Se romperá el modelo vertical: Raúl Castro

La Habana, 17 de abril. La reforma cubana rebasa la economía e implicará decisiones políticas de largo alcance, como la ruptura del modelo vertical que concentra en pocas manos la dirección de las empresas, el Estado y el partido único, para construir, en cambio, un sistema regido por instituciones, según el informe que presentó el sábado el presidente Raúl Castro.

Al iniciarse el sexto congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), Castro esbozó una transición gradual del Estado, que busca relaciones más horizontales, y que junto con la apertura económica pone a la isla en el campo de los regímenes socialistas que se reformaron, como China y Vietnam, y la separa del escenario de colapso en el que se hundieron la Unión Soviética y Europa del Este.

“Estamos convencidos de que lo único que puede hacer fracasar a la revolución y el socialismo en Cuba, poniendo en riesgo el futuro de la nación, es nuestra incapacidad para superar los errores que hemos cometido durante más de 50 años y los nuevos en que pudiéramos incurrir”, dijo Castro.

Sin embargo, el presidente cubano estuvo consciente de que enfrentará una resistencia interna y por ello pidió reaccionar con sentido común “ante las violaciones y la disciplina de todos, en primer lugar de los cuadros de dirección”, cambiar la mentalidad y “dejar de lado el formalismo y la fanfarria”.

Separación de funciones
La clave de la reforma institucional está en la “separación precisa” de funciones entre las empresas, la administración pública y el partido único, señaló el mandatario, “asunto que por décadas se ha visto plagado de confusiones e improvisaciones”.

Se trata también, agregó el presidente, “de despojar para siempre al partido de todas las actividades no propias de su carácter de organización política, en pocas palabras, liberarse de funciones administrativas y dedicarnos cada quien a lo que nos toca”. Así podrá ejecutarse la “paulatina descentralización de facultades, desde el gobierno central hacia las administraciones locales y desde los ministerios y otras entidades nacionales en favor de la autonomía creciente de la empresa estatal socialista”.

Esa línea pondría punto final a la práctica en la que han vivido generaciones enteras de cubanos, según la cual el PCC es una especie de poder fáctico de decisión o veto hasta en los más pequeños conglomerados, y los gerentes de empresas y funcionarios públicos de cualquier nivel tienen que subordinarse a la opinión partidaria.

Durante años, el PCC “se vio involucrado en tareas que no le corresponden, limitando y comprometiendo su papel”, señaló Castro, y de inmediato puso un ejemplo de corrección: ya se está reduciendo “sustancialmente” el catálogo de nombramientos en cargos públicos nacionales, provinciales y municipales que hasta ahora tenía que aprobar el partido, para entregarle esa facultad a los ministerios y empresas.

A menudo el mandatario leyó citas de Fidel Castro de décadas atrás, para ilustrar cómo ciertas decisiones se tomaron, pero la práctica fue distinta. Raúl repitió el ejercicio en este caso, recordando un discurso de su hermano mayor, de hace 49 años, en el que se reclamaba la separación de funciones entre un ministro, un administrador y el partido único. Luego el presidente cubano sacó de la gaveta otra resolución, esta vez del PCC, de 1973, exactamente en la misma dirección.

Recordó que los acuerdos de los congresos partidistas suelen quedarse en el papel y anticipó candados para impedir que su proyecto corra la misma suerte. Habrá una comisión, que le reportará directamente al mandatario, para dar seguimiento a la reforma y preparar los cambios jurídicos indispensables y las enmiendas a la Constitución. Castro anunció que el PCC celebrará una conferencia nacional en enero de 2012, para revisar su vida interna

La construcción de un país de instituciones ya ha empezado, según la reseña de Castro, que recordó medidas recientes que reglamentan el funcionamiento del gobierno en varios niveles y la política de defender el valor de los contratos, las obligaciones de pago y cobro y la eliminación del exceso de reuniones de todo tipo.

Sesiona el congreso
El congreso sesionaba el domingo a puerta cerrada en cinco comisiones. El documento de base, el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social, estaba siendo reconstruido, según el informe de Castro.

De 291 lineamientos originales, el 68 por ciento resultaron reformulados en la discusión nacional –entre diciembre y febrero pasados– y resultaron 311, reportó el mandatario. Algunas iniciativas no se reflejaron en la versión que discuten ahora los mil delegados, por diversas causas. Castro puso el ejemplo de 45 personas que pidieron autorizar la concentración de la propiedad, lo cual se desechó por “entrar en abierta contradicción con la esencia del socialismo”.

Los puntos particulares más debatidos fueron la libreta de abastecimiento alimentario, la política de precios, el transporte de pasajeros, la educación, la unificación monetaria y la calidad del sistema de salud, añadió.

Gerardo Arreola, La Jornada, 18 de abril.

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