún faltan 18 meses de PANgobierno”, se leyó.

Y ahí van los panistas otra vez con sus dos mantas ocupando los lugares disponibles en la Mesa Directiva, incluso usando las curules como bancos.

Entonces se abrió la guerra de gritos. Los priístas exigían: “¡No más muertos!”. Los panistas: “No más prisa”, y el PRD —desarmado de mantas y con los puños arriba—: “Ni PRI, ni PAN, gobierno popular”.

Desde las curules del PRI gritaron “burro” al panista Carlos Alberto Pérez Cuevas cuando retó al gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto a quitar el freno a las reformas que el país necesita.

En lo que los diputados se ocuparon en meter y desplegar mantas, en la burbuja de poder de los coordinadores parlamentarios en San Lázaro se escribía un fracaso más.

Entonces, otra guerra, esta vez de declaraciones a la prensa.

PAN y PRD dijeron que los priístas se empecinaron en que tenían derecho a elegir dos de tres consejeros electorales y al final, se hablaba de que amenazaban con designar a los tres.

Por su parte, en el PRI se responsabilizó del fracaso a la presidenta de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), la panista Josefina Vázquez Mota. “Es una vergüenza”, afirmó el priísta Sebastián Lerdo de Tejada.

En la recta final quedaron dos nombres con el consenso de los dirigentes de la Junta de Coordinación Política: Jacinto Silva Rodríguez y Arely Gómez, y el veto a Emilio Álvarez Icaza.

Otro choque más. El PRI y PAN pretendieron lavarse las manos de la indiferencia a ratificar la reforma política enviada por el Senado para, entre otras cosas, que se permitan las candidaturas presidenciales ciudadanas y la reelección de diputados, senadores y alcaldes. Y de la falta de consensos y de operación política para llevar el dictamen de Seguridad Nacional al pleno.

A diferencia de la Cámara de Diputados, en el Senado de la República culminaron tres meses de trabajo en un ambiente de cordialidad.

Cuatro días de sesiones ininterrumpidas acercaron más a los legisladores en su nueva sede, tanto que al final del pleno, ayer ya no había dictámenes pendientes para aprobar, lo que les permitió terminar temprano.

Aplausos, abrazos y parabienes para sus vacaciones —de cuatro meses de receso— hasta septiembre.

Quien no perdió tiempo para promocionar el logro de la reforma política —que no se hizo ley— fue su presidente Manlio Fabio Beltrones, quien además de inaugurar la nueva sede —aunque incompleta y con fallas— grabó un spot en el que resumió los logros en una frase: “Con la reforma política, ahora sí, el que vota manda”.

En San Lázaro, el presidente de la Mesa Directiva, Jorge Carlos Ramírez Marín, ofertó un discurso optimista, pues aún cuando aceptó que la productividad en este periodo ordinario fue menor a la de otras legislaturas, felicitó a los diputados por no pretender ganar las ocho columnas y sí dignificarse por cambiarle la vida a un campesino que perdió su cosecha con las heladas y a los cuales se les tendrían que enviar 15 mil millones de pesos.

Ya con el protocolo hecho a un lado, también se paseó por la tribuna Gerardo Fernández Noroña para llevarle flores a Ramírez Marín, como lo quiso hacer con la diputada Valentina Díaz, que hace unos días lo puso en su lugar al llamarlo “simulacro de diputado”.

El petista no contó con la astucia de los panistas que le responideron a la manta en la que acusa al presidente Felipe Calderón de padecer alcoholismo con otra manta. En ella aparece una foto del diputado y el mensaje: “¿Tu elegirías a un sicópata o drogadicto para que te represente?, ¿no?, ¿entonces porque votaste por Noroña?”.

Llegó el cierre del periodo y con él la pista del Himno Nacional que falló a la mitad de la segunda estrofa y a capela los diputados siguieron: “¡Guerra, guerra!, en el monte, en el valle, los cañones horrísonos truenen y los ecos sonoros resuenen, con las voces de ¡unión! ¡libertad!...”.

Ricardo Gómez, Andrea Merlos y Juan Arvizu, El Universal, 30 de abril.

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