Resulta ciberterrorista operadora de Herrera

VERACRUZ.- María de Jesús Bravo Pagola, Maruchi, como la conocen en el Puerto, se mostró incrédula el 26 de agosto cuando se enteró de que el Gobierno de Veracruz la iba a detener por haber difundido a través de redes sociales un supuesto ataque del crimen organizado a una escuela. Priista con más de 30 años de militancia, Maruchi puso su casa como centro de operaciones durante las campañas de Fidel Herrera para Senador y Gobernador, y ella misma se considera mentora de los actuales alcaldes de Veracruz y Boca del Río. "¿Cómo van a detener a una priista de toda la vida? A una persona que en su casa se formó Carolina Gudiño, que ahora es presidenta municipal de Veracruz; que en su casa, que yo le presenté, cuando era un muchacho, le presenté a (Salvador) Manzur (Alcalde de Boca del Río) a Fidel. "¿Cómo me van a detener? Yo formé, y me decía mamá, a Américo Zúñiga, que ahora es diputado local por Xalapa. ¿Cómo van a detener a una priista?", le dijo por teléfono a su amigo Miguel Ángel Andrade cuando éste le avisó que por el radio se había enterado que la iban a capturar por ser una de las supuestas provocadoras de la histeria colectiva que se había desatado un día antes en la ciudad. El jueves 25 de agosto, a través de Twitter y Facebook se esparció el rumor de que el crimen organizado estaba realizando ataques contra escuelas y que había secuestrado a niños. "Por favor vayan por sus hijos". "Sedena sugiere y ordena el desalojo de las escuelas", escribió Bravo Pagola en su muro ante las preguntas que le hacían algunos de sus cerca de 5 mil seguidores. Minutos antes de que ella lanzara su mensaje, Gilberto Martínez Vera, un profesor de matemáticas de 48 años, tuitteó que había secuestros de alumnos luego de que su cuñada le hizo el comentario por teléfono. "Confirmo en la Esc.'Jorge Arroyo' de la Col. Carranza se llevaron 5 niños, grupo armado, Psicosis total en la zona", subió a las 10:57 horas con el nombre de usuario @gilus_22. Además de la lluvia de mensajes que se dieron en la redes sociales, refirieron varios testigos, también hubo una saturación de llamadas telefónicas que colapsó la red y en las calles se vivieron escenas de pánico con cientos de padres de familia sacando a sus hijos de las escuelas. "Yo no me enteré por el Face de lo que estaba ocurriendo. A mí me habló la directora donde van mis hijos para que fuera por ellos", dijo Ángeles Figueroa. En una carta enviada a Amnistía Internacional el 1 de septiembre, el Gobierno de Javier Duarte aseguró que los "rumores falsos" en las redes sociales generaron un caos en el tráfico vehicular y escenas de pánico. "Ese día, según consta en el registro de los medios de comunicación, los padres de familia corrieron atemorizados a sacar a sus hijos de los centros escolares, poniendo en riesgo su vida. Se generó caos en el tráfico vehicular y aumentaron los accidentes automovilísticos. "Durante toda la jornada se produjeron escenas de pánico en la vía pública y se produjo una condición de estrés traumático en buena parte de la población de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río", aseguró en la carta el Secretario de Gobierno, Gerardo Buganzaa. Castigo ejemplar Alrededor de las 18:00 horas del día 25, Martínez Vera fue arrestado cuando estaba en clases. "A las seis de la tarde nos habla el director de la escuela; le dijo a mi hija: 'Acaban de llevarse a tu hermano'. '¿Cómo?', dijo ella. No había orden de aprehensión, nada más le dijeron: '¿Gilberto Martínez Vera?' y él dijo: 'Sí, soy yo'. Le dijeron: 'Me acompañas'. Él salió y ya se fue con ellos", recordó Anita Vera Marceles, madre de Gilberto. Martínez Vera, refiere la mujer, tiene estudios truncos en Ingeniería Civil. Desde hace al menos 15 años se dedica a dar clases de regularización de matemáticas, es aficionado a la tecnología y desde que empezó la inseguridad en Veracruz, manifestó sus temores a través de las redes sociales. "Mi hijo estaba preocupado por la inseguridad y más por nosotros, sus papás, que ya estamos grandes. Decía 'no salgan a la calle, no salgan porque vaya a pasarles algo a ustedes'. Estaba más preocupado por su familia, Él nada más tiene una hermana y una sobrina. Somos una familia chiquita", indicó. Bravo Pagola fue detenida un día después por la Agencia Veracruzana de Investigaciones (AVI), cuando salió a comer cerca de su domicilio. La mujer, de 57 años, hija de Gloria Pagola, emigrante española que llegó durante el exilio republicano, y Miguel Ángel Bravo Ramírez, un tenor que fue jefe de la Policía en el puerto, fue llevada al estadio de beisbol "Beto Ávila". Ahí un helicóptero descendió para trasladarla a Xalapa, a las instalaciones de la Procuraduría de Justicia. Informar la violencia Bravo Pagola es madre del ex jugador de los Tiburones Rojos, Francisco Bravo, estuvo a cargo durante 20 años del programa de radio "Sus problemas tienen solución", que se transmitía por la XEU, y era colaboradora en algunos diarios locales. Hace como tres años, Maruchi dio de alta su cuenta en Facebook y, por ser muy conocida en el puerto, de inmediato fue ganando seguidores, relató Sofía Blanco Pérez, una amiga cercana. Ante la falta de información oficial sobre el clima de violencia que se vive en la ciudad, dijo, ella comenzó a ser un referente en el tema, pues solía avisar cuando ocurría alguna balacera o se registraba algún incidente. "Yo en realidad me hice amiga de ella (en el Facebook) porque yo le solicité la amistad, porque yo veía en los muros de mi amigos publicaciones de ella de hechos reales de Veracruz. De hechos que se viven día con día, como son levantones, balaceras, enfrentamientos entre grupos armados o entre la Policía Federal y los grupos armados", indicó. Además de la falta de información oficial, aseguró Porfirio Hernández, quien también es amigo de Bravo Pagola, existe una especie de silencio en los medios de comunicación locales, pues no dan a conocer los hechos violentos. "Ella dijo la verdad que todo mundo sabíamos, pero que los medios de aquí de Veracruz nunca se atrevieron a decirlo. Todos los vivimos. Vivimos balaceras. En lo personal me tocó ver a tres o cuatro tipos que mataron y los noticieros tapaban todo. Ella informaba de todo eso". Lo que Bravo Pagola y la mayoría de la gente hacía, incluido Martínez Vera, con quien no tenía relación de ningún tipo, agregó Blanco Pérez, era tratar de que la gente estuviera al tanto de lo que estaba ocurriendo para que no quedaran en medio de un fuego cruzado. "Lamentablemente, aquí la frase de la autoridad es que en Veracruz no pasa nada. Y ésa es una mentira rotunda. Sí pasa, y pasan hechos muy graves y muy lamentables", aseveró la mujer. Señales terroristas La Procuraduría General de Justicia del Estado consignó el 28 de agosto a Bravo Pagola y Martínez Vera por su presunta responsabilidad en los delitos de terrorismo y sabotaje, que el Código Penal local sanciona hasta con 30 y 20 años años de cárcel, respectivamente. En su análisis, el Juzgado Tercero de Primera Instancia determinó que no existió el delito de terrorismo debido a que el Código Penal establece que comete ese ilícito quien utilice explosivos, sustancias tóxicas, armas de fuego o por incendio, inundación o por cualquier otro medio realice actos en contra de las personas, las cosas o servicios públicos que produzcan alarma, temor, terror en la población; lo que en el caso de los inculpados no ocurrió. Sin embargo, en lugar de desestimar la acusación, determinó reclasificar el delito y tipificarlo en la modalidad de terrorismo equiparado basado en el artículo 313 del Código Penal del estado. "De lo que se les denuncia, y se logró probar, es de haber causado zozobra en la población que compone los sectores económicos y docentes de la zona conurbada de la Ciudad de Veracruz, Veracruz, al utilizar los medios electrónicos para simular que estaban ocurriendo esos sucesos, sin que ello fuera cierto", razonó el juez. En cuanto al sabotaje, el Juzgado consideró que el delito quedó acreditado con los mensajes de Martínez Vera y Bravo Pagola, pues con ellos se trastornó gravemente la vida económica y cultural del estado, debido a que los padres de familia fueron por sus hijos a las escuelas. Para Fidel Ordóñez Solana, abogado de los dos cibernautas recluidos actualmente en el penal de Pacho Viejo, la Procuraduría local violó sus garantías individuales y su derecho a la defensa durante la captura y la integración de la averiguación previa. Gilberto estuvo 114 horas incomunicado, advirtió el defensor, en tanto que Bravo Pagola vivió la misma situación por 92 horas. En ambos casos, añadió, no existió flagrancia al momento de su captura y fueron detenidos con base en una orden de presentación y no de aprehensión. Tampoco existió, en el caso de Bravo Pagola, una orden judicial para entrar a su casa y asegurar su equipo de cómputo. "No es posible, en el espacio, en el tiempo, no hay flagrancia en el delito. No hay nada, más que una gran animadversión, una molestia, un enojo, porque querer hacer un ejemplar castigo a todos esos malos que han opinado mal del Gobierno de Veracruz", sostuvo. "Simple y sencillamente aquí se sanciona a unas personas que se preocupan por su entorno (...) En Veracruz no nos avisa nadie. El Gobierno no nos dice nada. Ha habido muertos, ha habido problemas, entonces la redes sociales se han convertido necesariamente en un vehículo muy eficaz para que te digan: 'No camines por tal calle porque hay problemas'", manifestó. Venganza política Durante la gestión de Fidel Herrera, recordó Miguel Ángel Andrade, Bravo Pagola fue la directora de la Casa de Agustín Lara y estuvo encargada de un programa de becas para artistas, además de que tenía una amistad cercana de muchos años con el ex Mandatario. Sin embargo, hacia el final de la administración de Herrera, quien dejó el poder en diciembre de 2010, Bravo comenzó a tener diferencias con él, señaló. Primero, porque denunció malos manejos en la Casa de Agustín Lara y luego porque, ante la suspensión del pago de las becas, organizó una manifestación de artistas para exigir la restitución de los recursos al entonces Secretario de Finanzas y hoy Gobernador Javier Duarte. "Agrégale que ella pensó que era un error tremendo que Duarte fuera el candidato y que fuera el Gobernador. No sólo lo dijo sino lo escribió en un artículo y además lo externaba en su Facebook", dijo Andrade. Bravo Pagola también era bastante irónica en su página con Herrera y la esposa de éste Rosa Borunda, agregó. La acción desencadenada el 25 de agosto, consideró Andrade, es una venganza desde el Gobierno estatal que estuvo dirigida a Bravo Pagola y en la que Martínez Vera ha sido un chivo expiatorio. "Su Facebook lo aderezaba con anécdotas muy picantes, muy hilarantes de Fidel Herrera, de su esposa y del grupo de campaña, porque conoce a todos de pe a pa. Yo estoy seguro que es una venganza", aseguró. La defensa de Bravo Pagola y Martínez Vera llevó el caso al Poder Judicial de la Federación. El 5 de septiembre interpuso un amparo bajo el argumento de que se violó el derecho a la libertad de expresión de los inculpados y se les sometió a tratos crueles. El juicio federal podría llevar de dos a tres meses, tiempo que tendrán que permanecer en la cárcel: Martínez Vera, por escribir 119 caracteres en su cuenta de Twitter, y Bravo Pagola, por 15 palabras en su muro de Facebook. Cárcel por 15 palabras Por primera vez en el País, dos cibernautas de Veracruz fueron encarcelados por difundir en redes sociales presuntos hechos de violencia: María de Jesús Bravo Pagola Edad: 57 años Profesión: Comunicadora Detenida: 26 de agosto Cargos: Terrorismo y sabotaje. Estos delitos se castigan con hasta 30 y 20 años de prisión, respectivamente. Gilberto Martínez Vera Edad: 48 años Profesión: Se desempeña como profesor de Matemáticas Detenido: 25 de agosto Cargos: Terrorismo y sabotaje. Estos delitos se castigan con hasta 30 y 20 años de prisión, respectivamente. La ley dice textual... El Código Penal de Veracruz establece lo siguiente: Artículo 313 Se considera terrorista y se sancionará como tal a quien haga señales, dé voces de alarma o provoque estruendos por los medios idóneos, simulando la posible existencia de algunos de los actos considerados por el delito de terrorismo, con el fin de suscitar tumultos, desórdenes, alarma o zozobra, aún cuando estos no se produzcan. Rolando Herrera corresponsal, Reforma, 12 de septiembre.

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