'Todo queda en ensayos'

LA HABANA.- La sustitución en el más alto cargo político del sistema cubano cierra un ciclo de medio siglo, regido con puño de hierro por Fidel Castro, y refuerza la autoridad de su hermano, Raúl, el actual Mandatario, para implementar las reformas con las que pretende salvar de la debacle el ineficaz socialismo criollo.

Raúl suena firme y prometedor cuando externa sus planes de reducir y delimitar las funciones del aparato político, racionalizar la desorbitada estructura estatal y ordenar la economía.

Su prioridad: llevar a la práctica, sin prisa pero sin pausa, los cambios económicos. Su objetivo: salir de la crisis sin traumas sociales.

Pero el propósito requiere un cambio de mentalidad, que él mismo consideró "el trabajo más difícil, debido a los dogmas y criterios obsoletos".

Capitalinos consultados horas después de concluido el cónclave, se mostraron escépticos y hasta pesimistas.

"El aparato está repleto de mediocres, habituados a obedecer. Cambiar eso lleva mucho más de un quinquenio", dijo a REFORMA un ex funcionario.

Entre los decepcionados destacan los jóvenes, para quienes "en la concreta, todo se diluye".

"Nos pasamos la vida corrigiendo errores y nada cambia. El Gobierno lleva cinco años hablando de lo mismo y hasta ahora todo se ha quedado en puros experimentos", señaló un agrónomo de 29 años.

El joven recordó que tras la entrega de tierras a campesinos, la producción sigue bajando.

"Cuba produce menos cada año, y no sólo de alimentos; ocurre igual con el níquel y otros sectores importantes. Los cubanos hacen una resistencia pasiva al sistema porque les amarga la vida", añadió.

Más radicales, opositores como el economista Arnaldo Ramos opinaron que la dirigencia histórica sólo busca mantenerse en el poder.

"La vieja guardia no esta dispuesta a ceder un ápice del monopolio político", declaró el presidente de la Asociación de Economistas Independientes de Cuba.


Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 20 de abril.