“Vamos contra arbitrariedades"

El documento de trabajo para la reforma a la Ley de Seguridad Nacional ataca la arbitrariedad que se comete en el combate al crimen organizado, y pone candados al uso irrestricto que puede ordenar el Ejecutivo federal a las Fuerzas Armadas, aseguró el diputado Alfonso Navarrete Prida (PRI).

Las ideas del documento, afirmó, se sostienen en cualquier debate, sea social o académico, y en caso de una discusión informada, quienes se oponen están llamados a ser amigos de estos cambios, por su alcance: ponen orden en lo que hoy es una catástrofe de seguridad y en el uso a discreción de las Fuerzas Armadas.

Alfonso Navarrete Prida, entrevistado en su oficina del Palacio Legislativo, rechazó que Enrique Peña Nieto quiera congraciarse con el Ejército con esta reforma.

¿Cómo nació el documento de trabajo que usted presentó?

De nuestras plenarias de agosto de 2010 y enero de 2011, con el mandato de enriquecer la minuta del Senado de la República. Hubo un trabajo parlamentario intenso.

Se ha dicho que es una propuesta PRI-Sedena

Falso. Es parte de nuestra agenda parlamentaria. Quien diga lo contrario, incluso un diputado de nuestra fracción, está faltando a la verdad.

¿Peña Nieto se congracia con el Ejército?

El PAN, como bancada, está impulsando esto. ¿Quiere decir que Enrique Peña Nieto es tan poderoso que hasta en la Cámara de Diputados lo apoya el PAN?

Pero, ¿el PRI queda bien con las Fuerzas Armadas?

No. El documento trata del fuero civil, detalla qué órdenes de inteligencia y contrainteligencia deben ir firmadas por el titular de la Defensa Nacional o Marina; prohíbe que los militares se metan en conflictos sociales, electorales, laborales; les impide intervenir teléfonos, allanar y detener sin una orden judicial. Sólo podrán meterse en asuntos muy graves. Queda claro que el órgano de inteligencia de este país es el Cisen. ¿Esto es congraciarse con el Ejército?

¿Por qué no se realizó un foro sobre el tema?

Esto se ventiló en el poder Legislativo desde hace tres años. Al convertirse en realidad la reforma es cuando hay voces de “a mí nadie me avisó”. Hay que preguntarle al presidente de la Comisión de Gobernación, el panista Javier Corral, por qué nunca convocó a tratar el tema.

¿Qué pierde el diputado Alfonso Navarrete Prida?

No he perdido, confirmo que en esta Cámara de Diputados es muy fácil bloquear iniciativas. El diseño institucional, desde 1997, en mucho se lo debemos a Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la primera Cámara de mayoría opositora al gobierno, bajo la premisa de bloquear al Ejecutivo. En la alternancia democrática esa no puede ser la lógica. Por supuesto, don Porfirio no es el causante de los males, antes bien, ha contribuído mucho al sistema democrático.

¿Usted cree que el documento de trabajo será útil?

Estoy convencido de que la estructura de la reforma va a tener que caminar en ese sentido.

Hay quien dice que su concepto de paz es extraño.

Claro. Es una construcción jurídica. El tiempo de guerra es de suspensión de garantías y ley marcial. La paz tiene “escalones”: podemos vivir con garantías individuales y con la afectación grave en una parte del territorio. Casos: violencia, epidemias, catástrofes naturales. Si no aceptamos escalones de paz, abandonamos las garantías individuales.

¿Es un amortiguador de los abusos de la fuerza?

Por mandato constitucional, el Presidente puede manejar al Ejército como se le pegue la gana. A ello le ponemos gradualidad y candados. Quiero que me digan si estas medidas violan derechos humanos.

Dicen que se legaliza el uso de la fuerza para cometer arbitrariedades.

Ese es el argumento más serio que he escuchado, no quieren dar facultades legales para la acción contra civiles. Lo que se hace es darle marco jurídico a la movilización constitucional del Ejército.


Juan Arvizu, El Universal, 30 de abril.

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