Encierra el INM un año a cubanos

Yanisleidys Pineda y Alexander Castillo dejaron Cuba en busca de mayores libertades en 2009, sin embargo, lo único que alcanzaron fue un encierro.

Este 29 de abril, la pareja de 20 y 32 años cumple un año dentro de estaciones migratorias: estuvieron cuatro meses en la de Nuevo Laredo y el resto del tiempo han permanecido en la estación de Iztapalapa.

De acuerdo con su abogado y presidente de la Asociación Cívica Cubano-Mexicana, Eduardo López Ferrer, debido al tiempo que llevan fuera de la isla ya no son repatriables y aún así las autoridades no resuelven su caso.

"He visto a mucha gente irse de aquí y no me he visto irme yo, estoy desesperada", afirma la joven en entrevista.

"Al director de la estación no le importa nuestra situación, somos los más antiguos en la estación migratoria", reclama.

Inconformes con el régimen castrista, la pareja ahorró dinero por seis años para pagar su viaje a Nueva Jersey, donde la joven tiene a una hermana. Ella había terminado la carrera de Informática y él impartía clases de salsa en un hotel de La Habana.

Con cartas-invitación viajaron a Ecuador -Yanisleydis en agosto de 2009 y Alexander en diciembre de ese mismo año- y después subieron hasta Turbo, un municipio en Colombia que limita con el Mar Caribe.

Ahí pagaron 2 mil dólares para cruzar en un barco hasta las playas del sureste mexicano, donde contrataron a un "pollero" que los trasladó a Nuevo Laredo.

El 29 de abril llegaron a esa frontera pero a unos metros del Puente Número 1, donde pedirían a las autoridades estadounidenses asilo político, el taxi en el que iban chocó contra otro automóvil.

Tras el incidente, policías locales los obligaron a bajar del vehículo y enseguida elementos federales los presionaron para que acusaran al taxista de plagio.

"Nosotros no queríamos acusar al señor porque no era verdad: el señor era taxista", remarca Yanisleidys.

Sin que los oficiales lograran que denunciaran al chofer, los cubanos fueron entregados a Migración y detenidos en la estación migratoria.

Según la joven, el Delegado local del Instituto Nacional de Migración (INM) en Nuevo Laredo, Sergio García Barba, les dijo que no tenían derecho a solicitar refugio y les pidió 8 mil dólares para que salieran de estas instalaciones.

"Nosotros le dijimos que no teníamos tanto dinero y nos dijo: 'no se preocupen, de todos modos no se van a ir para Cuba", relata.

Sin embargo, el 25 de mayo les notificaron de una expulsión ante la cual se ampararon y después, el 30 de agosto los trasladaron a la estación de Iztapalapa.

Luego de que Yanisleidys estuvo nueve días en huelga de hambre, logró que las autoridades de la estación llamaran a la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar) para que solicitaran refugio.

De acuerdo con Comunicación del INM, hubo un error en la solicitud, por lo que la pareja no está registrada como solicitante de la protección. Sin embargo, los cubanos afirman que el director de la estación, Ignacio Escamilla, les indicó que su petición fue rechazada.

Aunque ambos padecen problemas de salud afirman que no han sido revisados.

En entrevista telefónica, Yanicel, hermana de Yanisleidys, indicó que las autoridades de Cuba les avisaron a sus padres que los borraron de todos los registros oficiales, por lo que sólo podrían ingresar como turistas.

Comunicación Social del INM indicó que en tanto no se resuelvan los amparos que han interpuesto ante las autoridades judiciales, el Instituto está "impedido de resolver su situación migratoria".

Grupo Reforma hizo contacto con la Embajada de Cuba en México para conocer su postura ante el caso, pero respondió que "por normas diplomáticas no da información pública sobre casos migratorios".

"Si México decide dejarnos en este País nos quedamos y trabajamos para este Gobierno, lo que no queremos es regresarnos para Cuba porque vamos a sufrir mucho, eso es lo que le estamos pidiendo", afirmó la joven.



Verónica Sánchez, Reforma, 23 de abril.

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