Desconfía Encinas de labor del IEEM

TOLUCA, Méx.— Ante la crisis social y de valores que ha orillado al Estado de México a un riesgo de ingobernabilidad, la cercanía con el DF y la calidad de vida que existe en la capital del país han generado una expectativa de cambio “muy importante” entre los mexiquenses que lo coloca como la mejor opción para el próximo 3 de julio, asegura Alejandro Encinas, candidato de las izquierdas a la gubernatura de la entidad.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el abanderado de la coalición “Unidos podemos más” reconoce que aunque no confía en el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), pues asegura que, de origen, está dominado por el PRI y el gobernador Enrique Peña Nieto, respetará las reglas del juego y hará valer sus derechos.

A pregunta expresa, el candidato afirma que su trayectoria política en la oposición le brinda el temple necesario para enfrentar algún posible fraude. “Estamos preparados física, emocional y políticamente para ello”, dice Encinas. Sin embargo, está convencido de que ganará.


¿El Estado de México está en crisis?


Indudablemente. El problema es que la política se ha asociado a los negocios y los negocios no están en la solución de los problemas de la gente, sino en aquellas obras públicas que pueden ser muy lucidoras, pero no ayudan a resolver la calidad de vida de los habitantes.


Esta frase la ha repetido incesantemente: “separar la política de los negocios”, ¿cómo lograrlo?


Es una actitud de los gobernantes, si no hay principios y valores éticos, difícilmente se pueden emprender reformas institucionales. Lo segundo es la construcción de un conjunto de instrumentos para evitar que los funcionarios repliquen las prácticas de corrupción en el otorgamiento de contratos de obra pública.


¿En qué basa su confianza de que va ganando, como lo ha expresado?


Hay una aceptación importante de la candidatura porque ha convocado a una unidad que rebasa el ámbito de los partidos. Lo veo en las reuniones con grupos religiosos, con los colonos de zonas residenciales, en las universidades. Hace mucho que no habíamos tenido un nivel de penetración en sectores tan diversos.


¿Ha logrado que la gente vuelva a interesarse en la política?


Se está generando una expectativa. Nos ayuda mucho la cercanía con el DF y la experiencia de gobierno que se tiene allá, donde he tenido la mayor responsabilidad como jefe de gobierno. La expectativa de que yo pueda ofrecer igualdad de derechos entre el Estado de México y el DF es muy importante.


¿Cuál es el punto débil de ellos y cuál es el punto fuerte de usted?


El punto débil del PRI está en su fuerza: coercitiva, clientelar, corporativa, que cree que todo lo puede corromper y que todo lo puede comprar y eso ha hartado a la población. ¿Cuál es nuestra principal fortaleza? La congruencia y la credibilidad. En un escenario de descrédito de la política, que nosotros podamos acreditar ética, principios, valores, es un aliciente para motivar el cambio.


¿Confía en el instituto electoral?

No. Es un instituto hecho a modo, con una ascendencia enorme del gobernador. El hecho de no garantizar la equidad y tolerar prácticas ilegales es un mal indicio para la jornada.


Si no confía, ¿a qué se enfrenta? Si no es por esta vía, ¿por cuál otra?

Tenemos que jugar con estas reglas, exigiendo nuestros derechos, independientemente de la composición del órgano electoral.


¿Está preparado en lo legal y en lo emocional, ante un posible fraude?

Desde muy joven leí una novela soviética que se llamaba Así se templó el acero y desde entonces aprendimos a diferenciar nuestras responsabilidades políticas de nuestra actitud emocional, más para quienes venimos de la oposición real, de la proscripción, del semiclandestinaje, y más quienes hemos tenido enfrentamientos puntuales con la fuerza del Estado. Me tocó el 71 y en lo reciente, el desafuero, el fraude de 2006. Tenemos templado nuestro carácter y estamos preparados física y emocionalmente y políticamente para ello. Lo legal, ya nos la sabemos.

Rafael Montes enviado, El Universal, 15 de junio.

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