A fosa común, migrantes muertos en San Fernando

Casi mil 700 kilómetros recorrieron los 72 migrantes que fueron asesinados en San Fernando, Tamaulipas, en su búsqueda por cruzar a Estados Unidos. El 22 de agosto de 2010 Los Zetas los mataron en un rancho de aquel municipio. Hoy, 13 de ellos están en la fosa común de un panteón de la Ciudad de México, pues nadie los identificó ni reclamó sus restos. Estos cadáveres recorrieron hasta su entierro una distancia casi igual a la que existe desde la frontera sur de México a San Fernando, Tamaulipas. El recorrido incluyó viajes por carretera y estancia en tres diferentes anfiteatros. En total, mil 235 kilómetros antes de acabar en el panteón Dolores. Tras la primera gran matanza pública de migrantes en agosto de 2010, los cadáveres de ciudadanos guatemaltecos, hondureños, salvadoreños, nicaragüenses, ecuatorianos, brasileños y hasta uno indio fueron llevados al Servicio Médico Forense (Semefo) de Reynosa, ubicado a 150 kilómetros de San Fernando. Ahí, los peritos de la Procuraduría local y de la PGR hicieron los primeros estudios forenses. En Reynosa sólo 16 cuerpos fueron reconocidos. Dos semanas más tarde, y ante la imposibilidad de mantenerlos en buen estado, la PGR decidió solicitar la colaboración del Servicio Médico Forense de la Ciudad de México para resguardar los cadáveres. Un tráiler con caja refrigerante, rentado para el traslado de 56 cuerpos, llegó los primeros días de septiembre al Distrito Federal. Los restos de los migrantes fueron depositados en una de las tres cámaras de refrigeración con las que cuenta el Semefo capitalino. La puerta fue asegurada con candado. Hasta febrero de 2011, 42 cuerpos fueron entregados, 14 cuerpos quedaron sin identificar. La segunda masacre de San Fernando cambió el destino de los 14 cadáveres de migrantes indocumentados. El 6 de abril de 2011 fueron halladas fosas clandestinas en los alrededores de este municipio tamaulipeco: 265 cuerpos de mexicanos que viajaban en autobús y pasaban por este municipio fueron secuestrados, asesinados y después enterrados. Ciento veinte de esos cuerpos fueron llevados al Semefo del Distrito Federal. “Cuando nos avisan del segundo evento y la necesidad de trasladar a 120 cadáveres, el presidente del Tribunal (Superior de Justicia del DF) solicitó que fueran entregados los 14 cuerpos que estaban pendientes del primer evento. Tengo entendido que fueron recogidos por PGR y enviados al Estado de México, al Semefo de Toluca”, explicó Edmundo Takahashi, director del Semefo capitalino. El 12 de abril, casi siete meses después de su llegada, 14 cadáveres de San Fernando recorrieron 62.5 kilómetros rumbo a Toluca. En el Servicio Médico Forense del Estado de México los albergaron durante 72 días. Durante este periodo, la PGR entregó un cuerpo más. El migrante de origen indio fue reclamado y entregado a la embajada de su país en México el 8 de junio pasado, según confirmó Pedro Gutiérrez, subdirector del Semefo en Toluca. El 22 de junio 13 cuerpos fueron sacados de la morgue mexiquense. A las 11:15 horas una camioneta salió rumbo al Panteón Civil de Dolores, en la Ciudad de México. Tras recorrer 53.7 kilómetros, ingresó al cementerio más grande del DF y lo cruzó casi en su totalidad hasta llegar al sitio donde se encuentran las fosas comunes. Ahí, los trabajadores del panteón cavaron una fosa para depositar los restos de los migrantes de San Fernando y no los mezclaron con otros cuerpos. “De los 13 cadáveres, 12 nunca fueron identificados. Es decir, quedaron con una deuda histórica de 12 familias que no tienen ni idea ni reporte de sus seres queridos. En un último caso, tenemos entendido que fue identificado el cadáver de una persona pero no fue reclamado“, informó Ricardo Pascoe, director de Gobierno de la delegación Miguel Hidalgo, donde se ubica el panteón Dolores. La PGR solicitó la colaboración de esa delegación para depositar los cadáveres en las fosas comunes. A pesar de esto la dependencia no informó oficialmente que los migrantes muertos en San Fernando fueron enviados a la fosa común. Estos cuerpos permanecerán en el panteón Dolores hasta que sus familiares identifiquen y reclamen los restos de sus parientes que fueron asesinados por el crimen organizado en su intento de llegar a Estados Unidos. El expediente forense ••• Luego de practicarles la necropsia, los trabajadores del Semefo conservan una muestra de tejido de los cadáveres no identificados, generalmente sangre, que podrá servir hasta 12 años para ser cotejada. Después los peritos del Departamento de Identificación integran en un archivo estudios de odontología, antropología, fotografía y dactiloscopia del desconocido. Entre 15 y 21 días permanecerán los cuerpos en cámaras de refrigeración. Entonces los restos de los cadáveres no reclamados se envían a las fosas comunes que el Semefo tiene en el Panteón Civil de Dolores. La Ley General de Salud estipula que las autoridades pueden enviar a la fosa común un cuerpo no identificado 72 horas después de ser recibido en los Semefos. Las autoridades del Distrito Federal lo consideran poco tiempo y mantienen los restos hasta tres semanas. (México. Raymundo Pérez Arellano) Raymundo Pérez, Milenio, 12 de noviembre.

0 Responses to "A fosa común, migrantes muertos en San Fernando"