La radio, buen modelo de negocio

as pequeñas estaciones radiodifusoras en México representan una opción real de negocio para sus propietarios, aún sin pertenecer a los grandes grupos radiofónicos, coincidieron expertos. Según Radio Comunicación Estratégica, la guía de radiodifusoras en México, perteneciente a AB Publicidad, contabiliza mil 452 estaciones en el cuadrante en el país, de las cuales mil 148 son comerciales. Entre ellas hay 675 en Amplitud Modulada (AM), 388 en Frecuencia Modulada (FM) y 85 combos en donde se escucha la misma señal tanto en AM como en FM. Del número total de estaciones comerciales, aproximadamente 30% opera de manera independiente, es decir, no tienen una relación fuerte con los grandes grupos de radiodifusión, aunque no dejan de depender totalmente de ellos, y están enfocadas a mercados locales o regionales. Las formas más comunes en las que operan e interactúan estas estaciones con las grandes cadenas, son a través de representaciones comerciales, su tiempo aire los comparten con uno o más grupos con espacios de dos o tres horas y el resto de su programación es manejada por ellos para transmitir su programación propia y local. Andrés Barradas, director de la carrera de comunicación y medios digitales del Instituto Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe, dijo que lo primero que las estaciones de radio independientes, locales o comunitarias deben hacer es generar una propuesta de valor y redefinir su modelo de negocio para ser rentables. Paola Cordeiro, investigadora de la Universidad Técnica de Lisboa, Portugal, dijo que es importante tener contenidos en modelos de negocio. “Se debe de encontrar una estrategia de producción de contenido; esto se puede adecuar a los modelos de negocio de una radio independiente, local comunitaria en México” aseveró. El académico del Tec de Monterrey sostuvo que las estaciones independientes sí son un buen negocio. “¿Qué si es un buen negocio? Yo creo que sí, pero podrían serlo aún más, hay que encontrar los océanos azules, como decía el teórico Chan Kim, inclusive como empresario de la radio buscaría, lo que otro investigador, Thomas Hess, ha escrito sobre la creación de una emisora sin que represente un gran desembolso”. Los pequeños radiodifusores no se dedican únicamente al negocio de la radio, generalmente lo vinculan con otros negocios: restaurantes, concesionarias de vehículos, hoteles, etc. La radio se convierte en una especie de plataforma para la difusión de sus demás actividades. Otra atractiva fuente de ingresos radica en los presupuestos de publicidad que invierten los gobiernos estatales o municipales, El experto en temas radiofónicos, Gabriel Sosa Plata, aseguró que 30% del gasto en publicidad gubernamental se destina a la radio. Explicó que otro de los esquemas bajo el cual trabajan los pequeños radiodifusores es el de arrendar totalmente la emisora a los grandes grupos; los dueños reciben una renta mensual, prácticamente “viven de sus rentas”. Para Sosa, la radio de cualquier tamaño no ha dejado de ser un negocio, aunque resaltó el hecho de que no existen muchos estudios relacionados con las pequeñas radiodifusoras, sus ingresos y sus gastos. Sostuvo que no obstante la crisis de facturación e inversión publicitaria que ha tenido la radio en los últimos años, no deja de ser un negocio que sí genera un beneficio al concesionario. Además de que en los poblados y localidades donde transmiten, hay muchas radiodifusoras que no tienen competencia en ese mercado. La razón, aclaró, es que existen pequeños radiodifusores que tienen dos o tres estaciones en una plaza determinada y que les permite de una u otra manera controlar el mercado local de inversión publicitaria. En este sentido se convierte en la única posibilidad para las pymes locales de anunciarse, “es decir como dice el dicho, no existe un radiodifusor pobre, la radiodifusión es un negocio que va de muy rentable a rentable”, dijo. Otra forma de obtener ingresos las pequeñas radiodifusoras es a través de las grandes marcas que realizan campañas publicitarias a nivel nacional. Las estaciones cubren esta necesidad que las firmas tienen de penetrar en poblaciones específicas. Una forma más que tienen los pequeños radiodifusores para obtener ingresos es rentar tiempo de transmisión, como proselitismo, de grupos religiosos, entre otros. Oscar GOnzález Escárcega, El Universal, 15 de noviembre.

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