Migrantes marchan en demanda de respeto

NUEVO LAREDO. Trabajadores migratorios de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y México marcharon por las calles de esta ciudad fronteriza de Tamaulipas para exigir, en el Día Mundial del Migrante, respeto a sus derechos y que se les trate como personas en México y en Estados Unidos. En la caminata de decenas de personas, que se inició en Paseo Colón y Ruiz Cortinez hacia la Catedral del Espíritu Santo, donde el obispo local ofició una misa, el director de la Casa del Migrante, el sacerdote católico Gian Antonio Baggio, describió la situación de los migrantes en su recorrido por México rumbo a Estados Unidos. “Es un modelo de vida que siempre ha existido, porque hombres y mujeres han sido migrantes por necesidad por la mejoría de la humanidad y de la familia”, dijo Baggio tras calificar de criminales a quienes impiden el derecho al trabajo, y persiguen y maltratan a los migrantes. “Es más criminal decir que los migrantes son criminales”, manifestó el prelado. De manera paralela, 15 obispos del estado de Texas y de las entidades fronterizas de México se reunieron en la ciudad de Eagle Pass, para tratar el fenómeno migratorio, sin que se informaran las conclusiones de dicho encuentro. Miles de deportados Según Baggio, en 2010 sólo por esta frontera fueron deportados de Estados Unidos 70 mil mexicanos por falta de documentos. Indicó que sólo en la Casa del Migrante se otorgó atención, orientación y apoyo a 3 mil 700 deportados mexicanos, más de la mitad del total de refugiados recibidos en el año. El resto fueron centroamericanos. Entre los deportados está Francisco Zavaleta, de 29 años de edad y originario de Cuernavaca, Morelos, detenido en Miami, Florida, la semana pasada, por una infracción de tránsito. Dijo que vivió en Estados Unidos 12 años, ejerciendo diferentes oficios ya que sólo estudió hasta el segundo grado de primaria. “Estuve trabajando en las fábricas, pero actualmente ya era muy difícil porque no quieren saber nada de los mexicanos”, manifestó al asegurar que la policía estadounidense detiene a los mexicanos que le parecen sospechosos para indagar si cuentan con documentos, como pretexto para poder deportarlos. Sin embargo, reveló que, a pesar de los riesgos, intentará de nueva cuenta cruzar el río Bravo, porque ya no conoce a nadie en su tierra y toda su familia está en Estados Unidos. Xiomara Rol es hondureña y abandonó su país en busca de un mejor futuro para su familia. Ingresó a territorio mexicano en mayo pasado junto con su esposo y dejó en su tierra a sus tres hijos, pero no pretende regresar a Honduras, donde dijo que la crisis incrementó el desempleo. La mujer espera cruzar la frontera hacia el norte “en cualquier momento”. Gastón Monge corresponsal, El Universal, 5 de septiembre.