Migrantes preocupan a Obama

WASHINGTON.— El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recibió ayer en la Casa Blanca a un grupo de líderes políticos, religiosos y sociales a fin de escuchar “ideas y sugerencias” para resucitar el proyecto de una reforma migratoria en el país.

Pero este intento por superar el desencanto entre la comunidad hispana cayó en saco roto, ante la ausencia de medidas concretas para poner alto a una campaña de redadas y deportaciones que ya ha batido todos los récords, y ante la decepción de quienes se han declarado cansados de vagas promesas.

“El cuento de que la reforma migratoria no ha avanzado por culpa de los republicanos ya no se lo cree nadie”, aseguró Juan José Gutiérrez, de la coalición en defensa de los derechos de los inmigrantes del sur de California, que ya prepara marchas en Los Ángeles para el próximo 1 de mayo.

“Todos sabemos que la culpa del fracaso en el debate migratorio ha sido no sólo responsabilidad de los republicanos, sino de los demócratas”, señaló Gutiérrez. Precisó que muchos líderes y organizaciones han insistido en la necesidad de que el presidente Obama comulgue con acciones y no sólo con palabras para resolver la situación de crisis y de zozobra que se vive entre la comunidad migrante.

“Muchos hubiéramos deseado que, en lugar de vagas promesas, el presidente hubiera anunciado acciones concretas. Como, por ejemplo, ofrecer medidas de protección contra quienes están bajo la amenaza de ser deportados a un país como México, que ahora mismo vive un ambiente de violencia”, consideró Gutiérrez.

La convocatoria en la Casa Blanca, a la que acudieron políticos como el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg y el ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, reunió además a varios dirigentes de organizaciones defensoras de inmigrantes, a hombres de empresa, líderes sindicales y religiosos.

La sensación de que en el encuentro “no estuvieron todos los que tendrían que estar” o que fueron excluidos de la lista “aquellos que somos menos complacientes con el presidente”, dejó ayer un mal sabor de boca entre grupos y organizaciones que se han declarados decepcionados por la ausencia de respuestas concretas a las exigencias de la comunidad migrante.

Para la mayoría de los analistas, la posibilidad de aprobar una reforma migratoria antes del 2012 es remota.


Jaime Hernández corresponsal, El Universal, 20 de abril.