'Es difícil que FARC dialoguen'

BOGOTÁ.- Con cada golpe a la cúpula de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), como la muerte de "Raúl Reyes", de su líder histórico "Tirofijo", ambas en 2008, y del "Mono Jojoy", en 2010, se barajó la posibilidad de que la guerrilla finalmente se sentara a la mesa de un diálogo de paz. Pero tras cada uno de esos sucesivos golpes, recuerdan expertos, la guerrilla sólo se reafirmó en un discurso trasnochado de lucha de clases por la vía armada y desairó un franco diálogo de paz, por lo que la muerte del sucesor de "Tirofijo", "Alfonso Cano", hace prever pocos cambios en ese sentido. "Cano" fue abatido el viernes por tropas especiales del Ejército en el departamento del Cauca, luego de haber sobrevivido a un bombardeo y haberse ocultado de los militares que lo cercaron. "Las FARC están atrapadas en su propia historia, en su propia retórica. Es muy difícil para la guerrilla tener un liderazgo que pueda considerar seriamente un diálogo con el Gobierno", dijo a REFORMA John Marulanda, consultor en temas de seguridad y defensa. "Con la muerte de 'Cano', el Plan Renacer que él concibió queda en el aire, porque no hay alguien en la cúpula con su nivel, pero en el terreno práctico ellos van a continuar con una acción militar", añadió. "Persiste un esquema de criminalidad organizada con la carátula de las FARC, una cantidad de frentes, de células bandolerizadas, que se mueven sobre todo en las fronteras con Ecuador y Venezuela", abundó. Algunos especialistas aseguran que "Cano" era irremplazable como ideólogo de las FARC, pero los nombres de "Iván Márquez", "Joaquín Gómez" y "Timochenko" ya han empezado a barajarse por analistas como sus posibles sucesores al mando de la guerrilla. Tras la muerte de "Tirofijo", en marzo de 2008, "Cano" asumió la jefatura máxima de las FARC, y en su discurso mostró una aparente disposición al diálogo con el Gobierno. Pero las autoridades y varios expertos no percibieron gestos claros de paz, como renunciar al terrorismo, al secuestro o al reclutamiento de menores entre sus filas. El Presidente Juan Manuel Santos reiteró ayer que la puerta del diálogo no está cerrada, pero pidió voluntad real para llegar a un acuerdo. "Mientras tanto, seguiremos insistiendo en el camino militar", dijo Santos. "Es el momento de desmovilizarse, de dejar las armas, porque la alternativa es una cárcel o una tumba". Pero horas más tarde, la cúpula rebelde, que reconoció la muerte de "Cano", indicó en un comunicado que la paz no nacerá de ninguna desmovilización guerrillera: "Hay una política trazada y ésa es la que se continuará". Octavio Pineda corresponsal, Reforma, 6 de noviembre.

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